Muchos reconocerán a simple vista esta
callecilla por las que muchos hemos pasado, pero que casi ninguno conoce, ni su
nombre, ni su historia, las cuales están directamente ligadas. Para los que no
caigan o no la identifiquen, esta calle va desde la Gran vía hasta la plaza del
Carmen y su nombre es el de Calle de la Abada.
Existen varias leyendas sobre el origen
de su nombre pero todas están directamente ligadas por lo que vamos a comentarlas.
La más extendida cuenta que unos
titiriteros portugueses llegaron a Madrid y decidieron dejar pastar a un
rinoceronte que traían para su espectáculo, dentro de un cercado en los pastos
que ahora dan lugar a esa calle y que en tiempos eran las eras de un convento.
En cierta ocasión un muchacho bastante
graciosete que trabajaba en el horno de la Mata, decidió dar de comer un pan
abrasando al animal. El rinoceronte, bien por estar poco acostumbrado a estas
bromas, bien por el ardor de estómago, que no mata pero incomoda, la emprendió
con el chico mandándolo para el otro barrio.
Otras versiones de la historia cuentas
que el rinoceronte fue un regalo del gobernador de Java, pero o bien el animal
duró un siglo o se trata de historias distintas con dos rinocerontes.
También en otra versión de la historia
el animal se escapa, dando muerte en su huida a varias personas.
Fuera como fuese la calle se quedó con
el nombre de Abada dado que es como se llama en portugués al rinoceronte
hembra.
Fotografías propias
No hay comentarios:
Publicar un comentario