Corría el 19 de Julio de 1936, cuando la población madrileña cargada con palos y estacas enfilaba la calle Preciados en esta preciosa instantánea. Estaba recién iniciada la guerra entre hermanos más cruenta del continente y la que esperemos lo sea de toda nuestra historia.
Hoy gracias a la magia de la composición fotográfica, podemos ver como se entremezclan con las personas de nuestros días que ajenas a lo que se les viene encima parecen entorpecer e incluso enfrentarse a su paso.
Para algunos será un recuerdo duro, para otros la constatación de algo que sucedió en nuestras calles y que con las prisas de nuestros días, a veces olvidamos que fue mucho más cercano de lo que nos imaginamos. No está de más de vez en cuando traer estos recuerdos a nuestros días, no sea que los olvidemos del todo.
Fotografía antigua: 19 Julio de 1936. Desconozco el autor pero si alguno lo sabe, le rogaría que me lo indicara para poder indicarlo.
Fotografía moderna: Sergio Moreno. Septiembre de 2015.
PLAZA DE LOS CARROS
Desde siempre, la Plaza de los Carros ha tenido un lugar en nuestro corazón. Quizá sea por ese espíritu tan nuestro que se ha mantenido en el tiempo, o por esa Iglesia de San Andres que se ha venido ampliando y manteniendo desde el Siglo XII, peor lo cierto es que lleva siendo punto de reunión de los madrileños durante todos estos años.
Hoy se juntan los carros con los coches modernos. Las gentes que se encaminan a tomar algo en las muchas terrazas de la zona, con las que dedican todo su tiempo al trabajo y la tarea.
Disfrutemosla todos bajo ese precioso cielo azul, quizá sea de esos puntos de Madrid que aún no se han vuelto transformados por nuestras prisas.
Foto antigua 1910 Hermanos Missé.
Foto moderna. 2015 Sergio Moreno
Hoy se juntan los carros con los coches modernos. Las gentes que se encaminan a tomar algo en las muchas terrazas de la zona, con las que dedican todo su tiempo al trabajo y la tarea.
Disfrutemosla todos bajo ese precioso cielo azul, quizá sea de esos puntos de Madrid que aún no se han vuelto transformados por nuestras prisas.
Foto antigua 1910 Hermanos Missé.
Foto moderna. 2015 Sergio Moreno
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Ventanas en el tiempo.
MATA HARI
Hoy vamos a repasar un poco la historia de
ésta mujer, que si bien no está ligada directamente a Madrid, sí que nos da una
imagen de enredos y conspiraciones, que ya repasamos cuando hablamos sobre el
café Embassy de Madrid y que en gran parte se manejaron en un Madrid que se
mantenía “neutral” a una guerra que conmocionaba y manejaba el mundo entero.
Seguro que os despierta alguna curiosidad sobre su personaje.
Margaretha Geertuida Zelle, que así se llamaba la Mata, nació en
Holanda, más concretamente en Leeuwarden un 7 de agosto de 1876, su madre Antje
Van der Meulen era procedente de la Isla de Java y aunque
he visto algunos escritos que contaban que fue ella la que le dio su toque
artístico en el baile, eso es algo poco probable, dado que esta falleció cuando
la pobre Margaretha sólo tenía 6 años.
Por ello se crió bajo los protectores, muy muy protectores brazos de su padre Adam Zelle, un sombrerero holandés, que intento cubrir la ausencia de una madre, dando a Margaretha todos los caprichos que esta tenía. Quizá por ello la niña desde muy pronto desarrolló una tendencia a la manipulación masculina, y sobre todo a los uniformes, por los que desde muy joven sintió cierta atracción. Con tan sólo dieciocho años, contesto a un anuncio de contactos en el que el oficial holandés Rudolf John McLeod buscaba esposa, y se casó con él tan solo un año después.
Por ello se crió bajo los protectores, muy muy protectores brazos de su padre Adam Zelle, un sombrerero holandés, que intento cubrir la ausencia de una madre, dando a Margaretha todos los caprichos que esta tenía. Quizá por ello la niña desde muy pronto desarrolló una tendencia a la manipulación masculina, y sobre todo a los uniformes, por los que desde muy joven sintió cierta atracción. Con tan sólo dieciocho años, contesto a un anuncio de contactos en el que el oficial holandés Rudolf John McLeod buscaba esposa, y se casó con él tan solo un año después.
Pero la joven Margaretha no parecía
llamada a vivir una vida de amada esposa tranquila y sosegada, y tan solo
cuatro años después sufrió la muerte de su hijo envenenado, y como la relación
con su marido se enturbiaba tristemente, estando la familia afincada en Java debido al
destino de su marido. Cansada de los malos tratos y las borracheras de su
marido, cuando la familia retornó a Europa, se largó a París, sin su hija pequeña,
de quién perdió la custodia en un juicio, y aprovechando los rasgos exóticos
heredados de su madre, así como su belleza, consiguió hacerse pasar por
bailarina, imitando los bailes que había visto durante su residencia en
Indonesia, para comenzar su carrera bajo el sobrenombre de Mata Hari, cuya
traducción sería “Ojo del Amanecer”.
En París rápidamente se convirtió en una
estrella y comenzó a visitar otros países en sus giras. Entre ellos estuvo en
Madrid donde llegó en 1915 al Central-Kurssal y al teatro Alhambra entre otros, y donde despertó los deseos de lo más granado de la nobleza madrileña. Era
habitual verla en el Café Gijón y en los mejores locales madrileños a los que
siempre acudía muy bien acompañada.
Este interés desmedido que desataba entre
los hombres la llevo a mantener relaciones, más o menos intensas, con
importantes mandos de ambos bandos, como eran el capitán alemán Von Kalle, con quien mantuvo un sonado romance en el
Palace de Madrid (aunque ella era más asidua del Ritz); con el cónsul alemán en
Amsterdam Eugen Kraemer o con el oficial ruso Vadim Masslov quién se dice que
fue el único amor verdadero de su vida.
El caso, es que es que esta situación de
privilegio de poder moverse con soltura por las costuras de ambos bando la
llevaron a convertirse en espía doble y fue el jefe del contraespionaje
francés, el capitán Ladoux (supuestamente propuesta por su amor, el oficial
ruso Masslov) quién, en la visita que ya hemos comentado en 1915, ya la había encargado
personalmente, de hacer seguimiento al embajador alemán en Madrid, quién sin
desmerecer para nada sus encantos femeninos, no terminó nunca de caer en sus
redes ni de fiarse de ella al completo.
El caso es, que según se dice, la cupletista Raquel Meller la denunció, por lo que al regresar a París, fue detenida en París un 13 de
febrero de 1917 y fusilada un 15 de octubre de 1917, tras un juicio que duró
escasas horas y en el que no existían grandes pruebas de su culpabilidad, salvo
el testimonio de algún amante despechado, algunas hipotesis en las que se basó el arresto y una carta enviada por Margaretha desde Madrid y que fue interceptada en la Torre Eifel, y en la que al parecer, se podía intuir su labor
de espía en la sombra.
El caso, es que pocas
dudas quedan a día de hoy, de que realmente fuera culpable de espionaje y de
que su paso por Madrid, no dejó a prácticamente nadie indiferente, aunque hoy
nos parezca que quizá la pena y el juicio fue algo precipitado y desmedido.
Pelotón de fusilamiento que terminó con la
vida de Mata Hari representado para el cine
Detalle de la ficha de detención de
Mata Hari
Imagen de Mata Hari en todo su esplendor
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Curiosidad,
Historia
Calle Espoz y Mina.
Uno de los privilegios de crear estas composiciones, es permitirse el lujo de poder recuperar cosas que ya no están entre nosotros. Este es el caso de esta esquina en la que durante muchos años la gran sastrería Casa Seseña deleitó a los madrileños con lo mejorcito de la sastrería local y con sus inconfundibles capas y gabardinas, que durante años fueron de lo más laureado del gremio. En la composición de hoy, voy a hacer algo que no suelo hacer, y es dejaros las dos fotografías de las que he partido para conseguir este resultado. Más que nada pues para mi ha sido un verdadero reto el poder rescatar ya no un local o un monumento, sino un edificio entero. espero que os guste el resultado.
Fotografía de Sergio Moreno 2015
Fotografía de Horacio Novais. Aproximadamente en 1950
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Ventanas en el tiempo.
Iglesia Santa Cruz.
Amanece en Madrid entre la llovizna y la bruma de la mañana, un tranvía baja la calle mientras los camiones de reparto abastecen las tiendas de sus necesidades. Esta escena que tantas veces a recorrido Madrid, es hoy la protagonista de nuestra ventana en el tiempo. Espero que os guste y os traslade durante los casi cien años que componen ambas fotografías.
Fotografía Antigua: Años 20 hecha por Pasapporte Archivo Loty
Fotografía Moderna Año 2015 Sergio Moreno.
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Ventanas en el tiempo.
LA MALLORQUINA
SI hay una pastelería en Madrid que tenga presencia en nuestros corazones, es sin duda la Mallorquina. Esta castiza pastelería que se encuentra en la calle Mayor nº 2 esquina con la Puerta del Sol, lleva desde 1894 haciendo las delicias de varias generaciones de madrileños. Hoy hacemos un salto en el vacío y podemos ver como ya en 1936 los madrileños se agolpaban al igual que ahora para disfrutar de sus excelentes napolitanas, de su maravillosa bollería y sobretodo de las innumerables tertulias que entre cafés y pastas han podido disfrutarse tras sus puertas. Bueno, aquí os dejo con mi homenaje, estpero tengáis una feliz merienda en la Mallorquina.
Fotografía moderna 2015 Sergio Moreno.
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Ventanas en el tiempo.
LA CALLE DESENGAÑO.
Madrid está llena de leyendas y de
historias, que aunque de dudosa procedencia, la visten de un halo más romántico,
aún si cabe, que con el que ya su preciosa historia la viste.
Personalmente, como muchos de vosotros ya
sabéis, me encantan estas historias pues más allá de que sean leyenda o
realidad, al convivir con nosotros tanto tiempo, ya importa bien poco su
veracidad, ya son nuestras, son una vecina más, son la sal del huevo de nuestra
ciudad.
Este es el caso del origen de esta calle que
aunque su veracidad es del todo dudosa, el hecho de que lleve con nosotros
desde el siglo XVI y aún conserve su nombre en la calle, la hacen como si fuera
de la familia.
La historia del nombre de la calle tiene
su origen en un duelo, en uno de esos duelos que aunque prohibidos eran la
finalidad de casi cualquier conflicto entre cualquier hombre que se apreciara
de serlo.
Al parecer, se encontraban en las
inmediaciones de esta calle, Jacobo Gratii (conocido por todos como Caballero
de Gracia) y el príncipe Vespasiano de Gonzaga, resolviendo un conflicto de
faldas, esperemos que de más alcurnia que el de las actuales señoritas que
deambulan por la zona, cuando delante de ellos, sin importarle lo más mínimo el
castañeo de las espadas o el peligro de la contienda, pasó una dama a la
carrera tapada por un velo y perseguida por un zorro. Los dos caballeros sin
pensarlo un instante detuvieron su reyerta y corrieron en auxilio de la dama a
la que, tras espantar al animal, encontraron un poco más adelante retomando el resuello
apoyada en una tapia.
Los caballeros se acercaron a la muchacha, para ver si esta se encontraba bien y si como premio a su gallardía obtenían alguna recompensa por ello, cuando esta se retiró el velo enseñando con ello su rostro. Ambos caballeros observaron con estupor como la dama parecía no encontrarse ya en el muerto de los vivos y su rostro se encontraba completamente momificado, al unísono, los caballeros exclamaron ¡Qué desengaño! Y sin más la calle comenzó a tomar este nombre como recuerdo de esta leyenda que hoy parece de chiste, pero no cabe duda que en el Madrid de la época dejó una profunda huella entre los habitantes de la zona.
Los caballeros se acercaron a la muchacha, para ver si esta se encontraba bien y si como premio a su gallardía obtenían alguna recompensa por ello, cuando esta se retiró el velo enseñando con ello su rostro. Ambos caballeros observaron con estupor como la dama parecía no encontrarse ya en el muerto de los vivos y su rostro se encontraba completamente momificado, al unísono, los caballeros exclamaron ¡Qué desengaño! Y sin más la calle comenzó a tomar este nombre como recuerdo de esta leyenda que hoy parece de chiste, pero no cabe duda que en el Madrid de la época dejó una profunda huella entre los habitantes de la zona.
Los integrantes del duelo Vespasiano de
Gonzaga y Jacobo Gratii.
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