Fotografía antigua: 14/08/1946 Fuente Agencia EFE autor no datado.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2023.
Fotografía antigua: 14/08/1946 Fuente Agencia EFE autor no datado.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2023.
La Puerta de Toledo es uno de los monumentos más emblemáticos de Madrid, pero ¿sabes qué secreto esconde bajo sus cimientos? En este post te vamos a contar la curiosa historia de este arco, desde su construcción hasta su significado político y simbólico.
La Puerta de Toledo se levantó
por orden de José I Bonaparte, más conocido como Pepe Botella, en homenaje a su
hermano Napoleón, que le había nombrado rey de España. La obra se inició en
1812, pero no se terminó hasta 1827, ya que sufrió varias interrupciones por
los cambios políticos y sociales que vivió el país.
Como curiosidad, al inicio de su construcción
bajo la Puerta de Toledo se guardaron varios objetos que pretendían dejar
constancia de la época y del reinado de José I. Entre ellos se encontraban unas
monedas, unas guías sobre Madrid y la Constitución de Bayona, el documento que
daba legalidad a su gobierno.
Sin embargo, cuando los
madrileños expulsaron a los franceses en 1814, el arco pasó a ser un homenaje a
Fernando VII, el rey legítimo que había sido depuesto por Napoleón. Los objetos
que habían sido enterrados por José I fueron sacados y sustituidos por otros que
representaban el retorno del absolutismo. Entre ellos estaba la Constitución de
Cádiz, también llamada la Pepa, que había sido promulgada en 1812 por las
Cortes de Cádiz como la primera constitución española.
Pero la historia no terminó ahí.
Fernando VII no estaba dispuesto a aceptar la Pepa, que limitaba su poder y
establecía una monarquía constitucional. Por eso, en 1823, con el apoyo de los
Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército francés enviado por la Santa Alianza
para restaurar el absolutismo en España, abolió la constitución y persiguió a
sus defensores.
De nuevo, los objetos que habían
sido enterrados bajo la Puerta de Toledo fueron cambiados por otros que
reflejaban el triunfo del rey felón. Entre ellos se encontraba una moneda con
su efigie y una inscripción que decía: “Fernando VII por la gracia de Dios”.
Pero la historia aún tenía un
último capítulo. En 1833, al morir Fernando VII sin descendencia masculina, se
desató una guerra civil entre los partidarios de su hija Isabel II y los de su
hermano Carlos María Isidro, conocido como el pretendiente carlista. Los
isabelinos eran liberales y querían recuperar la Pepa, o al menos una versión
depurada de ella, mientras que los carlistas eran absolutistas y querían
mantener el antiguo régimen.
Durante esta guerra, la Puerta de
Toledo fue testigo de varios enfrentamientos entre ambos bandos. Finalmente, Isabel
se queda con el trono y como resultado, se vuelva a enterrar bajo la Puerta de
Toledo los objetos que representaban la constitución liberal y el reinado de
Isabel II. Entre ellos se encontraba una copia de la Pepa y otra moneda con la
imagen de la reina niña.
Según cuenta la leyenda, Fernando
VII antes de su muerte, dejó escondida bajo la Puerta de Toledo un último secreto
del que nadie más supo y que quizás algún día, sea desenterrado como recuerdo y
memoria del peor rey de España.
La Puerta de Toledo hoy en día,
es uno de los símbolos más representativos de Madrid y uno de los lugares más
visitados por los turistas. Su diseño es obra del arquitecto Antonio Aguado,
que le dio un estilo neoclásico con tres arcos y dos cuerpos laterales.
En su fachada principal se puede
ver un escudo con las armas reales sostenido por dos leones y coronado por una
corona real. En su fachada posterior se puede ver otro escudo con el escudo de
Madrid, también coronado por una corona real.
La Puerta de Toledo se encuentra
en la glorieta del mismo nombre, donde confluyen varias calles importantes de
la ciudad, como la Ronda de Toledo, la calle de Toledo y la Gran Vía de San
Francisco. Desde allí se puede acceder a otros lugares de interés, como el
Rastro, la Basílica de San Francisco el Grande o el Palacio Real.
Como has visto, la Puerta de
Toledo tiene una historia fascinante y llena de sorpresas. ¿Te ha gustado este
post? Si es así, no dudes en dejarnos tu opinión en los comentarios,
compartirlo en tus redes sociales o seguir leyendo otros posts sobre la historia
de Madrid en nuestro blog. 😊
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2021
Fotografía antigua: Finales siglo XIX Fuente Archivo Moreno Imágenes del Viejo Madrid
Fotografía moderna 2019 Sergio Moreno.
Fotografía antigua: Año 1955. Autor desconocido (Fuente Blog el Espinillo)
Fotografía moderna: Año 2016. Sergio Moreno.
Corrían los tiempos del ínclito Alfonso de Borbón y Borbón, de Borbón y Borbón, de Borbón y Borbón, de Borbón y Borbón, más conocido por todos como Alfonso XII por aquello de no resultar reiterativo y morir de borbonidad, cuando su mujer María Cristina de Habsburgo y Lorena, conocida digo yo en su casa como la Mari Cristi o la Regentita, y que tenía más mala leche que Risto Mejide en un talent de televisión, visita San Sebastián durante un veraneo. Mari Cristi queda tan prendada de la Bella Easo, que ni corta ni perezosa se pone a inaugurar casas y palacetes por allí y decide que el agua de la Concha será la que le moje sus tobillines durante gran parte de los veranos de su vida y que las kokotxas pasen a ser delicatessen de primera.
Allí comienza a ir a ver partidos de pelota vasca, y tal es la regularidad con la que acude que se convierte en una follower de los más importantes pelotaris del momento.
Dado que no hay reina, ni reinona, que no tenga un nutrido número de palmeros dispuestos a ir allí donde quiera la influencer, llega un momento en que la pelota vasca se convierte en un deporte del gusto de las más altas esferas, y claro, como en Madrid está la corte, el deporte se traslada y comienzan a proliferar los frontones en la capi, como mejillones de batea.
En estas estamos cuando a Pepe Arana le toca la Lotería de Navidad y se decide a promover todo tipos de lugares y eventos culturales entre San Sebastian y Madrid. Es entre otros, el promotor de la Semana Grande de San Sebastián, gerente del Teatro Real, promotor taurino y quien le suelta al arquitecto Joaquín de Rucoba y Octavio de Toledo quinientas mil pelas de las de entonces, para que haga el frontón más piti de la capi.
Este, que ya había realizado edificios como la Plaza de toros de la Malagueta o el mercado Central de Altazanares, se pone a diseñar a lo grande y construye un frontón como si no hubiera un mañana, con unas 4000 personas de aforo, más del doble del siguiente frontón más grande de los madriles, el cual es inaugurado el 29 de mayo de 1894, (o de abril, que también hay quien adelantan un mes la fecha de inauguración).
El problema es que al abrirse tantos frontones en Madrid, y comenzar a ensombrecerse el deporte por la sospechas de amaño de los resultados, debido a las apuestas montadas por el Codere de la época, pues la gente comenzó a perder interés por asistir y tres años después de su apertura, se hizo tan insostenible el organizar allí eventos, que se cerró para la actividad para la que había sido creado.
Lo curioso es que tras aquello se ha utilizado para casi de todo y en casi todas las actividades para las que se usó, ha durado más de lo que duró como frontón. Ha sido concesionario de motos Harley Davidson y de la marca americana de coches Studebaker, almacén de yeso, de encurtidos, dispensador de la vacuna de la polio (que a ver si nos creemos que lo de la vacuna del Covid es la primera vez), comisaría y prisión durante la Guerra Civil, lugar de ensayo para grupos de música con proximidad a la falange, y de nuevo, concesionario y taller de chapa y pintura de la Citroën. Por ser, fue incluso el lugar elegido para probar y presentar el primer mando a distancia de la historia. ¡Ahí es na!
En 1997 en un estado bastante ruinoso es comprado por la sociedad vasca Jai Alai quienes tras un largo periodo de luchas y burocracia, junto con la asociación Salvemos el Beti Jai, consiguen que en 2011 la Comunidad de Madrid lo considere Bien de Interés Cultural y que se inicien los trámites para su rehabilitación, cosa que aunque aún está en proyecto, a día de hoy nos permite poder visitar para conocer esta maravilla de nuestro Madrid y la recuperación de uno de los edificios más antiguos que se conservan en el barrio de Chamberí.
Aquí os dejo algunas fotografías de mi reciente visita, para aquellos que aún no hayáis podido pasaros a verlo.
Todas las fotografías son propias.