Hoy os traigo una ventana en el tiempo en la que indudablemente la protagonista en la foto antigua. He intentado averiguar el autor por todos los medios, para rendirle el homenaje que bajo mi parecer se merece, pero por desgracia, de donde la tomé como fuente, no indicaban nada al respecto del origen por lo que no me ha sido posible seguirle la pista. Por favor, si alguno tiene algún dato, le rogaría me lo indicara, mientras tanto disfrutemos de la ventana.
Fotografía antigua: 1966 Autor desconocido (Fuente MBN) si alguno conoce el autor ruego me lo indique.
Fotografía moderna: 2018 Sergio Moreno
LA PLAZA DE CALLAO
Preguntando
desde cualquier punto de nuestro Madrid, es casi imposible encontrar alguien
que no te indique donde se encuentra o como llegar a la Plaza de Callao, sin
embargo es bastante más complicado encontrar alguien que sepa a qué o quién se
refiere el nombre de la plaza.
La Plaza rinde homenaje a uno de esos momentos que particularmente me gustaría que
no hubieran existido, y es que, aunque transitemos casi a diario por ella,
muchos no saben que el Callao fue una batalla que libró la Armada Española
contra las tropas de la República del Perú, que en dicho emplazamiento
se atrincheraban tras sus defensas.
El Callao era una pequeña ciudad costera a unos quince kilómetros de
Lima, que estaba franqueada por dos Torres que la defendían férreamente de sus
enemigos. La Armada Española pasó por allí tras los bombardeos de Valparaíso, y
dado que recibió fuertes críticas por ellos, al por tratarse de una ciudad totalmente
indefensa, decidió asaltar las Torres del Callao como señal de fuerza y
contundencia.
El
resultado según los historiadores Peruanos, es que las dos torres mantuvieron
su capacidad defensiva y que la Armada se retiró por sus ya mermadas existencias de armamento, mientras que los historiadores españoles indicaron que
casi con una precisión quirúrgica, la escuadra abandono el lugar sin daños prácticamente en sus tropas y tras haber logrado el objetivo de la campaña.
De una u otra manera, la historia tampoco es tan honrosa, como para que una de
nuestras plazas más transitadas rememore el momento en la historia; claro que a
ver quién es el guapo que ahora le cambia el nombre a una plaza tan arraigada
en nuestro día a día.
Quedándonos
con lo que la plaza nos dedica, esta plaza de construyo entre 1910 y 1940
aunque su espacio ya existía dentro de lo que era el área de San Martín. En
ella destacan los siguientes edificios:
El edificio
Adriática, planificado por Luis Sainz de los Terreros en 1926.
El antiguo
edifico de Galerías preciados, que desde mediados de los noventa está ocupado
por su gran rival El Corte Inglés. Este edificio en su día fue el Hotel Florida,
construido por Antonio Palacios en 1925.
El edificio
FNAC. Fue la primera sede de Galerías Preciados. Es el edificio más moderno de
la plaza ya que se construyó tras la guerra por el arquitecto Luis Gutiérrez
Soto.
El cine
Callao construido en 1926 también por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Arquitectónicamente
es el edifico menos llamativo de la plaza, aunque su importancia en el corazón
de los madrileños le otorga la importancia que el edificio mantiene, Quizá sean
demasiados años subiendo por Preciados con el cine de fondo.
El
Palacio de la Prensa. Creado por Pedro Muguruza en 1925, su obra duró cuatro
años y recibe su nombre, ya que en él se estableció la Asociación de Prensa.
Durante un tiempo fue el rascacielos de Madrid, teniendo el privilegio de ser
el punto en el que Madrid estaba más cerca del cielo.
Y
por último y no por ello menos importante, el edificio Carrión, del que ya
hablamos en esta otra entrada que os enlazo, y que fue el primer edifico con aire acondicionado de
todo Madrid.
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Vías monárquicas
Somos muchos, los que a menudo estamos buscando el significado o la historia de esta calle, o absorbiendo las muchas leyendas que las calles de Madrid nos guardan, y como uno es curioso por naturaleza, y para qué vamos a negarlo, un poco friki de todo lo que tenga que ver con Madrid, se me ocurrió un buen día verificar si todos los reyes de nuestra monarquía, estaban representados en alguna vía de la capital. Y como la curiosidad mató al gato, pues me puse manos a la obra a buscar calle a calle y monarquía a monarquía...
En primer lugar, como es lógico, tuve que comenzar la lista eliminando a Felipe VI y a Juan Carlos I puesto que al estar vivos, no competían en igualdad de oportunidades, ya que en Madrid los nombres de las calles están vetados para aquellas personas que aún están vivas, por lo que para el siguiente de la lista tenía que saltar hasta antes de la dictadura, con Alfonso XIII y Alfonso XII, quienes tienen una calle y una Avenida tan conocidas, que cualquiera los eliminaría de la lista de manera inmediata. Sin olvidarme del rey macarroni, Amadeo de Saboya a quien mantenemos su calle en el barrio de Moratalaz, me tocó dar el salto a Isabel II que aunque todos conocemos su plaza, como la Plaza de Ópera, no es menos cierto que su verdadero nombre es la Plaza de Isabel II.
Ya con su padre, a uno le surgen más dudas, y es que llegamos a un periodo de la historia donde por méritos propios se ganaron el que no quedara mención alguna de su pasado, pero lejos de lo que uno pensaría, Fernandito no sólo tiene una vía que lo recuerdan, sino que tiene dos. Por una parte está la Calle de Fernando VII que se encuentra por Arcentales, y pese a lo que a muchos pueda sorprender, también se encuentra la Plaza del Rey, que si bien es cierto que se le ha intentado quitar su mención al peor rey de nuestra historia, hasta el punto de poner el rostro de Felipe II al azulejo que indica el nombre de la plaza, como podeis ver en la fotografía de este artículo, lo verdaderamente cierto es que el nombre de la Plaza del Rey se creó en su origen para homenajear al hijo de Carlos IV.
Y damos el salto a Carlos IV y su padre Carlos III cuyas calles se encuentran en Arcentales para el primero y partiendo desde la plaza de Oriente para el segundo. Para seguir cronológicamente, Fernando VI tiene su famosa calle al lado de Alonso Martínez, y su predecesor Felipe V da nombre a la suya partiendo también desde la plaza de Oriente, que junto con la citada de Carlos III envuelven el maravilloso Teatro Real.
Llegamos a otro rey, por el que yo apostaba para que no tuviera calle, y es que lo más lógico era pensar que un rey como Luis I, que no llego a gobernar ni un año completo, era posible que no mereciera calle en la capital, pero lo cierto es que sí, que en el barrio de Vallecas tiene una calle que le nombra.
Carlos II, no sólo tiene calle, sino que también tiene travesía y aunque ambas están pegaditas entre San Blas y Las Rosas, a mi me parecen muchas calles para este rey.
Avanzamos hasta los tres Felipes, II, III y IV, con una Avenida para el primero por Goya, y dos calles para los predecesores: Al lado de la Plaza Mayor para el primero, y entre Neptuno y el Retiro para el segundo.
Y ahora llegamos a un caso que para mí, es cómico donde los haya, pues llegamos a Carlos I de España, y por ese carácter que tenemos los españoles, que a veces no hay por donde cogernos, pues no tenemos ninguna calle con este nombre, pero como somos más chulos que un ocho, pues en vez de Carlos I de España, le damos el nombre de Emperador Carlos V a la Glorieta de Atocha, y ¿para qué vamos a honrar a uno de nuestros más importantes monarcas con su título nacional, si le podemos recordar con su título germano? ¡¡¡Qué hu... tenemos!!!! pero bueno corramos un tupido velo.
Ya se nos va acabando la lista y llegamos al primero de los Austrias, Felipe I de Castilla, que con con su apodo Felipe "El hermoso" tiene su calle en el barrio de Chamberí para honrar el reinado más corto de nuestra historia. Y por lógica seguimos con su mujer, Juana "la loca", pero que para su calle, que se encuentra cerca de Josefa Valcarcel, al menos le hemos dejado su nombre con todos los honores Doña Juana I de Castilla.
Ya llegamos al final de la lista con los Reyes Católicos, que no sólo tienen su avenida como pareja, llegando a la Plaza de Cristo Rey, sino que él conserva su calle a título propio en Moncloa y ella la suya, que va de la Plaza de Santo Domingo a la Gran Vía.
Como ya os voy conociendo, y sé que no se os escapa ni media, ya imagino que os habréis dado cuenta, que deliberadamente me he saltado uno de nuestro reyes, que no es otro que José Bonaparte o Pepe botella como es más conocido. Y que pensáis, ¿tendrán también su vía en la capital?
Pues bien, sí y no. Es cierto que no existe, o al menos yo no he encontrado una calle, avenida o plaza en todo Madrid que esté dedicada a José Bonaparte, que si bien es cierto que fue un rey impuesto a la fuerza, también lo es, que su labor como rey merecería tal honor, mucho más que la mayoría de sus compañeros de lista, pero como somos como somos, y no es plan de empezar a cambiar a estas alturas, pues no, no he encontrado ninguna placa con el nombre del cultísimo de Pepe. Pero como a uno le gusta comprobar las cosas en más de una ocasión, cuando ya estaba a punto de darme por vencido, recordé que existe un tunel subterráneo, hoy cerrado al público aunque sé que existe algún proyecto para abrirlo, que comunica el Palacio Real con el Paseo de Virgen del Puerto y que recibe el nombre de Tunel de Bonaparte, por lo que si a dicho túnel lo consideramos una vía, aunque esté cerrado y sea subterráneo tampoco es tanta locura, conseguimos cerrar el círculo y podemos decir que todos los reyes de nuestra historia, al menos desde que España se considera como tal, tienen su representación en alguna vía de nuestra capital.
Espero no haberos aburrido demasiado con tanto viaje por el callejero y que al menos os haya descubierto algún secreto sobre las calles de Madrid, en esta alocada lista de calles y reyes. No sé me apetecía haceros algo original
En primer lugar, como es lógico, tuve que comenzar la lista eliminando a Felipe VI y a Juan Carlos I puesto que al estar vivos, no competían en igualdad de oportunidades, ya que en Madrid los nombres de las calles están vetados para aquellas personas que aún están vivas, por lo que para el siguiente de la lista tenía que saltar hasta antes de la dictadura, con Alfonso XIII y Alfonso XII, quienes tienen una calle y una Avenida tan conocidas, que cualquiera los eliminaría de la lista de manera inmediata. Sin olvidarme del rey macarroni, Amadeo de Saboya a quien mantenemos su calle en el barrio de Moratalaz, me tocó dar el salto a Isabel II que aunque todos conocemos su plaza, como la Plaza de Ópera, no es menos cierto que su verdadero nombre es la Plaza de Isabel II.
Ya con su padre, a uno le surgen más dudas, y es que llegamos a un periodo de la historia donde por méritos propios se ganaron el que no quedara mención alguna de su pasado, pero lejos de lo que uno pensaría, Fernandito no sólo tiene una vía que lo recuerdan, sino que tiene dos. Por una parte está la Calle de Fernando VII que se encuentra por Arcentales, y pese a lo que a muchos pueda sorprender, también se encuentra la Plaza del Rey, que si bien es cierto que se le ha intentado quitar su mención al peor rey de nuestra historia, hasta el punto de poner el rostro de Felipe II al azulejo que indica el nombre de la plaza, como podeis ver en la fotografía de este artículo, lo verdaderamente cierto es que el nombre de la Plaza del Rey se creó en su origen para homenajear al hijo de Carlos IV.
Y damos el salto a Carlos IV y su padre Carlos III cuyas calles se encuentran en Arcentales para el primero y partiendo desde la plaza de Oriente para el segundo. Para seguir cronológicamente, Fernando VI tiene su famosa calle al lado de Alonso Martínez, y su predecesor Felipe V da nombre a la suya partiendo también desde la plaza de Oriente, que junto con la citada de Carlos III envuelven el maravilloso Teatro Real.
Llegamos a otro rey, por el que yo apostaba para que no tuviera calle, y es que lo más lógico era pensar que un rey como Luis I, que no llego a gobernar ni un año completo, era posible que no mereciera calle en la capital, pero lo cierto es que sí, que en el barrio de Vallecas tiene una calle que le nombra.
Carlos II, no sólo tiene calle, sino que también tiene travesía y aunque ambas están pegaditas entre San Blas y Las Rosas, a mi me parecen muchas calles para este rey.
Avanzamos hasta los tres Felipes, II, III y IV, con una Avenida para el primero por Goya, y dos calles para los predecesores: Al lado de la Plaza Mayor para el primero, y entre Neptuno y el Retiro para el segundo.
Y ahora llegamos a un caso que para mí, es cómico donde los haya, pues llegamos a Carlos I de España, y por ese carácter que tenemos los españoles, que a veces no hay por donde cogernos, pues no tenemos ninguna calle con este nombre, pero como somos más chulos que un ocho, pues en vez de Carlos I de España, le damos el nombre de Emperador Carlos V a la Glorieta de Atocha, y ¿para qué vamos a honrar a uno de nuestros más importantes monarcas con su título nacional, si le podemos recordar con su título germano? ¡¡¡Qué hu... tenemos!!!! pero bueno corramos un tupido velo.
Ya se nos va acabando la lista y llegamos al primero de los Austrias, Felipe I de Castilla, que con con su apodo Felipe "El hermoso" tiene su calle en el barrio de Chamberí para honrar el reinado más corto de nuestra historia. Y por lógica seguimos con su mujer, Juana "la loca", pero que para su calle, que se encuentra cerca de Josefa Valcarcel, al menos le hemos dejado su nombre con todos los honores Doña Juana I de Castilla.
Ya llegamos al final de la lista con los Reyes Católicos, que no sólo tienen su avenida como pareja, llegando a la Plaza de Cristo Rey, sino que él conserva su calle a título propio en Moncloa y ella la suya, que va de la Plaza de Santo Domingo a la Gran Vía.
Como ya os voy conociendo, y sé que no se os escapa ni media, ya imagino que os habréis dado cuenta, que deliberadamente me he saltado uno de nuestro reyes, que no es otro que José Bonaparte o Pepe botella como es más conocido. Y que pensáis, ¿tendrán también su vía en la capital?
Pues bien, sí y no. Es cierto que no existe, o al menos yo no he encontrado una calle, avenida o plaza en todo Madrid que esté dedicada a José Bonaparte, que si bien es cierto que fue un rey impuesto a la fuerza, también lo es, que su labor como rey merecería tal honor, mucho más que la mayoría de sus compañeros de lista, pero como somos como somos, y no es plan de empezar a cambiar a estas alturas, pues no, no he encontrado ninguna placa con el nombre del cultísimo de Pepe. Pero como a uno le gusta comprobar las cosas en más de una ocasión, cuando ya estaba a punto de darme por vencido, recordé que existe un tunel subterráneo, hoy cerrado al público aunque sé que existe algún proyecto para abrirlo, que comunica el Palacio Real con el Paseo de Virgen del Puerto y que recibe el nombre de Tunel de Bonaparte, por lo que si a dicho túnel lo consideramos una vía, aunque esté cerrado y sea subterráneo tampoco es tanta locura, conseguimos cerrar el círculo y podemos decir que todos los reyes de nuestra historia, al menos desde que España se considera como tal, tienen su representación en alguna vía de nuestra capital.
Espero no haberos aburrido demasiado con tanto viaje por el callejero y que al menos os haya descubierto algún secreto sobre las calles de Madrid, en esta alocada lista de calles y reyes. No sé me apetecía haceros algo original
Azulejo de la Plaza del Rey (Foto propia)
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Pasillo Verde Vías
Normalmente, las ventanas en el tiempo, suelen ganar en expectación cuando retroceden más de setenta u ochenta años, sin embargo hoy tenemos una ventana en el tiempo que sin retroceder más de 30 años su cambio nos deja un paisaje que para muchos estará totalmente olvidado, mientras que para otros guardará un maravilloso encanto de la infancia.
Yo tuve la oportunidad de jugar entre aquellas vías que para todos estaban totalmente prohibidas, pero que absolutamente todos los críos y jóvenes de la zona las recorrimos en más de una y de dos ocasiones.
Seáis como yo de los que hemos conocido esa época o no, espero podáis disfrutar de esta ventana en el tiempo.
Fotografía antigua. Aproximadamente años 90.Autor desconocido, si alguno lo conoce rogaría me lo indicara.
Fotografía moderna. 2018 Sergio Moreno
Yo tuve la oportunidad de jugar entre aquellas vías que para todos estaban totalmente prohibidas, pero que absolutamente todos los críos y jóvenes de la zona las recorrimos en más de una y de dos ocasiones.
Seáis como yo de los que hemos conocido esa época o no, espero podáis disfrutar de esta ventana en el tiempo.
Fotografía antigua. Aproximadamente años 90.Autor desconocido, si alguno lo conoce rogaría me lo indicara.
Fotografía moderna. 2018 Sergio Moreno
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Ventanas en el tiempo.
CITAS SOBRE MADRID.
En la entrada de hoy, vamos a recorrer frases
que se han escrito, dicho o cantado sobre nuestra preciosa ciudad.
Ni que decir tiene, que si conoces alguna
otra, que seguro que muchas más hay, os agradecería que me indicarais para
futuras entradas:
«Con su todo es ahora, con su nada es eterno,
con su rap y su chotis, con su okupa y su skin, aunque muera el verano y tenga
prisa el invierno la primavera sabe que la espero en Madrid».
Joaquín Sabina.
«En Madrid ocurre lo que no ocurre en ningún
lugar del planeta, que la gente pasea por unos sitios inmundos y se asoma a los
puentes que cruzan las autopistas como quien se asoma a ver las olas del mar».
Elvira Lindo.
«Adiós, Madrid; adiós tu Prado y fuentes que
manan néctar, llueven ambrosía...».
Miguel de Cervantes.
«Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al
borde del hoyo y la espada. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué
atravesada! ».
Miguel Hernández.
«Madrid yace envuelto en sueño, todo al
silencio convida».
José De Espronceda.
«Estás más guapa, más sabia, más civil en
otra etapa, cambiaste de perfil, y eso me encanta, me encanta, Madrid, por eso
te canto, te canto, Madrid».
Miguel Cantilo.
«Yo nací en Madrid, pared por medio de donde
puso Carlos V la soberbia de
Francia entre dos paredes».
Lope de Vega.
«En este libro quiero dejar en pie al Madrid
eterno, lo bueno y bello de antes y de hoy... Y un poco de lo de mañana».
Juan Ramón Jiménez.
«Yo salí de Granada, y vine a ver la gran
villa de Madrid, esta nueva Babilonia, donde verás confundir en variedades y
lenguas el ingenio más sutil».
Pedro Calderón De La Barca.
«La vida fluye incesable y uniforme; duermo,
trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal
-seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un
diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de
improviso el evento impensado? ».
Azorín.
«Madrid, según frase acuñada por un periódico
satírico de la época, tenía sujetos los cordones de la bolsa con los dientes».
Eduardo Mendoza.
«Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz
sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta».
Mariano José De Larra.
«Allá donde se cruzan los caminos, donde el
mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo
de Madrid».
Joaquín Sabina.
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«A mí Madrid me da miedo, porque si
Valladolid me parece ya un enorme aparcamiento, Madrid me parece cinco veces
ese aparcamiento».
Miguel Delibes.
«Madrid es tener un gabán que abriga mucho y
con el que se puede ir tranquilo hasta a los entierros con relente. Madrid es
no admitir lo gótico. Madrid es la improvisación y la tenacidad. Madrid es
quedarse alegre sin dinero y no saber cómo se pudo comprar lo que se tiene en
casa».
Ramón Gómez De La Serna.
«Parece que hoy toca hablar de Madrid. Madrid
es una gran ciudad, o por lo menos una ciudad grande».
Francisco Umbral.
«Madrid, deshabitado como mi colchón el
verano en que me hice mayor, y ella que ya no llama».
Ismael Serrano.
«Adiós Madrid. Vuelvo a vivir. Dura raíz,
siento al partir que algo de mí se queda aquí ya para siempre: la ardiente
ilusión de quererte, ser fuerte y dejarte, sin dejar de amarte».
Alfredo Zitarrosa.
«Ay, qué Madrid este, todo apariencia. Dice
un caballero que yo conozco, que esto es un Carnaval de todos los días, en que
los pobres se visten de ricos. Y aquí, salvo media docena, todos son pobres.
Facha, señora, y nada más que facha. Esta gente no entiende de comodidades
dentro de casa. Viven en la calle, y por vestirse bien y poder ir al teatro,
hay familia que se mantiene todo el año con tortillas de patatas... Conozco
señoras de empleados que están cesantes la mitad del año, y da gusto verlas tan
guapetonas. Parecen duquesas, y los niños principitos. ¿Cómo es eso? Yo no lo
sé. Dice un caballero que yo conozco, que de esos misterios está lleno Madrid.
Muchas no comen para poder vestirse; pero algunas se las arreglan de otro
modo... ».
Benito Pérez Galdós.
«...en ella se ha verificado casi siempre el
desenlace de todos los sangrientos dramas que forman el tejido de nuestra
historia contemporánea, y de este punto fatídico, providencial, centro de todas
las carreteras del reino, han partido también los correos, los telegramas, las
órdenes terminales para todos los cambios políticos del país».
Ramón de Mesonero Romanos.
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Curiosidad,
Textos otros autores
DOÑA ADRIANA.
Hoy vamos a recordar la historia de
una señora cuyo recuerdo debemos a Mario Parajón de su libro “Cinco Escritores
y su Madrid”, pues sin dicho relato me temo que la historia de Doña Adriana
hubiera caído en el olvido.
En dicho libro nos describe retazos
de la vida y de la mirada de cinco escritores de la talla de Galdós, Azorín,
Baroja, Rubén Darío y Ramón Gómez de la Serna. Este último, nos describe como
en la Plaza de la Paja vivía una señora viuda, la cual no tenía el más mínimo
miramiento en contar a quien quisiera escucharlo de las desventuras que su
marido la había hecho padecer en vida.
Al parecer, el marido era un hombre
bastante aburrido, más preocupado por pasar horas en las fondas y cantinas que
por hacer vida marital. El tiempo que el señor pasaba en su casa, lo dedicaba a
realizar maquetas de barco que fabricaba el mismo, en vez de preocuparse por
los gustos y cuidados que su mujer hubiera deseado.
Doña Adriana por otra parte era muy
aficionada a la poesía y si bien su marido la había enamorado de joven
aprendiendo de memoria algún verso, una vez casados perdió el interés y no volvió
a recitar aquellos preciosos versos, ni a repetirlos con el fin de aprenderlo y
poder recitarlos de memoria.
Pero como os comentaba cuando Ramón
Gómez de la Serna cuenta este relato, Doña Adriana ya estaba viuda, por lo que
lo más jugoso de la historia está aún por llegar.
La viuda de vivaraz lengua y alma
poética, lejos de desconsolarse y pasar el resto de sus días sin mayor divertimento,
decidió dar vía libre a su afición, y que quiso inculcar aquella costumbre en
los niños del vecindario, por lo que era habitual que en su casa hubiera niños
a los que hacía recitar versos y más versos con el fin de aprenderlos y que el
virus de la cultura se inoculara en sus mentecitas. Tal fue el éxito de Doña Adriana
que llegó a organizar una escuela de arte dramático en su casa, a la que nunca
faltaban gran cantidad de chiquillos deseosos de disfrutar de las mieles de la
literatura.
Pero como estaréis imaginando algo
tendría que hacer Doña Adriana para que aquellos chichillos mostraran tanto interés
por la lectura, y es que Doña Adriana tenía establecido todo un sistema de pago
y diversión para aquellos que lo realizaran correctamente, por lo que les daba
un céntimo si eran capaces de recitar un verso de memoria y en el caso de que
alguno fuera capaz de aprender una poesía entera le permitía subir a una silla
para asomarse por la ventana y arrojar un vaso de agua al primer transeúnte que
por debajo pasara.
Aquello divertía enormemente a los
chiquillos y enfurecía de igual manera a los transeúntes, por lo que como es
lógico el método, aunque efectivo, no llego a perdurar demasiado y los vecinos
se empeñaron en conseguir que Doña Adriana cerrara sus puertas a la cultura y
tuvo que dejar su casa por sus inusuales métodos de motivación que había
empleado.
Y hasta aquí este guiño a Doña
Adriana, una historia que si bien no tenemos una total certeza de que fuera
real, no negaréis que sí que tiene muchísimo encanto.
Dibujo de José Luis Pellicer en el que muestra la Plazuela de la Paja en 1872.
(Fuente wikiwand)
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