En mi casa somos de los Reyes Magos.

Para los que me conocéis desde hace tiempo, sabéis que soy un firme defensor de las tradiciones, pero también es cierto, que me gusta defenderlas conociendo su origen y sabiendo que en la mayoría de los casos, estas ni vienen de donde creemos, ni son tan nuestras como nos podríamos imaginar.
Hoy vamos a hablar de los Reyes Magos, que aunque en mi casa somos sus más fervientes defensores; tal y como comentamos en el post sobre PAPA NOEL, y como la mayoría de las creencias cristianas, esta no viene del año cero y del nacimiento de Jesús.
Si como está demostrado, y se deja entrever en los propios evangelios, Jesús no nació en diciembre sino en primavera, pues qué vamos a decir de nuestros tres magos de oriente. Estos ni si quiera son mencionados en ninguno de los evangelios oficiales.
Únicamente se les menciona como Melchor, Gaspar y Baltasar en uno de los evangelios apócrifos pero en los oficiales ni caso, solo se hace una breve alusión en el de San Mateo, pero se habla de unos sabios llegados de distintas partes del mundo; ni se dice número, ni que sean reyes, ni ná de ná.
Es más, de ellos nadie se molestó en hablar hasta el siglo IV de nuestra era, cuando en el concilio de Nicea se debatieron las leyes y normas del Cristianismo, pero unos decían que eran más de 50 sabios, otros que tres reyes magos, otros que no sabía que diferencia había entre un mago y un sabio...
Total que cayeron en el olvido como un tema de conversación de cuñados, hasta la Edad Media, cuando más o menos se inició la tradición de celebrarlos como parte de la Navidad, hasta nuestros días, en el que más o menos la tradición se mantiene intacta.
Pero si los Reyes Magos han sufrido variación, qué decir de su dulce más tradicional, el roscón.
Se podría decir que su origen es mucho más antiguo que los propios magos, y es que en las saturnales romanas, celebración que se hacía en Roma en diciembre y que terminaba el 25 de diciembre con la adoración al Sol Invictus, se degustaba un bollo hecho con higos, dátiles y miel,  y que más tarde se comenzó a recubrir con frutos secos.
Aquel bollo fue derivando y pasando, poco a poco, de madres a abuelas, hasta llegar a la Francia de Luis XV quién enamorado de la receta, decidió meterle una moneda dentro como sorpresa. Como aquel dulce era bastante plebeyo, para darle una apariencia más aristocrática, más tarde se le empezó a dar forma de rosca y a incluirle fruta escarchada para que simulara una corona y fuera mucho más aristocrático.
Como el roscón se extendía ya por toda Europa y lo de una moneda por roscón, no estaba al alcance de todo el mundo, pues se comenzó a sustituir la moneda por una haba y aquello dio con otra tradición, la del tonto del haba, que era el que la descubría dentro de su trozo de roscón y se convertía en el encargado de pagar el mismo.
Como siempre os digo, defendamos las tradiciones e inculquémoslas a nuestros hijos, pero sepamos siempre el origen de las mismas, que no por ser menos españolas o no tener el origen que siempre habíamos sospechado, pierden tradición y son menos nuestras.
Ah!!! y lo más importante, y que no encontraréis nunca quien os explique de donde viene, la magia, no os olvidéis de la magia, la que solo un niño que cree en los Reyes Magos aún conserva, la que da la inocencia de no necesitar nada más que creer en las cosas y disfrutarlas con la cabeza vacía de prejuicios y el corazón lleno de buenos deseos. 



Tres reyes magos de 1935, compuestos por Antonio Robles Ramón Gómez de la Serna y Salvador Bartolozzi. Fuente buscameenelciclodelavida.com

CALLE TOLEDO

En la ventana del tiempo de hoy, hay pocos elementos concordantes, salvo una puerta y algún que otro balcón, toooodo parece cambiar con el paso del tiempo, sin embargo al ver la fotografía todo parece estar sincronizado. La mujer parece rejuvenecer como por arte de magia en esa miliciana sorprendida de la fotografía antigua, mientras que la calle se envejece aunque recupera gran parte del alma de la misma, por lo que aunque la fotografía en verdad envejece 84 años, a mi parecer todo mejora con este regreso al pasado.

Fotografía antigua: Fuente Archivo AGA 1936
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2020

Francisco Javier Balmis

Francisco Javier… ¿qué?... Esa suele ser la respuesta más habitual cuando se pronuncia este nombre, sin embargo estamos, ni más, ni menos, ante el señor que más vidas ha salvado a lo largo de nuestra historia. Sí, sí, y no solo de la historia de España, que ya sería mucho, seguramente de la historia del mundo. Y es, que para quien no lo sepa, este señor estaría en nuestro días a la altura del inventor de la vacuna contra el cáncer, o de quien descubriera un dispositivo para que ya nadie falleciera en accidente de tráfico. Seguramente me quede corto con estas comparaciones, pues a principio del XIX sólo en Europa morían al año más de 400.000 personas.
Os imagináis lo que era en aquella época una enfermedad así, hoy lo vemos con la suficiencia de los avances médicos de hoy en día, pero en aquella época debió ser terrible.
Pero bueno, vamos a ponernos un poco en contexto. Pues realmente el profesor Balmis no es que inventara el fin contra la Viruela, no, este mérito se lo debemos a un médico inglés llamado Edward Jenner, quién descubrió que aquellas personas que trabajaban con vacas, tenían un porcentaje de infección mucho menor que el resto de población. El bueno de Edward, que de tonto no tenía un pelo, se dijo "Aquí hay tomate" y ni corto ni perezoso, se puso a investigar cuál podía ser el motivo, hasta que descubrió que las vacas también sufrían una especie de viruela, mucho más débil que la que atacaba a los humanos, y que aquellos niños que se habían infectado de aquella viruela vacuna (coño, no jodas que de ahí viene el nombre de las vacunas) eran inmunes a la infección de la viruela humana.
Todo un avispado el profesor Jenner. Pero entonces… un momento… si Jenner descubrió la vacuna de la viruela ¿qué le debemos al profesor Balmis?
Pues vamos a ello. El profesor Balmis era médico de la corte de Carlos IV. Éste, que quizá no sea el rey más listo de nuestra historia, sí es cierto que tenía un gran interés por la ciencia y no le temblaba el pulso a la hora de soltar los dineros para aquellas ideas que creía podían ser un avance en la época. Esto, unido a que su tío Luis I de España , una de sus hijas, y más de la mitad de sus territorios al otro lado del Atlántico ya habían sufrido la terrible enfermedad, sirvió de acicate para invertir lo que hiciera falta en el proyecto que Balmis había ideado. Esto puede parecer una tontería, pero tú pregúntale a un científico, aún en nuestros días, qué es capaz de hacer sin inversión, verás hasta donde se escucha la carcajada.
Bueno a lo que íbamos, Carlos IV le compra la idea a Balmis para intentar hacer llegar la vacuna al otro lado del mundo y que todo el nuevo mundo descubierto por Colón no termine siendo el solar más grande del planeta.
La idea no es que se catalogara como loca, que lo era; o que fuera extraña, como pocas; es que rayaba, por ser livianos, los límites de la moralidad. ¿Por qué? Pues veréis, la vacuna de la viruela tenía dos particularidades, la primera era que sólo funcionaba en alguien que estuviera sano, y la segunda, que aún no se sabía como poder mantenerla fuera de un cuerpo infectado, es decir, que en aquel entonces no se sabía como coger el virus de la viruela vacuna, meterlo en un frasco, y mantenerlo vivo hasta llegar al otro lado del océano, viaje que por otra parte no tenía como principal problema el jet lag.
El problema era de aúpa, pues las vacas no aguantaban un viaje en barco como aquél y en un ser humano, el virus de la vacuna apenas duraba 10 días. Por lo que ¿cómo se podía conseguir hacer durar el virus para que llegara a la otra parte del mundo? Pues sólo había una solución, hacer una cadena humana e ir pasando el virus de humano a humano, hasta terminar el viaje, pero esto tenía complicaciones con la primera de las peculiaridades que os había contado ¿cómo asegurarte de que todos los futuras "neveras" del virus estuvieran sanas? Sí, efectivamente, no quedaba otra, que el que todos los huéspedes fueran niños sanos.
Así que Balmis cogió un barco, mete en él veinte niños sanos, y junto con Isabel Zendal, enfermera del orfanato en el que se reclutaron los niños,  se echa a la mar con los cálculos perfectamente hechos para llegar hasta Canarias, donde lo reciben con los brazos abiertos por salvar las islas. De allí, con idéntico plan, sale hasta las Américas, donde tras su llegada se consigue controlar la epidemia de manera vertiginosa. Tras América, da el salto a Filipinas, y de Filipinas, pone rumbo a la China, con esta alocada historia que aunque para la mayoría haya sido totalmente desconocida hasta hoy, no sólo salvó la vida de millones de personas, sino que fue la primera expedición de ayuda humanitaria de la historia de la humanidad.
Tres años después en 1806, y tras haber salvado el mundo, Balmis llega a Madrid, donde nadie le rinde el tributo que merece y se pierde en el olvido su grandiosa hazaña, falleciendo el Madrid el 12 de febrero de 1812, con muchísima más pena, que gloria.   
Por ello, no me negaréis que el bueno de Balmis no merece ser mucho más conocido y reconocido de lo que lo es en nuestros días. Un fuerte aplauso para él y todos los médicos y científicos que se han dejado la vida por mejorar las nuestras. 

Balmis y Jenner. Dos nombres que espero nunca vuelvan a borrarse de tu memoria.

MADRID Y NADA MÁS

Con su puerta del Sol, sin puerta, ni estrella.
Y de Velazquez la luz de tu nube bella
Con tu plaza del Rey al rey mas odiado.
Y tu alcázar quemado que renació superado.
Con su puerta que mira, de entrada y de salida
Y tu órdago a chica con una reina por historia.
Con tu capital del reino, centralismo insurgente.
Y tus Cortes que cada vez, nos quitan más lo valiente.
Con tus besos de pantera del Chapandaz de Moncloa
Y tu Madrid rio que queda más en hilillo que en loa.
Con tus niños que te cantan el gordo para el que no hay dieta.
Y tu quinto cinco estrellas recogiendo la Mariblanca.
Con tus calles que hace años que la manga ya no riega,
Y tus paseos que claman levantar la vista al cielo.
Con tus leones sin cojones en la puerta del Congreso
Y tus leonas con melena tirando de la endiosada
Con el mar que sí que tienes en las lagrimas de tus miradas.
Y las pateras que naufragaron en sus sueños de top manta.
Con tus noches que siempre duermen en tus lunes de mañana.
Y tus basuras que no recogieron alcaldesas apartadas.
Con tu bocata de calamares con pan de cubo amarillo.
Y tus estrellas michelines del cocido del rastrillo.
Con gaviotas trapiñeras y el morado en la trinchera.
Con tu todos contra todos y los tontos que nos vengan.
Con tu movidon que ha quedado en el Penta y en Olvido.
Y tus músicos del Metro que siempre nos tocan lo mismo.
Con tu transición que nacía con aroma de algo viejo
Y los años mal pasados tras la guerra del carajo.
Con tu bolsa de valores de cinco céntimos en Dia
Y ese amor tan verdadero que a la mañana se olvida.
Con tu río del color de la estatua electrificada
Y tú cielo azul quemado, que si respiras te mata.
Con tu bandolero postinero de cremas en el Juteco
Y tus desfalcos sin miramientos en la bolsa del gobierno.
Con tu menú de tres cincuenta de la Facultad de Minas y tu relaxin cup de cien euros para el guiri que se anima.
Con tu piscina que por calor va y nos cierra todo agosto y tu faro que abre a ratos pero que si de avería no descuelga.
Con tu estación fantasma y tus crudas realidades.
Con tu Atocha cargada de polvo de ballenato
Y tus baile de baldosa sin perreo y ¡¡viva la Virgen de la Paloma!!
Con tu Neptuno Imperioso y tu Apolo olvidado.
Tu reloj regalado y tus tesoros sin vuelta.
Con la Paz y tu Doce, con tu Niño y tu O'donell
Con tu huelga que se sientan y en Sol sentada queda.
Con la Plaza Mayor quemada y tus calles renombradas.
Y tú gallinero de Olivares y tú Tenplo por presa
Con tu anciano desterrado con más caídos que valle. Y tú Almudena millonaria donde ya poca más gente entra.
Tus corrales, tus verbenas, tus rosquillas pa la nena, tu chicha, tu limoná, tu aquí ya no cabemos todos y tu pase cuando quiera, tu noche, tu atardecer, tu cielo que amanece, tus parques, tus museos, tus luces, tus tontunas, tu todos los extranjeros quedan bien con tu parpusa, tus cines que no abren y se quedan sin carteles, tu Gran Via, tu Conde Duque, tu Lavapies, tu Madrid norte, tus bares, tus resacas, tu Prado, tus canciones, tu esto es insoportable, tu sin ti yo ya no vivo...
Tu todo lo aquí contado se queda pa ser vivido.


Texto y fotografía Sergio Moreno.
Por favor, si compartes respeta autoría.

EL ATARDECER DE LAS CATEDRALES

Los que me seguís desde hace tiempo, sabéis que soy más de traeros cosas del Madrid pasado, y rara vez os comento asuntos del Madrid actual, pero en esta ocasión creo que el evento merece la pena.
La Catedral de la Almudena, por medicación de su museo, ha puesto en marcha una preciosa iniciativa, conjuntamente con otras catedrales de todo el territorio nacional, para que pueda ser fotografiado el atardecer del próximo 19 de octubre desde sus respectivas cúpulas.
En el caso de la Catedral de la Almudena, han sido contadas las ocasiones en que se ha podido disfrutar de este privilegio, dado que normalmente su cúpula no está abierta al caer el sol.
La parte mala de dicho evento, es que obviamente no va a estar abierto para todo el mundo, por lo que sólo unos pocos afortunados podrán disfrutar de tan magnífico evento.
Os dejo los enlaces desde los que podéis participar, así como la lista de todas las catedrales que de manera simultanea participaran en el evento.
Mucha suerte a todos. Ahhh ni que decir tiene, que podáis participar o no, os recomiendo que los sigáis en la red social que prefiráis, se lo curran muchísimo y no paran de hacer cosas más que recomendables.

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Listado de Catedrales Organizadoras
Catedral de la Almudena (Madrid)
Catedral de Cuenca
Catedral de Segovia

Listado de catedrales participantes.
Catedral de Ávila
Catedral de Astorga
Catedral de Caceres
Catedral de Cádiz
Catedral de Málaga
Catedral de Ourense

No os lo perdáis, será difícil que se pueda repetir un atardecer simultaneo en 10 catedrales españolas

EL CRIMEN DE LA CALLE MONTERA

Corrían las once de la noche del 6 de octubre de 1849, cuando en la calle Montera se escuchó el grito de ¡¡Ladrones, ladrones!!! 
El sereno más próximo, en atención a sus funciones,  corrió raudo hasta el lugar del grito, momento en el cual pudo observar, junto con la propietaria de un negocio de loza colindante,  como desde el número 56/58 un cuerpo caía desde la ventana del segundo piso.
Rápidamente el sereno con la colaboración de otros compañeros, que ya habían llegado a la zona, subieron escaleras arriba y comenzaron a golpear la puerta para que les dieran acceso al interior.
Casi un cuarto de hora después les abrió la puerta los hermanos Clara y Antonio Marina, que rápidamente fueron detenidos y llevados a dormir bajo el Ángel, al descubrir que el cuerpo de otro hombre se encontraba tendido sobre el suelo, con signos de haber sido asesinado con violencia.
Esa misma noche el juez de instrucción se personó en el piso para recoger pruebas de lo acontecido, dentro lógicamente de lo limitado de los medios de la época, que lo de las huellas y CSI vino tiempo despues.
Tras un rápido reconocimiento de la vivienda, el juez tomó declaración a los testigos, los cuales por separado declararon que, Clara la mujer, servía en la casa del fallecido y que su hermano Antonio, solía acompañarla cuando su patrón no se encontraba en la casa, pero que para ello tenían permiso de este. Que al llamar su jefe el sastre José Lafuente a la puerta, esta acudió rauda a abrirle como era costumbre y que en ese preciso momento dos hombres entraron en la casa empujando al sastre e hiriéndole con el cuchillo que uno de ellos llevaba en la mano. El otro hombre redujo a ambos hermanos y los llevó a otra sala dejándoles allí atados para que  no entorpecieran  y que ya no pudieron ver nada más. Al escuchar los golpes de los serenos en la puerta, intentaron librarse de sus ligaduras para dar acceso a la vivienda a los serenos que insistentemente continuaban golpeando la puerta para que se les permitiera su acceso. Y sin poder concretar quién era el otro hombre que había caído por la ventana, ya que se encontraban atados en otra instancia, concluyeron su rápido interrogatorio.
Al día siguiente los periódicos, que a veces parecen tener poderes de adivinación, ya publicaron los hechos ocurridos con todo lujo de detalles. Según los diarios el hombre caído por la ventana era el amante de Clara, la cual se quería casar con su jefe el sastre, pero que al enterarse de las intenciones de este de casarse con otra, tramó un plan para robarle y matarle con la colaboración de su hermano y de su amante que loco de amor hubiera sido capaz de cualquier cosa por el amor de Clara. Que posteriormente una desavenencia con el reparto del botín llevó al hermano de Clara a estrangular al amante y a arrojarle por la ventana, y tan pichis que se quedaron los diarios con su libre interpretación de los hechos.
Aunque la historia de los periódicos tenía tantas posibilidades de ser cierta como que no, el caso es que a la mañana siguiente ya todo Madrid la había dado por cierta y sentenciada, y cuatro días después el juzgado sin más pruebas de las indicadas y sin haberse hallado botín alguno en posesión de los hermanos ni encontrado por ninguna parte de la casa, se inició el juicio contra los dos hermanos.
Lamentablemente fueron condenados sin pruebas fehacientes que dejaran claro qué había ocurrido y el último día del mismo mes, fueron ajusticiados ambos a garrote vil en la Puerta Toledo para escarnio y deleite de la población que con solo lo leído en los diarios, ya había sentenciado a los hermanos sin el más mínimo miramiento.
No será fácil decir si los hermanos fueron culpables, estuvieron implicados o tan solo fueron utilizados para calmar la sed de venganza de la población, pero cuando menos parece evidente que por muy limitados que fueran los medios de investigación de la época, se llevó con más premura que la deseable en un caso de este estilo.


Imagen y relato tomados de la fuente Criminalia.es Os dejo el enlace por si alguno quiere aumentar la información de lo ocurrido.

FRASES Y REFRANES CASTIZOS (Parte 25)

Vamos a continuar alimentando nuestro particular diccionario de dichos, frases y decires de origen o uso castizo, espero que os guste.

Por el artículo 33. Esta frase se suele utilizar para indicar que algo se hace por que sí y sin discusión. Pero en verdad el origen de la expresión proviene de un artículo concreto, de un artículo del conocido como Fuero de los Españoles, que no era otra cosa que una serie de 36 artículos promulgados en 1945 y que regían los derechos y las normas bajo las que se debía regir el reino. 
En dicho artículo se indicaba "El ejercicio de los derechos que se reconocen en este Fuero, no podrá atentar a la unidad espiritual, nacional y social de España". Que era algo así como decir, que por muchos derechos y prebendas que se indicaran en todos los artículos anteriores, si las autoridades pensaban que incumplías este artículo, te tocaba tragar, por artículo 33.
Venir con cajas destempladas. Esta expresión no es directamente madrileña, pues su origen es del ejercito. Allí cuando se expulsaba se le hacía pasar por un paseillo mientras sonaban los tambores, para que estos no sonaran con la sonoridad adecuada, los tamborileros los destemplaban soltando el cuero que cierra la tapa del tambor, y de ahí viene la expresión, del destemple del tambor.
En Madrid se comenzó a usar esta costumbre cuando a un reo se le ejecutaba y de ahí la relación con nuestra ciudad.
Avenida del Quince y Medio. O avenida de los Obuses, con este nombre se conocía durante la Guerra Civil a la Gran Vía. EL nombre viene del calibre que se solía utilizar desde la Casa de Campo para bombardear la que es hoy por méritos propios una de las más características calles de Madrid. Hoy nos parece increíble pensar que dicha calle pudiera ser tan brutalmente atacada como para recibir aquél nombre, pero bueno, igual no es malo que recordemos que en un tiempo se la conoció con este nombre.  
Despelotarse.  A cualquiera que le preguntes cual es el origen de esta expresión, seguramente te diga que se refiere a quedarse en pelotas o a desnudarse, pero aunque está relacionada, la expresión es mucho más antigua que el referirse a quedarse desnudo como el quedarse en bolas o en pelotas.
Su origen proviene de la Edad Media, en aquella época, sobre todo durante los siglos XII y XIII, existía una prenda que se ponía sobre la saya, y que recibían el nombre de pellote, y que luego derivó a pellón o a pelote (dependiendo de el lugar). Dado que esta era la primera prenda que una mujer se quitaba de su indumentaria, comenzó a usarse la expresión despelotarse, para referirse a la acción de desnudarse.

Como suelo hacer en las anteriores entregas, aquí tenéis las anteriores entregas.


Calle Gran Vía durante la Guerra Civil (Fuente Rebus Matritensis)