De vez en cuando, me gusta con estas ventanas en el tiempo, rescatar algún negocio del que ya no podemos disfrutar, o incluso alguno, que como el del día de hoy, aunque sigue, y que parece que lleva con nosotros toda la vida, sí es cierto que se le nota su pasar por los tiempos, adaptándose a los tiempos actuales, pero manteniendo ese escaparate en el que tantas naricillas hemos estrujado contra su cristal.
Como aquellos caramelos de Toffee que nos compraban nuestros abuelos, y que a base de llegar a formar parte de nuestros empastes quedaron grabados en la memoria de nuestro paladar, la tienda de Caramelos Paco, es un clásico de Madrid, una de esas tiendas que no deberían desaparecer nunca, y que requieren obligatoriamente de que pasemos a comprar. Por muchos recuerdos que nos despierten y por mucho que pertenezca a nuestra memoria, os lo aseguro, si sólo pasamos a hacerles la foto y no pasamos a comprarles algo, terminarán desapareciendo sin remisión.
Como siempre comento, si un negocio te parece que es digno de perdurar en el tiempo, no te lamentes cuando cierre, asegúrate de entrar a comprar en ellos, por muy cruda que esta realidad nos parezca, los negocios de barrio, viven de lo que nosotros compramos hoy, no de todo lo que compraron nuestros abuelos en el pasado, aquello solo les trajo a nosotros.
Fotografía antigua: Autor no identificado 1934 (Fuente)
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2020