EL TRÁFICO EN MADRID.

Cualquiera que a día de hoy viva en Madrid le parecerá una locura pensar que Madrid no siempre tuvo problemas de tráfico, pero lo cierto es que nuestros quebraderos de cabeza son más modernos de lo que en un inicio cabría de esperar.
De hecho Madrid no tuvo una normativa para el tráfico de automóviles hasta el 12 de junio de 1903, no tuvo un semáforo instalado hasta el 17 de marzo de 1926 y los peatones tuvieron que esperar hasta 1935, fecha en que el ayuntamiento comenzó a legislar para que estos no cruzaran por donde les diera la gana y para imponerles multas por el mal uso de las normas de tráfico.
Tal era el caos que en 1926, cuando se instaló el primer semáforo, fueron varias las publicaciones de prensa escrita, que se hicieron eco de la noticia, informando de cual era el código de colores que se debía seguir, cosa del todo desconocida por conductores y transeúntes.
Hasta la fecha los peatones circulaban por donde cada uno quería e incluso era habitual que algún coche tuviera que frenar en seco ante algún distraído transeúnte que cruzaba mientras leía el periódico.
Once años antes, el 10 de abril de 1924 se publicó el bando que imponía el actual sentido de la circulación, al cuál se puso en funcionamiento el 1 de octubre de ese mismo año, momento en el que los coches (que solían tener un único asiento centrado) dejaron de seguir utilizando el sentido de la marcha que tenían los carruajes, por la izquierda, el cual tenía su lógica ya que se utilizaba para evitar que los cocheros dieran con su látigo a los transeúntes al jalear a los caballos.
En 1935, como decíamos, el tráfico comenzaba a ser ya bastante masivo, con unos 18000 coches, más de 3000 taxis, unos 800 autobuses, 160 coches de caballos privados y 30 coches caballo de uso público que por aquél entonces recibían el nombre de simones.
Esto obligó al Ayuntamiento a ser muchísimo más estricto en lo que a legislación vial se trataba y a finales de ese año ya había impuesto cerca de 500 multas de 2 pesetas a peatones por cruzar por sitios no permitidos y más de 30 multas de 5 pesetas a conductores, por excesos de velocidad y contaminación acústica.
Otro dato curioso, no fue hasta el 26 de febrero de 1958 cuando se puso en funcionamiento la ley para que los coches de motor tuvieran que llevar espejo retrovisor. Hoy con el paso de los años, parece mentira que estuvieran 55 años circulando sin retrovisor pero la verdad tampoco es que ahora muchos lo utilicen aunque venga puesto de serie.
Por último, os dejo este enlace de la hemeroteca de ABC en la que se cuentan las 38 direcciones, que por entonces se podían tomar en la glorieta de Atocha. Me ha parecido un muy interesante documento y espero que os guste.

Primer semáforo madrileño.
Peatón jugándose la vida al cruzar la carretera.

Imagen donde se ve el antiguo sentido de la marcha.


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