La última organillera.
¿Sabías que Madrid es la capital con más arboles...?
Con más de 300.000 árboles Madrid es la capital europea con más arboles, de ellos aunque la mayoría habrá pensado que están en el Retiro o en la Casa de Campo algo más de 200.000 están en nuestras calles, y el resto en nuestros dos pulmones y el resto de jardines de nuestra ciudad
La única capital del mundo que nos supera en arboles es Hong Kong que tiene cerca de 100.000 arboles más que nosotros, aunque ellos tienen el triple de población
EL BARRIO DE LAS LETRAS
Recogiendo grano en La Gran Vía el 4 de noviembre de 1936. (Luís Ramón Marín).
MALASAÑA
Alguno estará
pensando que voy a daros hoy una lista de bares a los que ir o sitios en los que rescatar la famosa Movida madrileña que durante los ochenta se gestó en este Barrio, pero
arriesgándome a su decepción, hoy no voy a hablaros del barrio, sino de
la heroína que hoy da nombre a la calle, y popularmente a todo el barrio que
oficialmente es el Barrio de Maravillas pero que todos los madrileños conocemos
por el Barrio de Malasaña.
Manuela
Malasange Oñoro nació en Madrid el 10 de Marzo de 1791, su padre Jean Malasange
era de procedencia francesa y su Madre Marcela Oñoro era una dedicada ama de casa madrileña que realizaba trabajos puntuales como costurera, oficio que su
hija heredó y el cual desempeñaba en un taller próximo a su calle. El apellido
de su abuelo paterno fue españolizado ya que sonaba demasiado afrancesado como para
vivir en un Madrid que no tenía demasiadas simpatías con el país vecino, aunque hay quienes mantienen que este lo españolizaron mucho antes cuando aún no había ninguna revuelta con Francia y sus franceses, en verdad no se sabe realmente cuando se castellanizó su apellido.
Existen dos
versiones sobre lo que ocurrió aquel día en que Manuela y su familia pasaron a
la posteridad en la memoria popular.
En la primera de
las hipótesis, la mañana del 2 de mayo de 1808, cuando Manuela sólo contaba con
17 años, la joven desde el balcón de su calle un cuarto piso del número 18 de
la Calle de San Andrés, ayudó a defender el Parque de Infantería de Monteleón.
Su padre disparaba desde el balcón y su madre y ella lo abastecían de
municiones para que no cejara en su defensa ni un segundo. Un disparo alcanzó
de muerte a la joven dejándola tendida a los pies de su padre quién continuó
disparando las armas que le proveía su mujer con el cadáver de su hija tendido
a sus pies, hasta que éste y su madre también cayeron abatidos.
En la segunda de
las hipótesis, y que es la que yo siempre había conocido, Manuela se encontraba trabajando en su taller de costura cuando
se iniciaron los levantamientos, la
dueña las negó la salida hasta que se hubieran terminado los enfrentamientos.
Ya de regreso a su casa Manuela fue
abordada por unos soldados franceses que
intentaron aprovecharse de la muchacha, la joven sacó las tijeras propias de su oficio, que llevaba
en su falda e intentó defenderse con ellas, no llegó a
hacerles nada, pero dado que portar armas estaba totalmente prohibido, los
soldados la ejecutaron allí mismo sin el menor miramiento por la muchacha.
Es difícil saber
cuál de las dos versiones es la real, puesto que los datos no son del todo
esclarecedores, pero lo que sí ha quedado es que Manuela fue registrada como el
cuerpo número 74 de las muertes de aquella jornada. Fue enterrada en
la iglesia de la Buena Dicha en la calle Silva que por aquél entonces era un
hospital, donde también fue enterrada Clara del Rey, otra heroína de aquella
jornada que sin embargo no ha pasado a la posteridad con el mismo renombre que
Manuela Malasaña.
Hay una curiosidad sobre el Barrio de Malasaña que mucha gente desconoce, y es la de que la primera fábrica de nuestra cerveza Mahou, la más castiza, estaba en la Calle Amaniel de este Barrio, aunque todavía no se la conocía como Cervezas Mahou sino que se llamaba Hijos de Casimiro Mahou, fábrica de hielo y cerveza. Y Bueno, hasta aquí nuestro recorrido hoy por la imagen de esta pobre niña que de fuera cuál fuese el modo en que murió ya se ha ganado un trocito de nuestros corazones.
EL EDIFICIO MAS ESTRECHO DE MADRID
A pocos metros de este edifico, en el nº57 de la Calle Mayor, existe una tienda en la que figura una placa indicando que tambien este edificio es el más estrecho de Madrid, y aunque verdaderamente es más estrecho que el anterior, tiene algo de trampa, pues la entrada a la tienda es la única entrada que tiene el edificio y el resto de los pisos superiores se encuentran cerrados y sólo se podría acceder a él por una trampilla que la dueña de la tienda ha conservado en el techo de la misma, por lo que sí, es un edifico muy estrecho, pero no tiene uno como tal.
CARTA DE UN CHISPERO A DON NAPOLEON 1808
Pero bueno hoy quería dejaros este impresionante documento que me ha envió hace años un amigo y que se encuentra en la Hemeroteca Municipal y cuál me gusta compartir con vosotros cada 2 de mayo. Para aquellos que tengan el gusto y paciencia de leerla íntegra, podrá hacerles entender mucho mejor que cualquier explicación mía el carácter de los famosos chisperos. Ahí os la dejo que la disfrutéis.
señor baladrón, señor espadachín, seo guapo, seo Bonaparte ó calabaza, que es lo mismo: ya que no tuvo usted espíritu para venir á presenciar la tremenda marimorena que tuvimos en esta corte el dia 2 de Mayo , con zarrapastrosa y miserable gavilla de rateros, rapiñadores que defienden á usted; y ya que, gracias á Dios pude yo librar mi pellejo, le contaré a usted, (aunque parezca que no viene al caso) algunas de las cosillas que el engolletado , el casquivano, el faramallero , el fantastico , y el desenfrenado garañón de Murat ó Muladar como le llamamos por acá, se habrá dexado en el tintero al dar parte á usted. de tan sonada sarracina entre su despilfarrada tropa, (como llevo dicho) y nuestro resalado exercito chisperial. Pues señor vaya de cuento: habiendonos querido comulgar con ruedas de molino , el susodicho agente zurcidor de voluntades, y correveidile de usted. (con su acuerdo , y el de otros muchos picaros que comen pan ) para encarxarnos encima de las costillas una albarda muy pesada , y no siendo nosotros ni ningún buen español gente que sufra pulgas agenas; se nos subió el humo é las narices, nos arremangamos los brazos.