Mesón de Paredes

Posiblemente esta sea una de las ventanas en el tiempo más cambiantes que he realizado, y aunque en ella aparece una calle Mesón de Paredes, a la altura de su cruce con la Ronda de Valencia, y la calle prácticamente he sufrido modificaciones, es cierto que la fotografía antigua respira un aire de tristeza, que por suerte ya no guarda dicha calle.
Si os fijáis bien al fondo de la imagen antigua se ve una marabunta de gente que parece manifestarse por dicha calle, dado el año 1939 es lógico pensar que no se trata ni mucho menos de manifestación alguna, por lo que todo indica que puede tratarse de uno de los desplazamientos de vencidos que en aquel año se realizaban para desplazarlos de un lugar a otro.
Fijaros pues esta ventana sí que nos hace volar en el tiempo.

Fotografía antigua: Abril 1939 Albert- Louis Deschamps (Fuente Jacinto García Sánchez)
Fotografía moderna: Sergio Moreno Febrero 2016

Calle Mayor. Plaza de la Villa

Fotografía antigua: 1910 Autor desconocido. Si alguno lo conoce rogaría me lo indicara.
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno.

Embajadores

Fotografía antigua: 1953 Catalá Roca. (Vía Sonia Prieto. MBN)
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno.

Casa del Libro Gran Vía.

Fotografía Antigua: Archivo Telefónica, Fotógrafo Alfonso,  signatura R-02085_1, sobre el año 1926.
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno

Metro de Sol.

La Comunidad de Madrid ha anunciado que el próximo mes de septiembre se vence el contrato que venía teniendo la empresa Vodafone, por el que vinculaba su nonbre al de la estación de metro más famosa de toda España.
Esta publicidad que tenía bastante detractores, entre los que me incluyo, en Madrid por fin nos permitirá recobrar el nombre que para todos los madrileños no ha dejado de tener en este tiempo.
Para celebrarlo os dejo esta ventana en el tiempo que he preferido que sea fija para ir recobrando lo perdido.

Fotografía antigua: Cas Oorthuys 1955.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2016

LAVAPIES

Fotografía antigua: 1917 Ilustración  de la publicación "El Madrid de Luis Candelas" Madrid sin prisas 7 noviembre 2012. (Vía Secretos de Madrid)
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno.

CLUB BOGART Calle Cedaceros nº 7

Fotografía Antigua: Autor y año desconocidos (Anterior a 1965). Si alguno conoce los datos rogaría que me los indicara.
Fotografía moderna: Febrero 2016. Sergio Moreno. 

Ventana especialmente dedicada a Hipster de Extrarradio

¡¡¡A DUELO POR UNA REINA!!!

Ya sea por lo lejos que nos quedan estas defensas de honor, o por lo barata que parece ser hoy en día el peso de la honra, el caso es que cuando escuchamos hablar de duelos por honor, nos parece algo totalmente caduco y trasnochado, más propio de épocas pasadas que poco tienen que ver con los tiempos modernos.
Hoy vamos a recordar uno de estos duelos que fueron protagonizados en las calles de Madrid por dos famosísimos escritores de su tiempo, como fueron Don Pedro Antonio de Alarcón y Don José Heriberto García de Quevedo.
El duelo tuvo lugar un 12 de febrero de 1855, pero pasemos primero por los pormenores, para saber el motivo de tan desmedido desenlace.
Don Pedro de Alarcón era por aquel entonces el director del diario El Látigo, el cual como su propio nombre indica, era muy propenso a atacar y vapulear de manera afilada y mordaz a la reina Isabel II y todo lo que tuviera que ver con ella.
Por otro lado el escritor venezolano García de Quevedo, era un fuerte defensor de la monarca y de todo su séquito, cosa que era latente en sus artículos de pomposo bombo, que publicaba en el diario León de España.
Debido a su dispar parecer de opiniones, ambos se hicieron unos enemigos irreconciliables y al más puro estilo Góngora y Quevedo, se cruzaron textos y misivas cargadas de fuego cruzado.
Como parecía que el tema no había forma de resolverse por las buenas, como hemos comentado, el 12 de febrero de 1855 decidieron enfrentarse por las armas, con la idea de zanjar el asunto de una vez por todas y limpiar el honor de cada cual.
Aquella mañana, tras anunciar el juez de duelo las reglas del mismo, ambos contendientes dieron los treinta pasos de rigor y tras tres palmadas dadas por el juez como autorización de disparo, Don Pedro se apresuró a disparar su arma preso del nerviosismo y su poca experiencia en el manejo de las armas.
El tiro fue muy desviado, momento que aprovecho Don Heriberto, muchísimo más experimentado, para con total calma, apuntar a su oponente que ya se encomendaba al reino de los cielos. Don Heriberto tiró de gatillo y de manera totalmente deliberada falló su tiro, salvando con este acto la vida de su rival dialectico.
Don Pedro, se auto reconoció perdedor de aquel sin sentido y se mudó a Segovia abandonando su casa y sus obligaciones en el periódico. Allí se refugió en la literatura y el reposo a intentar curar las heridas de su ego.
Pero lo más curioso es que Don Heriberto, con su tiro delibaradamente errado, no sólo consiguió el perdón de su rival, sino que consiguió que este reflexionara en su exilio voluntario, hasta el punto de convertirse años después en defensor de la tendencia conservadora que con tanta implicación había atacado.
Años más tarde el propio Pedro Antonio Alarcón reconocía este episodio con el siguiente texto.
“A los 21 años, caballero andante de la revolución y soldado del escándalo, luché cara a cara con el poder más fuerte de mi patria, para venir a verme una mañana de febrero, sólo en un campo desierto, a merced de mis enemigos, no sabiendo mi imperita mano defender mi vida, y debiéndola a una noble genialidad de mi contrario, mientras mis cómplices de redacción se lavaban las manos, o hacían todo lo contrario de lavárselas.
Pero si mi desengaño y mi pena fueron horribles, el escándalo había sido igual, cáteme Usted ya célebre en la villa y corte, cuando apenas me apuntaba el bozo, y consagrado demagogo por las mil trompetas de la fama, el mismo día que dejaba de serlo. Tan cierto es que aquel día acaeció algo muy grave en mi corazón y en mi inteligencia, que desde entonces, hasta que volví a publicar una idea política, deje pasar 9 años, toda mi juventud”
Y hasta aquí la historia de este duelo bastante desconocido para el público en general, pero que no me negaréis que tiene un encanto propio indiscutible. Espero que sirva esta entrada como moraleja, para quienes defienden sus posicionamientos políticos, más allá del respeto del contrario. Cuidado no os pase como a Don Pedro y deba vuestro contrincante indicaros cuales son las líneas que no se han de cruzar.     

Pedro Antonio de Alarcón. 

PODCASTIZO.

Hace unos días tuve el enorme privilegio de que los compañeros de Podcastizo me invitaran a pasar la tarde con ellos y a divertirme charlando con otros enamorados de Madrid.
Os dejo el enlace por si queréis escucharlo y el contacto de los participantes por si queréis conocerles más en profundidad.

ENLACE DEL PROGRAMA (Espero que os guste)

Contactos en Twitter de los participantes
Podcastizo: https://twitter.com/PodCastizo
Hipster de extraradio: https://twitter.com/hdextrarradio
Madrid es Cool: https://twitter.com/MadridEsCool
CAvilesPhoto: https://twitter.com/CAvilesPhoto
Ana Villamuelas: https://twitter.com/AnaVillamuelas



-¡¡¡¡TRAPO CACHARRO!!!!!-

Hoy vamos a recuperar algo que en otro tiempo fue propio de nuestra normalidad, pero que con la inmediatez de nuestros días ha caído totalmente en el olvido.
Hoy en día sería algo totalmente impensable, pero en otros Madriles que en nuestras calles se han vivido, existió un oficio que para nuestros hijos o nietos sería como de cuento, como sacado de una novela histórica. Este oficio no es otro que el de trapero o cacharrero.
El cacharrero era un individuo, generalmente de género masculino o chicas de edad joven, que solía recorrer las calles de Madrid al grito de:
"EL CACHARRERO, EL CACHARRERO. CACHARRO POR TRAPO Y POR TRAPO CACHARRO"
Debido a este grito en algunas zonas de Madrid, además de por los nombres ya citados, se les conocía por "el trapo cacharro". Bueno, como os decía, el trapero recorría las calles de Madrid con su carromato o borrico cargados de utensilios de cocina de toda índole: ollas, cuencos, escupideras, jarras y jarrones de metal, cazos y cazuelas etc... con su peculiar reclamo voz en grito hasta que alguna señora desde el balcón le daba el alto para que esperara a que bajase.
La señora bajaba a la calle cargada con la ropa vieja, normalmente ya desgastada de tanto remiendo y de haber pasado de padres a hijos, e hijos, e hijos... y se la ofrecía al cacharrero para cambiarla por algún utensilio. Siempre ocurría que la primera oferta era totalmente descartada por ambos negociantes, por lo que se establecía un regateo muy castizo y curioso, que terminaba siempre con la señora aceptando de mala gana lo que "el trapo cacharro" ofrecía, y este argumentando que otro día ganaría ella (cosa que como podéis imaginar, nunca llegaba a ocurrir) pero que él utilizaba de reclamo para la siguiente vez, sabedor de que la señora había quedado prendada de algún utensilio con el que picarla para la siguiente negociación.
También existían traperos y cacharreros que no aceptaban trueque y que vendían sus productos por las calles junto con otros vendedores ambulantes como los cesteros, mieleros, botijeros, etc...
El oficio fue tan popular que incluso Goya refleja en una de sus obras, llamada "El Cacharrero", a uno de ellos intentando vender su género a dos damas y una anciana mientras pasa un carruaje, e incluso llegó a escribirse por Antonio Altadill allá por 1861, una novela titulada "El Trapero de Madrid", que recogía los dramas, andanzas y desventuras de este oficio tan duro.
Como os decía al principio, este oficio sería algo totalmente descabellado en nuestros días, por lo que por muy mal que nos marche hoy en día, recordemos que en otros tiempos se usaba el trueque como medio necesario de subsistencia, por lo que dejemos de quejarnos tanto, que somos unos privilegiados.

Caravana de Traperos en la carretera de Alcalá de Henares. Santos Yubero 14-12-1951.
Botijero. 1945. Manuel Urech (Fuente Historias Matritenses).
El trapero de Madrid de Antonio Altadill (Fuente Todocolección)
El Cacharrero Francisco de Goya (Fuente Museo del Prado)

CARNAVALES

Pues un año más, ya están aquí las fiestas de carnaval!!!! Antes de que el entierro de la sardina nos encuentre escondidos entre el anonimato de nuestros disfraces vamos a recordar como disfrutamos el carnaval en esta ciudad de la mano de los grandes fotógrafos que la han retratado.
Espero que os guste:

Palacio Duques de Medinaceli,CARNAVAL 1884  Autor desconocido (Fuente todocolección.net)
Carnaval por la Castellana 1908 (Fuente ABC)
Carnaval 1915 la señora sentada en la carroza es Emilia Pardo Bazán (Fuente Archivo Ragel)

Fotografía de José Luis Demaría López, “Campúa” padre, publicada en Nuevo Mundo el 7 de marzo de 1919. En su pie figura: “Mascarada original: los alumnos de la escuela de arquitectura disfrazados y caracterizados de personajes políticos, literarios y artísticos que celebraron el domingo de Carnaval el acto de colocar la primera piedra para el futuro edificio de la Escuela de Arquitectura
Fotografia firmada por Campúa, probablemente autoría de Campúa padre, publicada el 27 de febrero de 1920 en Nuevo Mundo para ilustrar el relato “La máscara roja” de José Ortega Munilla
Carnaval 1920 (Fuente Todocolección)
Fotografía de José Demaría Vázquez “Campúa” que ilustró el mes de febrero de 1922 en el almanaque de la revista Nuevo Mundo. Las dos modelos que hacían de Colombina y Arlequín habían posado para la cámara del fotógrafo dos años antes en los jardines de Joaquín Sorolla
Carnaval en el Circulo de Bellas Artes 1923 Fotografía de Luis Ramón Marín (Fuente Oltre il muro)
Baile de disfraces de Carnaval organizado por Luis Rubiera a los directores y artistas de la pantalla española el 1 de marzo de 1952 (Pepe Campua)

Fuente fotografías y textos de Pepe Campua extraídas del enlace facilitado.

TELEFERICO

Para los que nunca hayáis encontrado una excusa para montar en el teleférico o haga mucho tiempo que no regresáis, os dejo esta selección de imágenes que he realizado el pasado domingo 7 de febrero de 2016. Quién sabe igual es el empuje que necesitáis para hacerles una visita.









Toda las imágenes mostradas son propias.

Cuchilleros aparcamiento

Fotografía antigua: 1932 Autor desconocido Si alguno lo conoce rogaría me lo indicara.
Fotografía moderna 2016 Sergio Moreno

LOS REYES DESTERRADOS

La historia de hoy trata sobre las estatuas de los reyes que se pueden ver en dos hileras en la Plaza de Oriente. Bueno, de estas y de sus compañeras que se encuentran desperdigadas por los Jardines de Sabatini, el Retiro, el Museo del Ejército e incluso alguna desperdigada por Toledo, Burgos, Logroño e incluso Vitoria. En total son un centenar de estatuas de los soberanos Españoles.
Aunque normalmente se las conozca como las estatuas de los reyes Españoles, lo cierto es que tenemos reyes, emperadores romanos, soberanos del nuevo mundo como Moctezuma y Atahualpa la de algún rey godo que no se ha podido identificar e incluso la del propio Santiago Apóstol que soberano no fue, pero como patrón de España también tiene su presencia.
Pues bien, cuando uno mira estas estatuas tiene la impresión de no ser de muy buena calidad artística, ya que tienen un nivel de acabado bastante poco pulido. Esto a diferencia de lo que algunos han podido pensar al verlas, no se debe a las malas artes de sus escultores, se debe a que fueron creadas para verse desde lejos y por ello no necesitaban un nivel de detalle tan preciso como se esperaría de una estatua pensada para verse a pie de calle.
Las primeras esculturas fueron creadas por orden de Carlos III (algunas se han ido haciendo posteriormente) para decorar las repisas del Palacio Real, pero según cuenta la leyenda, cuando todas estaban terminadas, Isabel de Farnesio comenzó a tener terribles pesadillas en los que un terremoto hacía que se vinieran abajo matandola bajo una pila de mármol. Tal era el miedo que le producían estas pesadillas, que ordenó a su hijo que se dejaran de colocar en las repisas del Palacio.
Tal fue su insistencia, que el rey no tuvo más remedio que ceder ante los caprichos de su mamá, y por ello la mayoría de los reyes Españoles fueron desterrados de palacio de un solo plumazo, por lo que mucho habrán mandado los reyes españoles pero cuando se trata de una madre… no hay reinado que lo supere.
Esto es lo que cuenta la leyenda sobre las mismas, aunque muchos mantienen que no fue tal cual y que simplemente les dió miedo poner tanto peso en aquellas repisas y por eso se decidieron no subirlas. Lo que sí parece verificado es que el 8 de febrero de 1760, Carlos III firmó el decreto que las exiliaba a no ser instaladas en su ubicación primaria, por lo que fuera de un modo o de otro, los reyes quedaron desterrados de Palacio por los restos.
Espero que la próxima vez que paséis por delante de ellas las acompañéis en su frío destierro, nunca tantos reyes se resignaron a vivir acampados a los pies de tan magnífica residencia.
Por último, os propongo un juego para los que queráis participar. Aunque la mayoría de ellas son estatuas masculinas, bien es cierto que seis de todas las que podemos ver en Madrid corresponden a mujeres. Si os apetece os propongo que intentéis encontrarlas (para los que no puedan o quieran, al final de este post, tras la fotografía, os dejaré la solución de donde se encuentran) la lista de las homenajeadas es:
- Bárbara de Braganza.
- María Luisa de Saboya.
- Isabel I de Castilla.
- Sancha I de León.
- Doña Urraca
- Doña Berenguela
Mucha suerte a todos en vuestra búsqueda.

Plaza de Oriente fotografía de E.K. Tenison 1852

Solución al juego:
Bárbara de Braganza y María Luisa de Saboya en la fachada sur del Palacio Real.
Isabel I de Castilla en los jardines de Sabatini.
Sancha I de León en una de las hileras de la Plaza de Oriente.
Doña Urraca y Doña Berenguela en el Parque del Retiro

Plaza Santa Cruz


Fotografía antigua: Fecha y autor desconocido. Por favor, si alguno conoce los datos rogaría que me lo indicara. (Fuente Madtour misterio)
Fotografía Moderna: 2016 Sergio Moreno.

El atentado del "2".

Corría el 2 de febrero de 1852, cuando la reina Isabel II se disponía a salir de palacio para dar las gracias por el nacimiento de su hija a la Iglesia de Atocha.
Ya estaba todo preparado cuando un cura, que respondía al nombre de Martín Merino y Gomez, pero que ha pasado a la historia con el sobrenombre del “Cura Merino”, se coló en el interior de palacio y sacando un estilete de su sotana, que al parecer, había comprado en el Rastro un tiempo antes, intentó asesinar a la reina.
Por suerte para ella, entre las ballestas del corsé que llevaba y la ornamentación de su vestido, la hoja del estilete no consiguió profundizar en su cuerpo y tan sólo le ocasionó una herida en el brazo derecho.
Rápidamente la reina fue llevada al interior de palacio para ser atendida de sus heridas.
El cura fue detenido y llevado a la cárcel del Saladero, donde fue interrogado y reconoció que también tenía intención de atentar contra el presidente Narvaez. En la tarde del día siguiente se celebraría su juicio, al que Reo rehusó asistir y se le daría ajusticiamiento mediante Garrote tan sólo cinco días después del atentado.
Como datos curiosos, me gustaría contaros cinco anécdotas que están relacionadas de una u otra manera con el atentado.
La primera, es que se dice que el cura había ganado en 1843 un premio de la lotería de cinco mil duros, con el que montó un pequeño negocio de usura, que le acarreó diversos problemas. Adiós al voto de pobreza...
El segundo, es que según la ley que estaba vigente entonces, los condenados por regicidio debían llevar puesto en el momento de su ajusticiamiento unas vestimentas amarillas con manchas rojas, y por casualidades del destino, el cura merino fue el encargado de estrenar tan deshonrosa vestimenta a la fecha de su muerte.
La tercera es que el cura fue ajusticiado en el que hoy conocemos como el Parque Enrique Herreros en donde por aquel entonces se había desplazado el campo de ejecuciones tras trasladarlo desde el que era más popular en la Plaza de la Cebada. 
La cuarta, es que se dispuso que para evitar problemas, tanto su cuerpo como todas sus pertenencias fueran quemados y esparcidos en una fosa común, con el fin de evitar que el cura fuera mitificado por algún seguidor de sus acciones.
Y por último aunque no por ello menos curioso, se dice por los seguidores de las cábalas que este atentado está fuertemente relacionado con el número 2, y es que, ya sea por azar o por destino, el cura hizo 2 heridas a Isabel II cerca de las 2 de la tarde, del día 2, del mes 2, del año 2, de la segunda mitad del siglo, por lo que es complicado encontrar en nuestra historia un momento que tenga tanta relación con este número.

Como os decía, no sé si será algún augurio de los astros o ganas de rizar el rizo, eso ya os lo dejo a vuestra elección, pero no me diréis que no es una peculiar coincidencia. 





Imágenes del corsé que le salvó la vida a la Reina Isabel II (Fuente ABC).
Os dejo este enlace con las fotos que habían sido inéditas hasta su publicación por ABC. El corsé actualmente se encuentra en el Museo del Traje.

Jugando en el Viaducto


Fotografía antigua: 1965 Autor desconocido. Si alguno conoce el autor rogaría que me lo indicara.
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno.