LA BELMONTEÑA.

Supongo que muchos de vosotros os estaréis preguntando quién es esta señora de la que hoy os hablo y que tan poco conocida es en nuestra historia… pues bien, realmente la Belmonteña es un personaje bastante efímero, pero que está vinculada muy en especial al día de hoy 22 de junio.
Y es que en este día 22 de junio de 1866, estalló en Madrid la conocida como rebelión de San Gil, nombre que toma del acuartelamiento que se encontraba próximo a la actual plaza de España y por la que gran parte de los militares de dicho acuartelamiento, secundados por el partido democrático y progresista, se levantaron contra el reinado de Isabel II y del gobierno del General O´donnell.
Al parecer el levantamiento estaba planeado para el día 26 pero debido a las sospechas de que les podían estar investigando, los sargentos del Cuartel de San Gil, que fueron los principales artífices de la sublevación, decidieron adelantar el ataque, echándose a la calle con sus armas, junto con otros regimientos de artillería, camino a la Puerta del Sol, donde debían de unirse los milicianos para juntos atacar el Palacio Real. El principal problema que se encontraron es que la fuerzas de Narvaez, O´donnell y el resto de generales afines a la reina que se encontraban en Madrid, consiguieron hacerse fuertes allí obligando a retroceder a las fuerzas rebeldes hasta el propio Cuartel de San Gil, en donde terminaron sofocando la revuelta que poco más tarde costaría la vida de 66 sargentos acusados de ser los culpables de la sublevación.
Y os preguntaréis… ¿Y qué tiene todo esto que ver con la Belmonteña? Pues bien, la Belmonteña que respondía al nombre de Carlota Jaúregui, era una intrépida mujer, casada con Joaquín Belmonte Valcarcel, no se sabe muy bien si el mote le venía del apellido de su marido o de que ambos fueran naturales de la localidad de Belmonte, puesto que no he conseguido encontrar registros que lo aclaren con totalidad. El caso, venga de donde venga el sobrenombre, es que Carlota y su marido vivían en aquel entonces en la calle de la Luna, y al ver la barbarie que estaba ocurriendo por las calles y la quietud de sus vecinos que permanecían agazapados en las calles, no dudó ni un segundo y llevándose consigo a una de sus criadas, salió a la calle para ir socorriendo a los hombres que heridos quedaban tendidos por las calles.
Se sabe que Carlota, sin preocuparse lo más mínimo del fuego que por su calle se cruzaban ambos bandos, entró y salió varias veces de su casa, arrastrando con sus propias manos, los cuerpo de todos los soldados y oficiales que encontraba a su paso. Y que alguno incluso falleció al intentar esta arrastrarlos al interior del edificio
También se sabe, que la propia Reina Isabel II le concedió la medalla de oro de la Beneficencia valiéndole su ingreso en primera categoría en dicha orden civil, pero aunque  su historia no sea demasiado recordada, y hayan pasado otros héroes por aquel lamentable incidente militar, personalmente prefiero quedarme con la imagen de Carlota luchando y poniendo su vida en peligro por salvar a unos desconocidos que veía caer desde su ventana y por eso me he decidido a dejaros este pequeño homenaje en su memoria.

Sargentos del cuartel de San Gil atacando a sus propios oficiales.
Cuartel de San Gil.

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