Deme dos pistolas (para referirse a dos barras de pan).
Si le dices esta expresión a
cualquier panadero madrileño, sabrá de sobre qué es lo que quieras y es que en
Madrid desde siempre, una pistola es una barra de pan.
Ahora si vamos a buscar el origen de
la expresión podemos cometer algún que otro error, ya que en Madrid, de toda la
vida, se ha comentado que el origen de esta expresión viene del Motín de
Esquilache cuando en Madrid se prohibió llevar sombrero de ala y capa larga,
pero evitar que la gente llevara pistolas guardadas bajo los ropajes. Pues
bien, esta explicación, aunque encantadora y muy castiza no es la única opciónque se baraja para su origen. Otra de las
versiones, indica que en Madrid al pan se le llamaba pistola pues en épocas de
hambruna se utilizaba para matar el hambre.
Pero parece ser que estas versiones
no son del todo ciertas, pues por ejemplo los alemanes utilizan la expresión
pistole para referirse a la barra de pan, por su parecido de forma con una
flauta, que yo de alemán poco, pero según se comenta en alguna época así se
llamaba a alguna modalidad de flauta. O en Bélgica se conoce una modalidad de
pan que recibe el nombre de Pistolet. Por ello, mal que nos pese, que en esto
de atribuirnos el origen de todo, aunque casi siempre lo hemos tomado prestado,
somos únicos, el origen de la expresión es más seguro que sea una derivación lingüística,
más que venir del motín de Esquilache.
El sustanciero. Esta más que una expresión, se refiere a una profesión ya en total desuso,
pero que seguro nuestros abuelos recordarán de aquellos tiempos en los que
comer en Madrid y en otras comunidades españolas no era tan sencillo como en
nuestros días. Y bien, ¿quién era el sustanciero o saborero? Pues bien este
señor era un hombre que acudía a las casas madrileñas con su pata de jamón, y
la alquilaba por un módico precio para que las amas de caso tuvieran algo de
sustancia con el que hacer la sopa, de esta manera el hueso recorría casa tras
casa, hasta que perdía por completo su sustancia pero a cambio había alimentado
a múltiples familias que a buen seguro agradecerían esta curioso modo de
subsistencia.
De virgen a virgen los sesos se derriten Esta expresión que ya poco se utiliza (también estamos
aquí para recuperar parte de nuestra memoria), se refiere como otras muchas que
ya os he traído a este clima que desde tiempos inmemoriales hemos tenido en
Madrid, y es que desde siempre la peor época para los que no llevan bien los
calores madrileños es la segunda quincena de julio y la primera de agosto,
fechas que van desde el 16 de julio (Virgen del Carmen) hasta el 15 de agosto
(Virgen de la Paloma), por lo que ahora cobra sentido esta frase que espero
volváis a utilizar este verano.
Y como siempre, aquí os dejo las anteriores entregas por si queréis recordarlas.
Imagen propia desde las vistillas. Un atardecer de lo más castizo.
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