¿EL OSO O LA OSA? Y EL MADROÑO.

Es bastante habitual que exista cierta polémica sobre la sexualidad de nuestro querido plantígrado. Voy a intentar explicaros para que queden resueltas de una vez vuestras dudas al respecto. Dejando de lado lo tremendamente absurdo que resulta discutir sobre la sexualidad de una estatua, y que si yo fuera esta estaría más preocupado por mi virginidad, más que por mi sexo, cierto es, que de toda la vida, ha sido una osa la que engalanaba el escudo de Madrid, por venir su imagen de representación animal de las siete estrellas de la osa mayor.
Según se dice, se cuenta o se rumorea, a la iglesia aquello del sexo femenino le chirriaba bastante, cosa que por otra parte tampoco puede pillar a nadie desprevenido, por lo que decidieron que ya que el oso rampante con sus patas posadas sobre el árbol, pasaban a representar su imagen en el escudo de Madrid, al otorgársele el poder sobre las tierras de pasto,  preferían que fuera un macho de pelo en pecho a una dulce osezna.
Por lo que hasta aquí parece clara la sexualidad de la osa de nuestro escudo, por más que se quisiera modificar durante la historia por otros motivos que ya están como poco pasados de moda.
Pero por otra parte, no es menos cierto que cuando se le otorgó el encargo a Antonio Navarro Santafé de que erigiera una escultura del oso y el madroño, este ya había recibido el encargo de hacer otra estatua de un oso para el Parque Berlín, aunque su inauguración se decidió retrasar para no enturbiar la inauguración de nuestro protagonista.
Para ninguno de los dos trabajos se le especificó sexo del animal por parte del consistorio, por lo que el autor, no sabemos si por desconocimiento de la historia, por no quererse meter en historias o por el que a él le pareciera un tanto ridícula la polémica sobre la sexualidad de un oso en una escultura, lo que realizó fueron dos osos, uno como hemos dicho para el Parque de Berlín y el otro el que hoy disfrutamos en la céntrica plaza madrileña.
El autor tomó como modelo un oso del Parque de Fieras del Retiro que había sido capturado en Asturias y al que decidió bautizar con el nombre de Felipe. El nombre parece que se le ocurrió pues él era de Villena, como lo era también su famoso amigo Ruperto Chapí, el cual había escrito su Zarzuela “La Revoltosa” y quiso que como homenaje, su oso llevara el nombre de Felipe (como los protagonistas de la zarzuela que son Felipe Y Mari Pepa). Parece claro entones que el autor de la obra lo que realizó fue un oso, pues si no, la hubiera llamado Mari Pepa y el homenaje quedaría igual de intacto.
Para aquellos que no se fíen de lo que les digo, que nadie está obligado faltaría más, aquí les dejo una carta de agradecimiento que el autor de la obra le envía al propio Alcalde de Madrid. En ella deja más que claro que lo suyo es un oso y que su nombre, mal que le pese a los puristas de la tradición del escudo, es Felipe.

“Excelentísimo señor don Carlos Arias Navarro, alcalde presidente del Excelentísimo Ayuntamiento. Madrid.
“Excelentísimo señor, amigo mío y alcalde de la Villa y Corte, que tiene su más puro símbolo en el Oso y el Madroño: Sé que “Felipe”, el plantígrado carpetano que por voluntad de usted va a levantar sus reales manazas en el ámbito madrileño de la Puerta del Sol – manos que van hacer de la “bola de Gobernación” el más bello y mítico madroño madurado bajo las estrellas madrileñas – piensa escribir unos rengloncillos a vuestra edilicia autoridad agradeciéndole el hueco de honor que en la famosa y universal plaza (Puerta, quiero decir), y pese a la disparidad de opiniones surgidas ante el hecho, se ha dignado usted concederle, para que, como primer vecino de esta coronada Villa, presida la eternidad de los acontecimientos de la que ella tiene que ser -¡siempre será la Puerta del Sol la Puerta del Sol – único y solemne escenario.”
“Allí el broncíneo “Felipe”, encaramado en su pedestal, cerca del kilómetro 0 que cuenta y mide lo radial de España, cerca de las calles de Carretas, carrera de San Jerónimo, Alcalá, Montera y las demás, por donde aún pululan sombras galdosianas imborrables, donde la sangre de “la afrancesada” aun late fresca, donde tantas cosas viven y perviven – viejos cafés, viejas librerías, viejos balcones que vieron procesiones y algaradas -; allí, “Felipe”, va a sentirse como un director de orquesta que llevase entre las uñas la batuta del ritmo de su Madrid.”
“Y si el oso quiere dar a su alcalde las gracias por esta ubicación tan genuinamente matritense, ¿cómo no se las dará el escultor que por usted, alcalde, señor y amigo mío, ha logrado ver que la impronta de sus dedos, primero en el barro y luego en el bronce, va a quedar fija y palpitante en el acrisolado aire de la Puerta del Sol?.
“Mi obra podía haber sido emplazada en otro sitio, y no por eso dejaría de ser mi obra. Pero el emplazamiento que usted ha decidido darle trastrueca las cosas, y ya mi obra no es mi obra, sino que es la obra de Madrid, de cada uno de sus hijos y, en singular, de su Ayuntamiento, cuyo alcalde ha honrado a un escultor ofreciéndole el corazón de Madrid para que sobre él se coloque la monumentalidad del Oso y del Madroño que, a fuerza de símbolo y a fuerza de amor, deja de ser mía para “ser” de todos y para que todos sean míos en la efusión cordial de la Puerta del Sol de Madrid.”
“Escribo estas letras agarrado a la pataza de “Felipe” madrileño por antonomasia, y con la derecha, que me queda libre, aprieto la de usted, amigo y alcalde de este Excelentísimo Concejo, en la seguridad – para usted y para mí – de que mi devoto trabajo está siempre a la disposición madrileña de su alcalde, que por obra de su madrileñismo ha colocado el Oso y el Madroño en la hermosura eterna de la Puerta del Sol.”
“Siempre amigo de vuestra excelencia, Firmado, Antonio Navarro Santa Fe.”

Fuente de la carta antonionavarrosantafe

Por lo dicho, parece que si nos referimos al escudo de Madrid todo indica que deberemos referirnos a la osa, pero si nos referimos a la escultura de la puerta del Sol, entonces su autor no nos deja otra opción que tener que hablar del oso y el madroño o del oso Felipe, eso ya lo dejo a vuestra libre elección, pero de una u otra manera oso por los cuatro costados.


Puerta del sol 10 de enero de 1967 inauguración escultura del Oso y el Madroño
Santos Yubero. Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. Signatura 24877.18


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