LA FUENTECILLA.

Cuando empiezas a realizar esto que ya llevamos un tiempo llamando como ventanas en el tiempo, uno va poco a poco puliendo detalles para ir mejorando cada vez más la técnica. En verdad no parece tan complicado el ir al sitio donde está realizada una fotografía y emular al fotógrafo de antaño para realizar la misma toma. Poco a poco y a medida que uno va realizando una, y otra, y otra... va descubriendo pequeñas variantes, como son el uso de trípodes, las diferencias entre las ópticas de entonces y las de ahora, la estatura del otro fotógrafo y lo que ha variado el entorno desde que se hizo la anterior fotografía como aceras que hoy son carreteras y que te obligan a jugarte la vida, puestos de la once o publicitarios que se han colocado en el lugar exacto de la anterior fotografía, etc... En fin que a veces lograr que una imagen quede clavada bajo la anterior, se convierte en un trabajo más de aritmética que de fotografía. El motivo de que os cuente todo esto, es que tras más de 150 ventanas en el tiempo realizadas, hoy os muestro la que para mi es la más perfecta de todas las que he realizado, igual no sorprende demasiado pues los cambios son prácticamente circunstanciales, pero es precisamente eso lo que la hace más complicada, el tener que cuadrar tantísimos elementos y que ninguno prácticamente nada.
Espero que os guste.
Fotografía antigua: Cas Oorthuys 1955
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2017

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