Palacio de Fernando de Baviera

Corría el año 1906 cuando Fernando de Baviera contrajo matrimonio con María Teresa de Borbón. Como residencia de la nueva pareja se decidió rehabilitar el palacio de los duques de Benavente y de los marqueses de Castroserna, el cual tras haber sido utilizado como sede de la embajada Francesa no había quedado muy modernizado para el recibimiento de tan joven pareja.
Como parte de la decoración se utilizaron una serie de enseres y tapices que el abuelo de la dama había legado a la pareja como parte de su dote.
Y allí se dispuso la pareja a vivir su amor hasta que pocos años después el 23 de septiembre de 1917, María Teresa fallecía en su casa a los treinta años aquejada de una embolia que le había provocado el parto de su cuarto hijo la infanta María del Pilar.
Aquello fue un mazazo para la familia, que pocos años después al estallar la Segunda República tuvo que abandonar todas sus posesiones. Aquel palacio, junto con los tapices que en el se encontraban y toda la pomposidad que lo engalanaba fue saqueado y se perdió en el olvido para siempre, dejando el palacio en un malogrado edificio que apenas recordaba los tiempos a los que dio morada.
Finalmente unos cuantos años después, dado el estado en que los saqueos y la Guerra Civil lo habían dejado, se ordena su demolición, pero aquel Palacio negándose a permanecer en el olvido sin dar una última batalla, decidió sacar el mayor secreto que guardaba en sus entrañas, y al derribarlo apareció entre sus escombros uno de los más importantes hallazgos del Madrid musulmán. El Palacio se encontraba edificado sobre lo que había sido la muralla árabe que originó que Madrid sea lo que es en nuestros días y tras un arduo trabajo de recuperación se consiguió salvar lo que hoy conocemos como el parque del Emir Mohamed I, que no es más, que el tramo más importante de la muralla árabe que ha llegado a nuestros días, y que sin duda ha supuesto el mayor hallazgo para entender cómo fue la ciudad de Madrid en aquel tiempo.
Como colofón os dejo una ventana en el tiempo que si bien no puedo asegurar que sea exacta, pues no disponemos de documento alguno que nos indique donde comenzaba y terminaba dicho Palacio, sí que nos permite mediante esta recreación animaba imaginar como hubiera variado el paisaje de la zona en caso de que no se hubiera derribado el palacio.
Personalmente en este caso y como excepción a la regla, casi me alegro de que haya desaparecido.    
Fotografía antigua: 1909 Autor desconocido. (Fuente Flickr/madridantiguo)
Fotografía moderna 2017 Sergio Moreno

ESTATUA DE FELIPE III

Cualquiera que haya visitado Madrid, por fuerza habrá pasado por la Plaza Mayor, que a mi gusto, junto con la de Salamanca, supone una de las plazas más bellas de nuestro país, sin desperdiciar por ello las múltiples plazas que tenemos por toda España.
Pero hoy no nos vamos a extender en comentar la plaza, que tiene para largo y tendido, sino a su vecino más imponente, y este no es otro que la estatua de Felipe III que se sitúa en el centro de la plaza y que la hace aún más bonita si cabe.
La estatua se elaboró por mandato de Cosme de Medici en Florencia a los artistas Juan de Bolonia y Pietro Tacca con el fin de ser regalada al rey español.
En un principio la estatua se situó en los jardines del Alcázar, hasta que en 1617 se trasladó a los jardines del Reservado en la Casa de Campo, donde estuvo situada hasta que el gran Mesonero Romanos, convenció a la reina Isabel II para que desplazara sus cinco toneladas de peso hasta el centro de la Plaza Mayor, para de manera velada poder prohibir la celebración de festejos taurinos en el interior de la plaza, sin tener que enfrentarse a una prohibición, que a buen seguro, ya por aquel entonces hubiera supuesto la disconformidad de una parte de la población.
Pero si esta estatua hoy en día es orgullo de cualquier madrileño, bien es cierto que durante su historia ha sido diana de los enemigos de la monarquía en los dos periodos en los que la República ha sido la opción gobernante en nuestro país.
Durante la primera fue retirada a un almacén en donde quedó encerrada para evitar males mayores, hasta que posteriormente Alfonso XIII la rescató de su exilio. Y durante la segunda se generó un incidente que reveló uno de los secretos más curiosos de esta estatua. En 1931 en pleno alzamiento y bullicio antimonárquico, un personaje, por llamarlo de algún modo, decidió que lo mejor era volar por los aires la figura del rey, por lo que colocó un artefacto explosivo en la boca del caballo e hizo volar por los aires una parte del mismo.
Cuando el efecto de la explosión permitió que los presentes se acercaran, descubrieron el secreto que el caballo llevaba años o quizá siglos guardando en su interior y es que el caballo tenía cientos de cadáveres de pajarillos en su interior. Por lo que se pudo deducir, la boca del caballo estaba hueca y se comunicaba con el vaciado interior de la estatua, cosa que hacía que muchos pájaros utilizaran dicha entrada para protegerse en su interior en los días de frío. Al parecer, la salida no era tan accesible como la entrada para aquellos pequeños animales, por lo que su cobijo se convertía en una terrible trampa mortal y allí quedaban sus restos al no lograr salir al exterior.
Posteriormente en 1934, el escultor Juan Cristóbal se encargó de su restauración y de obviamente cerrar aquella trampa mortal para que no volviera a ocurrir.
Por último comentaros que la estatua ha sido desplazada a otro lugar más durante su historia, y es que en 1970 durante las obras de construcción del túnel y parking que se encuentra bajo la plaza, la estatua residió durante un año en el Parque del Retiro.
No me negaréis que para una estatua con ese peso y volumen, no ha tenido una vida ajetreada.
Estado de la estatua tras la explosión el 14 de abril de 1931 (Fotografía ABC)
Montaje del caballo en la Plaza Mayor una vez restaurado. (fuente exprimemadrid)



PUERTA DEL SOL 1934

Una vez más nuestras ventana en el tiempo nos lleva a la puerta del Sol, quizá sea nuestro lugar más concurrido pero no me negaréis que no deja de ser un buen punto para recorrer los diferentes cambios que nuestra ciudad ha experimentado.
Espero que os guste esta ventana que nos lleva 83 años en la historia de nuestro Madrid y nos lleva a una puerta del Sol en la que la Guardia de Asalto patrulla la plaza para evitar incidentes.

Fotografía antigua: Fuente ScanGce 1934
Fotogra´fia moderna: Sergio Moreno 2017.

FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 19)

Igual que en nuestra última parte de este recopilatorio nos fuimos hacía el piropo y el chascarrillo, hoy nos vamos a ir quizá al extremo opuesto.  Y es que hace poco, cuando hablábamos sobre la prostitución en el Madrid de antaño, salieron varias frases que hacían mención a dicha profesión y su entorno, pues bien, hoy vamos a recopilar algunas de ellas:
Como puta por cuaresma. Como ya contábamos en la citada entrada sobre la prostitución, durante la cuaresma las prostitutas tenían prohibido ejercer su actividad, pues si lo hacían dejaban de recibir la paga o limosna que el Concejo les daba como ayuda a su manutención. Por ello, es lógico pensar, que si durante la misma no podían ejercer y tenían pendiente el pago de dicha limosna para poder subsistir, la cuaresma no fuera la época del año más boyante para las meretrices.
Irse de picos pardos. Esta expresión aún está muy en uso en nuestros días, pero la mayoría de los que la usan desconocen su origen.
Existen referencias a que dicha frase proviene del Renacimiento, en dicha época las prostitutas llevaban a modo de falda una tela cuadrada la cual al caer formaba cuatro picos, es de entender que con el uso aquellos picos inferiores de la falda acabaran de color pardo por la suciedad del suelo y ese es el origen más antiguo que se da a dicha frase. Pero lo cierto es que en Madrid su origen proviene de una norma impuesta por el propio Carlos III. En pleno siglo XVIII al bueno de Carlos se le ocurre que sería bueno poder diferenciar a las prostitutas del resto de la población, para de este modo no provocar malos entendidos que generen conflictos innecesarios, y por ello, se imponen que deben llevar un jubón de color pardo el cual deberá terminar en su parte baja en forma de pico, de esta manera todos podían saber qué estaban buscando y qué podían esperar de quien así se vistiera.
Ir como puta por rastrojos. Como su origen campestre deja claro en la propia expresión, esta frase no es de origen castizo, pero dado que su uso fue muy frecuente en la Villa y Corte, la añado en este recopilatorio.
La expresión hace referencia a aquellas meretrices de bajo nivel social que solían tener como clientela a los hombres de campo. Estos en la mayoría de los casos no eran poseedores de una vivienda particular, bien por ser demasiado jóvenes o por tener familia, y su sueldo tampoco les daba para poder pagar fonda o cama sobre la que consumar con las meretrices, por ello se veían obligadas a tener que consumar sobre el propio campo, en el mejor de los casos sobre la cosecha y en el peor sobre rastrojos y malas hierbas. Dicha práctica dio origen a esta expresión como metáfora de que no se puede ir mucho peor en determinado asunto.
Eres un pendón desorejado. Vamos con esta la última expresión de este nuestro recopilatorio de hoy. En cuanto a esta expresión parece existir diversidad de pareceres y de posibles orígenes, como yo no soy quién para juzgar a pendón alguno, os dejo las que he encontrado y vosotros juzgar con cuál os quedáis.
Primero necesitaremos ver de donde proviene el término pendón, pues si bien está clara su acepción como bandera o estandarte, la raíz de dicha palabra parece que no proviene del término latino Pendere, sino del francés Penon que se refiere a las plumas de ave.
Que por qué os cuento esto, pues porque para entender el origen de la expresión es necesario conocer sus raíces. Para algunos autores, el origen de esta expresión proviene del hecho de que antiguamente en la puerta de los prostíbulos se colocaba una bandera o estandarte, indicando que en aquella casa se ejercía la prostitución y por ello comenzó a usarse este término de pendón para referirse a las mujeres y hombres se actitud libertina. Aunque ciertamente en la parte masculina parece que ha quedado como algo picaresco y en la femenina, como pasa con casi todo en nuestro idioma, tiene una connotación mucho más grotesca. Pero en cambio otros autores indican que el origen de la expresión pendón se refiere a que durante algún tiempo se solía castigar a los condenados por delitos de moral a ser expuestos en público tras ser untados con brea y emplumados con plumas de gallina, lo cual pega muy bien con la segunda parte del término, desorejado, que en este caso sí que parece existir más consenso, que el término se refiere al castigo a sufrir la amputación de los pabellones auditivos en caso de conductas indecorosas reiteradas o demasiado fuertes para un simple emplumamiento.


Fotografía fuente financieros.com


EVACUACIÓN GRAN VÍA

Normalmente cuando le quitamos ochenta años a nuestro Madrid, suele ocurrirnos que el paisaje que se nos dibuja no es de lo más gratificante.
En este caso, en esta imagen rescatada por los amigos de Memoria de Madrid, nos desplazamos a un Madrid que no sabía si irse, si quedarse o hacía donde narices ir. Un Madrid que sin perder la belleza que siempre ha tenido, no dejaba de tener un velo de tristeza por todo lo pasado y por lo que aún quedaba por sufrir. Echando la vista hacia atrás los puntos siempre terminan por unirse, aunque indudablemente algunos quisiéramos poder borrarlos para siempre de nuestra memoria.


Fotografía antigua: 1937 Autor desconocido (Fuente memoriademadrid)
Fotografía moderna: 2017 Sergio Moreno.


WHATSAPP Y REDES SOCIALES

La mayoría de vosotros ya me veníais siguiendo por las distintas redes sociales en las que suelo publicar mis cosillas (abajo os dejo enlaces a todas por si no conocéis alguna), pero hoy pongo en marcha una nueva modalidad, que hasta donde sé es novedoso en este campo, y no es otra que el que recibáis las publicaciones directamente en vuestro whatsapp.
El método es muy fácil y totalmente seguro sólo requiere de dos sencillos pasos para que funcione y no tenéis que facilitar ningún dato para registraros:
1 Paso. Deberéis grabar este número de teléfono 650 263 752 en la agenda del teléfono en el que queréis recibir los whatsapps.
De este modo si algún día queréis dejar de recibir las entradas (espero que no sea tu caso) con borrar el número de tu agenda de contactos será suficiente para dejar de recibirlas.
2 Paso El segundo paso es que enviéis un whatsapp a ese mismo número indicando que queréis recibir los post y noticias de mi blog.
No es necesario que deis nombre ni os identifiquéis para nada, pues ningún dato personal será registrado. Simplemente se enviará al número de teléfono al que se solicite un whatsapp con los post que se vayan publicando.
A que es sencillo. Pues ya sabéis, si queréis recibir las publicaciones por este nuevo sistema os espero en el whatsapp.
NOTA: No se contestará ninguna llamada al número de teléfono facilitado, del mismo modo me reservo el derecho de eliminar de la difusión aquel número que crea que no se comporta de manera adecuada.
Por último, como os decía arriba, os dejo el resto de modos de poder seguir mi blog directamente:
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FRANCISCA DÍAZ CARRALERO.

Vamos a recuperar esa pequeña costumbre que tenemos de sacar de vez en cuando la historia de algún protagonista efímero de nuestra Villa y Corte, que si bien su impronta no ha quedado grabada en nuestra memoria como protagonistas principales, sí que tienen una historia digna de ser recordada.
Hoy vamos a comentar algo sobre María Francisca Díaz-Carralero Rodelgo, o como era más conocida en su tiempo, como “La Ciega de Manzanares”.
Francisca, nació en 1818 en Manzanares, lugar del que es es hija predilecta desde 2014. Cuando era muy muy niña huérfana de ambos padres y ciega de ambos ojos, por lo que se encargó de su crianza una de sus hermanas mayores.
La hermana que debía por fuerza encargarse del mantenimiento de la familia, solía dejar a Francisca sentada frente a la ventana de la escuela de Latinidad de Manzanares, para que al menos la muchacha se entretuviera escuchando lo que allí se decía mientras recaudaba alguna moneda mendigando y no se tuviera que quedar en casa mano sobre mano sin entretenimiento alguno. Pero aquello que comenzó como un mero entretenimiento, se convirtió en algo más cuando el profesor de la clase, decidió invitarla a que entrara a escuchar las clases desde el interior, aunque no pudiera pagar el coste de las mismas.
A Francisca le encantaba escuchar todo lo que allí aprendía y como si de una esponja se tratara absorbía cada detalle que por sus oídos pasaba. Pero como esto del bullying no es cosa solo de nuestros días, el resto de estudiantes, ya fuera por no parecerles apropiadas las vestimentas de la pobre mendiga o porque sus cualidades para el aprendizaje les dejaba en evidencia, comenzaron a meterse con la pobre ciega hasta que le hicieron la vida imposible y la obligaron a abandonar las clases.
Pero lo que aquellos niños no podían arrebatarle a Francisca era el poso que la cultura ya había sembrado en ella, y la pobre ciega ya se había convertido en una de las mejores improvisadoras y recitadoras de poesía de su época.
En 1850 se desplaza a la capital para ingresar en la Escuela de Sordomudos y Ciegos, y además de asistir a sus clases se hace asidua asistente a las más importantes tertulias literarias del momento y a recitar sus poemas por las calles a cambio de unas monedas. Se comenta que incluso Francisca consigue convencer a un par de compinches, que la comenten el aspecto de los presentes en secreto, y ella compone e improvisas sus versos sobre las cualidades físicas de sus oyentes, cosa que como es natural, hacían que los mismos se sorprendieran por el que aquella genial ciega, no sólo recitara con tanta belleza, sino que sin verles consiguiera armonizar hasta el más mínimo detalle de su indumentaria.
La fama de Francisca comenzó a hacerse cada vez más popular, hasta que esta llegó a los oídos del Marques de Molins, hombre adinerado y gran amante de las letras, el cual la mandó llamar para que recitara en su presencia. El Marques, para ello organizó una velada con lo más granado del panorama político y literario de la época. Reunión a la que asistieron para conocer a La Ciega de Manzanares personalidades como: Bravo Murillo, Bretón de los Herreros, Amador de los Ríos o Gil de Zarate.
La mendiga Francisca comenzó recitándoles una composición en la que hablada de su propia ceguera y que decía así:

“Nací, y en el nacer quedeme ciega,
y lloré sin saber mi desventura:
Hoy sumida en recuerdos y amargura
sólo el llorar mi corazón sosiega.
Su luz, su resplandor el sol me niega;
nunca vi de la luna la hermosura,
ni admiré de la nieve la blancura,
ni vi este rostro que mi llanto riega.”

Para continuar con lo más alabado de su extenso repertorio. 
Fue tal el impacto que la intervención provocó en sus oyentes, que allí mismo todos los asistentes firmaron una instancia, que tenía mucho más peso por aquel entonces que una campaña de Change.org, para conseguir una pensión para aquella genial mendiga poetisa.
Aunque aquella instancia no fue mano de santo y tardó su tiempo en llegar, al final la reina Isabel II se la concedió, y aquella mujer que había dado su vida a transformar su ceguera un nuevos paisajes para sus oyentes, por fin pudo dedicarse a las letras sin tener que mendigar sus poemas por las calles a cambio de unas pocas monedas. 
Y hasta aquí, nuestro recuerdo a esta genial mujer, cuyo amor por las letras consiguió por fin recompensarle por su dedicación.
Si queréis ampliar información sobre este personaje, os recomiendo el libro "La Ciega de Manzanares" de Julián Granados.




 Representación de la grandiosa mendiga (Autor desconocido)

NIÑA SOL

Los que ya lleváis un tiempo siguiendo mis ventanas en el tiempo las habéis visto ya de todas las épocas, colores y significados. En la mayoría de ellas suele chocar el cambio del paisaje urbano de Madrid, en otras sin embargo lo que choca es precisamente el ver que nada ha cambiado en determinada calle o edificio. Hoy sin embargo el lugar, que no deja de ser una reconocidísima Puerta del Sol, es lo de menos. Hoy vamos a viajar en el tiempo pero no de una ciudad y de su entorno, sino de sus habitantes y de sus costumbres.
En otro tiempo era lo más normal del mundo encontrar por nuestras calle a niños que ejercieran determinados trabajos, con los que ayudaban en la medida de lo posible, a la complicada situación de sus casas. Todas aquellas niños y niñas, que hoy son nuestros abuelos y bisabuelas tuvieron una infancia que hoy nos parece inimaginable y va por ellos nuestra ventana de hoy.

Fotografía antigua: 1953 Federico Vallina (Fuente José C. Pérez)
Fotografía moderna: 20017 Sergio Moreno.