Si preguntamos a cualquier español que nos indique una escultura de bronce de nuestra ciudad, en la inmensa mayoría de los casos, la elección elegida sería la de los leones de las cortes.
Sin embargo estos leones aunque no todo el mundo lo sepa, no siempre tuvieron este aspecto, ni tuvieron la fama que hoy en día tienen.
En un inicio las cortes tuvieron como única ornamentación dos farolas. Como quedaba un tanto soso, encargaron a Ponciano Ponzano que hiciera alguna escultura para presidir la entrada que le diera una mayor presencia y estuviera a la altura del edificio que presidían. Este decidió hacer dos leones de largas melenas los cuales realizó en yeso y los enlució con pintura de bronce. Pero en menos de un año, como era de esperar, estos empezaron a deteriorarse por el clima y los arañazos que los propios madrileños hacían sobre ellos a su paso. Se solicitó al propio Ponzano que los fundiera en Bronce, pero este, entre que se encontraba en la cima de su carrera y que el estado no había respondido a sus pagos, como a él le hubiera gustado por otros encargos, dio un precio totalmente desorbitado, viéndose el Gobierno obligado a rechazarlo de inmediato.
Por ello se dio el encargo a José Bellver, tío de Ricardo Bellver que fue quién realizó la escultura del Ángel Caído del Retiro. Este realizó dos leones de piedra, pero eran tan poco lucidos que el Estado los vendió y hoy pueden verse en la puerta del jardín de Monforte de Valencia.
Se retomó entonces la idea de volver a fundir en bronce los dos leones de yeso de Ponzano, pero el problema era que en aquel entonces no había grandes fundiciones artísticas en España. La idea de fundir los representantes primeros de nuestras cortes fuera de España, fue rechazada de inmediato por la Reina Isabel II, por lo que se pidió ayuda a la fundición del ejército de Sevilla para ver si era viable.
En dicha fundición, aunque no estaban acostumbrados a realizar esta serie de trabajos, dado que sólo hacían trabajos de armamento, tras varias pruebas consiguieron hallar la aleación idónea para el trabajo. Como el presupuesto y el bronce eran escasos en la época, se decidieron coger para el trabajo, unos cañones recaudados en la guerra de Wad-Ras contra el ejército de marruecos, los cuales se fundieron junto con una de las lleves de bronce de la ciudad de Tetuan. Durante estas pruebas de aleaciones, Ponzano llegó a un acuerdo con la corona para rehacer un poco el diseño y colaborar en los trabajos, con lo que colocó una de las patas de cada león sobre una bola y tras otras muchas tantas discusiones y quejas, sobre si los leones deberían volver a la puerta de las cortes y lo inadecuado de la procedencia del bronce que los enlucía, por fin en 1872, siete años después de su fundición en Sevilla fueron colocados en las puertas de las cortes hasta nuestros días.
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Así fotografíó Jean Laurent a los actuales Leones de las Cortes está tomada en el recinto de la Real Fábrica de Artillería de Sevilla.
Los leones en primer plano con su aspecto más fiero.
(Fotografía propiedad de @madridnube)
Leones de yeso de Ponzano en la puerta de las cortes
Leones de piedra de Bellver en la puerta del jardín de Montalban en Valencia
Leones de las cortes fundidos con el bronce de los cañones de la guerra de marruecos.
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