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TRES INFLUENCERS Y UN VESTIDO

Hoy os traigo una historia un tanto desconocida pero que, a buen seguro, llenó las crónicas del Hola y el Diez Minutos del silo XVIII, y es que la historia tiene como protagonistas a las tres máximas influencers del Madrid del XVIII.  Pero antes de ponernos en materia, vamos a presentar a nuestras protagonistas:
Por un lado tenemos a la anfitriona, Doña Maria Josefa Alonso Pimentel a la que llamaremos Pepi, por aquello de abreviar y que se nos haga más grato el personaje, esta dama es más conocida como la Duquesa de Osuna, y en su palacio de Capricho montaba los más impresionantes saraos de la jet set.
En segundo lugar, tenemos a Albita, que como supongo estaréis imaginando, no es otra que la mismísima Duquesa de Alba, sí, la que durante mucho tiempo se pensó que era la Maja Naked de Goya, 
Y por último, dejarme presentaros a Malú, que no es otra que la voluptuosa Maria Luisa de Parma, mujer del rey Carlos IV y que digamos, por ser benevolentes que no era la mujer mejor vista de la corte.
El caso es que Pepi y Albita, no se llevaban muy bien entre ellas que digamos, pero si había algo que podía hacer que ambas se alinearan, era su más que recalcitrante odio por Malú, la tercera en discordia, y nunca mejor dicho.
Cualquiera de ellas era capaz de revolucionar cualquier fiesta en las que aparecieran, y en las conversaciones de cualquier reunión eran siempre trending topic, así como portada de todas las revistas de moda y tendencia.
Pues bien, una vez que ya conocemos a nuestras tres creadoras de tendencias, vamos con la historia. 
Como os he dicho, la Pepi montaba en su palacio de Osuna unos saraos de los que en aquel tiempo nadie se los quería perder. Todo su jardín del Capricho, estaba prácticamente creado para agasajar a sus invitados,  estamos hablando de la creme de la creme, nada de esas fiestas llenas de futbolistas y tronistas tetudas de Mujeres Hombre y Viceversa, no, para nada, aquello se llenaba siempre de tronistas, pero de los de verdad, de los que usan corona y no dicen “ej que…”. Total que la Duquesa Pepi, organizó una fiesta que estaba llamada a ser el mayor escándalo de la época, y claro tenía que invitar a sus máximas rivales y enemigas para que vieran lo que era una fiesta de verdad, y aprendieran quién era la diva de la capi.
Total, que como la Pepi la iba a montar con aquella fiesta, Malú decidió que ella tenía que hacer algo al respecto para aguarle la fiesta, y que ella sería la más despampanante del evento, y así aunque la fiesta fuera todo un éxito, todos se fijarían más en su vestido que en los derroches de su anfitriona.
En esto que la Pepi se entera de los planes de Malú y decide que tiene que hacer algo para evitarlo, pero claro, su fama de perfecta anfitriona está en juego, por lo que se encuentra maniatada y decide alíarse con su otra ene-amiga, Albita, para chafarle los planes a la reinona.
Total, que infiltran a una criada en la corte, para que se entere de todos los detalles de la reina y se organizan para que sin que la Pepi pierda su fama de buena anfitriona, Malú se lleve su merecido.
Total, que el día de la fiesta estaba allí la Pepi, guapa a reventar y elegante como pocas, tenía a todos los Josie como locos, cuando aparece Malú absolutamente radiante, va dejando a todos con la boca abierta a su paso, y su vestido en un instante comienza a llenar Instagram de fotografías, corazoncitos y comentarios.
Ya se relamía la Malú por el éxito de su plan, cuando en estas, entra en escena Albita que al bajar de su carruaje, comienza despertar toda clase de exclamaciones del resto de invitados, no por lo preciosa de su indumentaria, lo cual era muy común en ella, sino porque cumpliendo el plan tramado, todas las criadas que acompañaban a la Duquesa estaban vestidas con una copia muy similar del vestido que había elegido la reina para arruinar el sarao, por lo que os podéis imaginar el cabreo que se agarró la Malú y de qué manera, desde aquel día se convirtieron en las más violentas enemigas.
Desde ese momento comienza la leyenda entre ambas, unos dicen que se bloquearon en Facebook y que ya nunca volvieron a seguirse, e incluso hay quienes dicen que Malú llegó a ordenar que Albita fuera envenenada, pero como eso a día de hoy es ya difícilmente demostrable y todo indica que sólo fue un rumorcillo sin importancia, pues lo dejaremos para otro día.

Espero que os haya gustado esta crónica rosa de nuestro pasado, sin duda una anécdota digna de ser recordada.



LECHE DE PANTERA

Cualquiera que desde los años 70, ya ha llovido, haya pasado su adolescencia en Madrid, habrá tenido la oportunidad, sobre todo en las décadas de los 70 y 80, de ir al mítico Chapandaz de Moncloa.  Este garito (lo siento por el nombre pero soy de esa generación en la que a los bares de noche se les llamaba garitos independientemente de su nivel), se ha mantenido en el tiempo gracias a su más celebre combinado que no es otro que su famosísima Leche de Pantera, un cóctel preparado básicamente con leche, ron, ginebra, canela y su magistral toque secreto de la casa. Pero lo que seguramente muchos de sus usuarios no conozcan, es que la invención de la Leche de Pantera, tiene un origen muy distinto al que nos podríamos imaginar.
Cualquiera podría pensar que en una noche cualquiera a dos camareros les dio por inventar cócteles con leche y de ahí nació tal pócima, pero lo cierto es que nada más lejos de la realidad. Y aquí es cuando os caéis de culo si os digo que toda la culpa de este cóctel la tiene el General Millán Astray, si señores, el mismísimo general fundador de la Legión. Pues como lo oyen. Al parecer, el general andaba preocupado con las costumbres etílicas de su tropa, por lo que acudió a su amigo, Perico Chicote, que por aquel entonces era uno de los bármanes más afamados de todo Madrid, para que inventara algo para que su tropa adquiriera unas costumbres un poco más nutritivas a la hora de la ingesta de alcohol.
El bueno de Chicote, pensó que debía de conseguir unir tres cosas fundamentales: la primera, que el cóctel fuera fácil de preparar; la segunda, que la carga alcohólica no fuera cara, para no ser rechazada por la tropa; y la tercera, que el combinado conservara algo de la tradición de la Legión, que para sus cosas la Legión siempre ha sido muy suya. Por lo que, tras recordar una charla que habían tenido algunos Legionarios en su bar, sobre mezclas de todo tipo que al parecer se hacían por los cuarteles con leche y alcohol etílico del botiquín, Chicote preparó un combinado a base de leche condensada, ginebra y agua; y decidió bautizarlo con el nombre de Leche de Pantera. ¿Qué por qué ese nombre? Pues eso también tiene su explicación, al parecer el General Millán Astray, que como recordaréis había sido el origen de la historia, era muy fan de la cupletista más de moda del momento, que no era otra que la gran Celia Gámez, a la gran Celia, se la conocía por el sobrenombre de la Pantera, por sus enormes ojos, por lo que Perico decidió hacer un guiño a la artista, en honor del Legionario, poniéndole su nombre a este cóctel.

Espero que la historia os haya parecido cuando menos curiosa.  


Imagen fuente housingacademia.com

FRASES Y REFRANES CASTIZOS (Parte 23)

Vamos a continuar alimentando nuestro particular diccionario de dichos, frases y decires de origen o uso castizo, espero que os guste. 
Deme dos pistolas (para referirse a dos barras de pan).
Si le dices esta expresión a cualquier panadero madrileño, sabrá de sobre qué es lo que quieras y es que en Madrid desde siempre, una pistola es una barra de pan.
Ahora si vamos a buscar el origen de la expresión podemos cometer algún que otro error, ya que en Madrid, de toda la vida, se ha comentado que el origen de esta expresión viene del Motín de Esquilache cuando en Madrid se prohibió llevar sombrero de ala y capa larga, pero evitar que la gente llevara pistolas guardadas bajo los ropajes. Pues bien, esta explicación, aunque encantadora y muy castiza no es la única opciónque se baraja para su origen. Otra de las versiones, indica que en Madrid al pan se le llamaba pistola pues en épocas de hambruna se utilizaba para matar el hambre.
Pero parece ser que estas versiones no son del todo ciertas, pues por ejemplo los alemanes utilizan la expresión pistole para referirse a la barra de pan, por su parecido de forma con una flauta, que yo de alemán poco, pero según se comenta en alguna época así se llamaba a alguna modalidad de flauta. O en Bélgica se conoce una modalidad de pan que recibe el nombre de Pistolet. Por ello, mal que nos pese, que en esto de atribuirnos el origen de todo, aunque casi siempre lo hemos tomado prestado, somos únicos, el origen de la expresión es más seguro que sea una derivación lingüística, más que venir del motín de Esquilache.
El sustanciero. Esta más que una expresión, se refiere a una profesión ya en total desuso, pero que seguro nuestros abuelos recordarán de aquellos tiempos en los que comer en Madrid y en otras comunidades españolas no era tan sencillo como en nuestros días. Y bien, ¿quién era el sustanciero o saborero? Pues bien este señor era un hombre que acudía a las casas madrileñas con su pata de jamón, y la alquilaba por un módico precio para que las amas de caso tuvieran algo de sustancia con el que hacer la sopa, de esta manera el hueso recorría casa tras casa, hasta que perdía por completo su sustancia pero a cambio había alimentado a múltiples familias que a buen seguro agradecerían esta curioso modo de subsistencia.
De virgen a virgen los sesos se derriten Esta expresión que ya poco se utiliza (también estamos aquí para recuperar parte de nuestra memoria), se refiere como otras muchas que ya os he traído a este clima que desde tiempos inmemoriales hemos tenido en Madrid, y es que desde siempre la peor época para los que no llevan bien los calores madrileños es la segunda quincena de julio y la primera de agosto, fechas que van desde el 16 de julio (Virgen del Carmen) hasta el 15 de agosto (Virgen de la Paloma), por lo que ahora cobra sentido esta frase que espero volváis a utilizar este verano.

Y como siempre, aquí os dejo las anteriores entregas por si queréis recordarlas.

LA PLAZA DE CALLAO

Preguntando desde cualquier punto de nuestro Madrid, es casi imposible encontrar alguien que no te indique donde se encuentra o como llegar a la Plaza de Callao, sin embargo es bastante más complicado encontrar alguien que sepa a qué o quién se refiere el nombre de la plaza.
La Plaza rinde homenaje a uno de esos momentos que particularmente me gustaría que no hubieran existido, y es que, aunque transitemos casi a diario por ella, muchos no saben que el Callao fue una batalla que libró la Armada Española contra las tropas de la República del Perú, que en dicho emplazamiento se atrincheraban tras sus defensas.
El Callao era una pequeña ciudad costera a unos quince kilómetros de Lima, que estaba franqueada por dos Torres que la defendían férreamente de sus enemigos. La Armada Española pasó por allí tras los bombardeos de Valparaíso, y dado que recibió fuertes críticas por ellos, al por tratarse de una ciudad totalmente indefensa, decidió asaltar las Torres del Callao como señal de fuerza y contundencia.
El resultado según los historiadores Peruanos, es que las dos torres mantuvieron su capacidad defensiva y que la Armada se retiró por sus ya mermadas existencias de armamento, mientras que los historiadores españoles indicaron que casi con una precisión quirúrgica, la escuadra abandono el lugar sin daños prácticamente en sus tropas y tras haber logrado el objetivo de la campaña. 
De una u otra manera, la historia tampoco es tan honrosa, como para que una de nuestras plazas más transitadas rememore el momento en la historia; claro que a ver quién es el guapo que ahora le cambia el nombre a una plaza tan arraigada en nuestro día a día.


Quedándonos con lo que la plaza nos dedica, esta plaza de construyo entre 1910 y 1940 aunque su espacio ya existía dentro de lo que era el área de San Martín. En ella destacan los siguientes edificios:

El edificio Adriática, planificado por Luis Sainz de los Terreros en 1926.



El antiguo edifico de Galerías preciados, que desde mediados de los noventa está ocupado por su gran rival El Corte Inglés. Este edificio en su día fue el Hotel Florida, construido por Antonio Palacios en 1925.


El edificio FNAC. Fue la primera sede de Galerías Preciados. Es el edificio más moderno de la plaza ya que se construyó tras la guerra por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto.


El cine Callao construido en 1926 también por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Arquitectónicamente es el edifico menos llamativo de la plaza, aunque su importancia en el corazón de los madrileños le otorga la importancia que el edificio mantiene, Quizá sean demasiados años subiendo por Preciados con el cine de fondo.


El Palacio de la Prensa. Creado por Pedro Muguruza en 1925, su obra duró cuatro años y recibe su nombre, ya que en él se estableció la Asociación de Prensa. Durante un tiempo fue el rascacielos de Madrid, teniendo el privilegio de ser el punto en el que Madrid estaba más cerca del cielo.


Y por último y no por ello menos importante, el edificio Carrión, del que ya hablamos en esta otra entrada que os enlazo, y que fue el primer edifico con aire acondicionado de todo Madrid.


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Vías monárquicas

Somos muchos, los que a menudo estamos buscando el significado o la historia de esta calle, o absorbiendo las muchas leyendas que las calles de Madrid nos guardan, y como uno es curioso por naturaleza, y para qué vamos a negarlo, un poco friki de todo lo que tenga que ver con Madrid, se me ocurrió un buen día verificar si todos los reyes de nuestra monarquía, estaban representados en alguna vía de la capital. Y como la curiosidad mató al gato, pues me puse manos a la obra a buscar calle a calle y monarquía a monarquía...
En primer lugar, como es lógico, tuve que comenzar la lista eliminando a Felipe VI y a Juan Carlos I puesto que al estar vivos, no competían en igualdad de oportunidades, ya que en Madrid los nombres de las calles están vetados para aquellas personas que aún están vivas, por lo que para el siguiente de la lista tenía que saltar hasta antes de la dictadura, con Alfonso XIII y Alfonso XII, quienes tienen una calle y una Avenida tan conocidas, que cualquiera los eliminaría de la lista de manera inmediata. Sin olvidarme del rey macarroni, Amadeo de Saboya a quien mantenemos su calle en el barrio de Moratalaz, me tocó dar el salto a Isabel II que aunque todos conocemos su plaza, como la Plaza de Ópera, no es menos cierto que su verdadero nombre es la Plaza de Isabel II.
Ya con su padre, a uno le surgen más dudas, y es que llegamos a un periodo de la historia donde por méritos propios se ganaron el que no quedara mención alguna de su pasado, pero lejos de lo que uno pensaría, Fernandito no sólo tiene una vía que lo recuerdan, sino que tiene dos. Por una parte está la Calle de Fernando VII que se encuentra por Arcentales, y pese a lo que a muchos pueda sorprender, también se encuentra la Plaza del Rey, que si bien es cierto que se le ha intentado quitar su mención al peor rey de nuestra historia, hasta el punto de poner el rostro de Felipe II al azulejo que indica el nombre de la plaza, como podeis ver en la fotografía de este artículo, lo verdaderamente cierto es que el nombre de la Plaza del Rey se creó en su origen para homenajear al hijo de Carlos IV.
Y damos el salto a Carlos IV y su padre Carlos III cuyas calles se encuentran en Arcentales para el primero y partiendo desde la plaza de Oriente para el segundo. Para seguir cronológicamente, Fernando VI tiene su famosa calle al lado de Alonso Martínez, y su predecesor Felipe V da nombre a la suya partiendo también desde la plaza de Oriente, que junto con la citada de Carlos III envuelven el maravilloso Teatro Real.
Llegamos a otro rey, por el que yo apostaba para que no tuviera calle, y es que lo más lógico era pensar que un rey como Luis I, que no llego a gobernar ni un año completo, era posible que no mereciera calle en la capital, pero lo cierto es que sí, que en el barrio de Vallecas tiene una calle que le nombra.
Carlos II, no sólo tiene calle, sino que también tiene travesía y aunque ambas están pegaditas entre San Blas y Las Rosas, a mi me parecen muchas calles para este rey.
Avanzamos hasta los tres Felipes, II, III y IV, con una Avenida para el primero por Goya, y dos calles para los predecesores: Al lado de la Plaza Mayor para el primero, y entre Neptuno y el Retiro para el segundo.
Y ahora llegamos a un caso que para mí, es cómico donde los haya, pues llegamos a Carlos I de España, y por ese carácter que tenemos los españoles, que a veces no hay por donde cogernos, pues no tenemos ninguna calle con este nombre, pero como somos más chulos que un ocho, pues en vez de Carlos I de España, le damos el nombre de Emperador Carlos V a la Glorieta de Atocha, y ¿para qué vamos a honrar a uno de nuestros más importantes monarcas con su título nacional, si le podemos recordar con su título germano? ¡¡¡Qué hu... tenemos!!!! pero bueno corramos un tupido velo.
Ya se nos va acabando la lista y llegamos al primero de los Austrias, Felipe I de Castilla, que con con su apodo Felipe "El hermoso" tiene su calle en el barrio de Chamberí para honrar el reinado más corto de nuestra historia. Y por lógica seguimos con su mujer, Juana "la loca", pero que para su calle, que se encuentra cerca de Josefa Valcarcel, al menos le hemos dejado su nombre con todos los honores Doña Juana I de Castilla.
Ya llegamos al final de la lista con los Reyes Católicos, que no sólo tienen su avenida como pareja, llegando a la Plaza de Cristo Rey, sino que él conserva su calle a título propio en Moncloa y ella la suya, que va de la Plaza de Santo Domingo a la Gran Vía.
Como ya os voy conociendo, y sé que no se os escapa ni media, ya imagino que os habréis dado cuenta, que deliberadamente me he saltado uno de nuestro reyes, que no es otro que José Bonaparte o Pepe botella como es más conocido. Y que pensáis, ¿tendrán también su vía en la capital?
Pues bien, sí y no. Es cierto que no existe, o al menos yo no he encontrado una calle, avenida o plaza en todo Madrid que esté dedicada a José Bonaparte, que si bien es cierto que fue un rey impuesto a la fuerza, también lo es, que su labor como rey merecería tal honor, mucho más que la mayoría de sus compañeros de lista, pero como somos como somos, y no es plan de empezar a cambiar a estas alturas, pues no, no he encontrado ninguna placa con el nombre del cultísimo de Pepe. Pero como a uno le gusta comprobar las cosas en más de una ocasión, cuando ya estaba a punto de darme por vencido, recordé que existe un tunel subterráneo, hoy cerrado al público aunque sé que existe algún proyecto para abrirlo, que comunica el Palacio Real con el Paseo de Virgen del Puerto y que recibe el nombre de Tunel de Bonaparte, por lo que si a dicho túnel lo consideramos una vía, aunque esté cerrado y sea subterráneo tampoco es tanta locura, conseguimos cerrar el círculo y podemos decir que todos los reyes de nuestra historia, al menos desde que España se considera como tal, tienen su representación en alguna vía de nuestra capital.

Espero no haberos aburrido demasiado con tanto viaje por el callejero y que al menos os haya descubierto algún secreto sobre las calles de Madrid, en esta alocada lista de calles y reyes. No sé me apetecía haceros algo original 

Azulejo de la Plaza del Rey (Foto propia)

CITAS SOBRE MADRID.

En la entrada de hoy, vamos a recorrer frases que se han escrito, dicho o cantado sobre nuestra preciosa ciudad.
Ni que decir tiene, que si conoces alguna otra, que seguro que muchas más hay, os agradecería que me indicarais para futuras entradas:

«Con su todo es ahora, con su nada es eterno, con su rap y su chotis, con su okupa y su skin, aunque muera el verano y tenga prisa el invierno la primavera sabe que la espero en Madrid».
Joaquín Sabina.

«En Madrid ocurre lo que no ocurre en ningún lugar del planeta, que la gente pasea por unos sitios inmundos y se asoma a los puentes que cruzan las autopistas como quien se asoma a ver las olas del mar».
Elvira Lindo.

«Adiós, Madrid; adiós tu Prado y fuentes que manan néctar, llueven ambrosía...».
Miguel de Cervantes.

«Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué atravesada! ».
Miguel Hernández.

«Madrid yace envuelto en sueño, todo al silencio convida».
José De Espronceda.

«Estás más guapa, más sabia, más civil en otra etapa, cambiaste de perfil, y eso me encanta, me encanta, Madrid, por eso te canto, te canto, Madrid».
Miguel Cantilo.

«Yo nací en Madrid, pared por medio de donde puso Carlos V la soberbia de 
Francia entre dos paredes».
Lope de Vega.

«En este libro quiero dejar en pie al Madrid eterno, lo bueno y bello de antes y de hoy... Y un poco de lo de mañana».
Juan Ramón Jiménez.

«Yo salí de Granada, y vine a ver la gran villa de Madrid, esta nueva Babilonia, donde verás confundir en variedades y lenguas el ingenio más sutil».
Pedro Calderón De La Barca.

«La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado? ».
Azorín.

«Madrid, según frase acuñada por un periódico satírico de la época, tenía sujetos los cordones de la bolsa con los dientes».
Eduardo Mendoza.

«Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta».
Mariano José De Larra.

«Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid».
Joaquín Sabina.
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«A mí Madrid me da miedo, porque si Valladolid me parece ya un enorme aparcamiento, Madrid me parece cinco veces ese aparcamiento».
Miguel Delibes.

«Madrid es tener un gabán que abriga mucho y con el que se puede ir tranquilo hasta a los entierros con relente. Madrid es no admitir lo gótico. Madrid es la improvisación y la tenacidad. Madrid es quedarse alegre sin dinero y no saber cómo se pudo comprar lo que se tiene en casa».
Ramón Gómez De La Serna.

«Parece que hoy toca hablar de Madrid. Madrid es una gran ciudad, o por lo menos una ciudad grande».
Francisco Umbral.

«Madrid, deshabitado como mi colchón el verano en que me hice mayor, y ella que ya no llama».
Ismael Serrano.

«Adiós Madrid. Vuelvo a vivir. Dura raíz, siento al partir que algo de mí se queda aquí ya para siempre: la ardiente ilusión de quererte, ser fuerte y dejarte, sin dejar de amarte».
Alfredo Zitarrosa.

«Ay, qué Madrid este, todo apariencia. Dice un caballero que yo conozco, que esto es un Carnaval de todos los días, en que los pobres se visten de ricos. Y aquí, salvo media docena, todos son pobres. Facha, señora, y nada más que facha. Esta gente no entiende de comodidades dentro de casa. Viven en la calle, y por vestirse bien y poder ir al teatro, hay familia que se mantiene todo el año con tortillas de patatas... Conozco señoras de empleados que están cesantes la mitad del año, y da gusto verlas tan guapetonas. Parecen duquesas, y los niños principitos. ¿Cómo es eso? Yo no lo sé. Dice un caballero que yo conozco, que de esos misterios está lleno Madrid. Muchas no comen para poder vestirse; pero algunas se las arreglan de otro modo... ».
Benito Pérez Galdós.

«...en ella se ha verificado casi siempre el desenlace de todos los sangrientos dramas que forman el tejido de nuestra historia contemporánea, y de este punto fatídico, providencial, centro de todas las carreteras del reino, han partido también los correos, los telegramas, las órdenes terminales para todos los cambios políticos del país».
Ramón de Mesonero Romanos. 

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Foto (fuente de cienlibrosvolando)

DOÑA ADRIANA.

Hoy vamos a recordar la historia de una señora cuyo recuerdo debemos a Mario Parajón de su libro “Cinco Escritores y su Madrid”, pues sin dicho relato me temo que la historia de Doña Adriana hubiera caído en el olvido.
En dicho libro nos describe retazos de la vida y de la mirada de cinco escritores de la talla de Galdós, Azorín, Baroja, Rubén Darío y Ramón Gómez de la Serna. Este último, nos describe como en la Plaza de la Paja vivía una señora viuda, la cual no tenía el más mínimo miramiento en contar a quien quisiera escucharlo de las desventuras que su marido la había hecho padecer en vida.
Al parecer, el marido era un hombre bastante aburrido, más preocupado por pasar horas en las fondas y cantinas que por hacer vida marital. El tiempo que el señor pasaba en su casa, lo dedicaba a realizar maquetas de barco que fabricaba el mismo, en vez de preocuparse por los gustos y cuidados que su mujer hubiera deseado.
Doña Adriana por otra parte era muy aficionada a la poesía y si bien su marido la había enamorado de joven aprendiendo de memoria algún verso, una vez casados perdió el interés y no volvió a recitar aquellos preciosos versos, ni a repetirlos con el fin de aprenderlo y poder recitarlos de memoria.
Pero como os comentaba cuando Ramón Gómez de la Serna cuenta este relato, Doña Adriana ya estaba viuda, por lo que lo más jugoso de la historia está aún por llegar.
La viuda de vivaraz lengua y alma poética, lejos de desconsolarse y pasar el resto de sus días sin mayor divertimento, decidió dar vía libre a su afición, y que quiso inculcar aquella costumbre en los niños del vecindario, por lo que era habitual que en su casa hubiera niños a los que hacía recitar versos y más versos con el fin de aprenderlos y que el virus de la cultura se inoculara en sus mentecitas. Tal fue el éxito de Doña Adriana que llegó a organizar una escuela de arte dramático en su casa, a la que nunca faltaban gran cantidad de chiquillos deseosos de disfrutar de las mieles de la literatura.
Pero como estaréis imaginando algo tendría que hacer Doña Adriana para que aquellos chichillos mostraran tanto interés por la lectura, y es que Doña Adriana tenía establecido todo un sistema de pago y diversión para aquellos que lo realizaran correctamente, por lo que les daba un céntimo si eran capaces de recitar un verso de memoria y en el caso de que alguno fuera capaz de aprender una poesía entera le permitía subir a una silla para asomarse por la ventana y arrojar un vaso de agua al primer transeúnte que por debajo pasara.
Aquello divertía enormemente a los chiquillos y enfurecía de igual manera a los transeúntes, por lo que como es lógico el método, aunque efectivo, no llego a perdurar demasiado y los vecinos se empeñaron en conseguir que Doña Adriana cerrara sus puertas a la cultura y tuvo que dejar su casa por sus inusuales métodos de motivación que había empleado.

Y hasta aquí este guiño a Doña Adriana, una historia que si bien no tenemos una total certeza de que fuera real, no negaréis que sí que tiene muchísimo encanto.
Dibujo de José Luis Pellicer en el que muestra la Plazuela de la Paja en 1872.
(Fuente wikiwand)

EL QUIJOTE II

Mucha gente desconoce que la mayor obra literaria de nuestra lengua, tuvo no una, sino dos segundas partes. La primera de ellas escrita por un autor anónimo, bajo el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, se publicó en Tarragona en 1614. No se sabe ciertamente quien fue su autor, pero sí se sabe que no debía de tener mucho cariño a nuestro célebre autor, ya que en el prólogo de la misma obra, lo deja bastante mal parado tachándolo de viejo decrépito y de otras lindezas.
A su publicación el propio Cervantes ya tenía muy avanzada su segunda parte y debido a su publicación, la cual no le sentó demasiado bien que digamos, y a su estado de salud que era algo complicado (murió sólo un año después a los 68 de edad), acució el terminar la publicación de su segunda parte, para de alguna forma, arruinar las esperanzas de éxito que su imitador hubiera esperado obtener.
Es más que probable que esta segunda parte fuera escrita íntegramente en Madrid dado que sabemos que en 1608 Cervantes se traslada de Valladolid a la casa donde murió en la Calle León esquina calle Francos, y el propio Cervantes y su mujer desearon ser enterrados en el convento de las Trinitarias, (donde hace poco se han encontrado por fin sus restos, o al menos eso parece) y donde una de sus hijas estaba ingresada como monja.
El 30 de Marzo de 1615 recibió de parte de la corona la autorización para poder imprimirla y ese mismo año, utilizando los talleres de imprenta de Juan de la Cuesta (mismo impresor que había utilizado para imprimir la primera parte diez años antes) se publicó la segunda parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
En el número 7 de la calle San Eugenio de Madrid, en el edificio donde estaba situada la imprenta donde se editó, quedó para nuestro recuerdo una placa conmemorativa de dicho evento.

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EL PRIMER ÁRBOL DE NAVIDAD

Hoy vamos a recordar cuál fue el primer árbol de Navidad y a quién le debemos esta tradición, pero antes de nada, vamos a ver si somos capaces de entender el origen de la misma.
Las versiones u orígenes de esta tradición parten de dos vertientes, y aunque personalmente creo que la primera tiene un poco de mala leche y no deja en muy buen lugar la paz cristiana, vamos a recordarla, más que nada por mero entretenimiento ya que tiene su miga. Como comentábamos hace unos días en el post sobre la navidad, ésta tal y como la conocemos ahora, venía celebrándose en distintas culturas anteriores a la cristiana pero bajo otros significados, como es de entender, pero casi siempre ligados al solsticio de invierno y a los calendarios de la agricultura.
Pues bien, en estas fechas del solsticio de invierno los celtas rezaban a Yggdrasil que era el roble sagrado del dios Odín, cabe decir que para los celtas los árboles eran sagrados. Pues bien, cuenta la leyenda que San Bonifacio en un intento por convertir aquellas paganas almas, cogió un día la motosierra, y ni corto, ni perezoso, se puso a talar el árbol sagrado de los pobres celtas, después lo sustituyó por un abeto e intentó convencer a todos que aquello había sido obra de Jesús que para demostrar su poder sobre los dioses de chichinabo había impuesto su arbolito sobre el poderoso roble sagrado. No ha llegado a nuestros días dato alguno sobre qué pasó con San Bonifació, pero si la paciencia Celta está cerca de la imagen que tienen en mi imaginación, casi mejor no conocer el final, me temo que este post no sería apto para menores.
Lejos de querer entrar sobre estas y otras ampollas del pasado de nuestra religión primordial, que siempre ha tenido tela para cortar, vamos a ir con la segunda, que es bastante más normal y menos violenta. Al parecer, los primeros cristianos durante estas fiestas hacían representaciones teatrales de los distintos textos bíblicos, entre ellos era normal el interpretar el relato del pecado original y claro, una Eva y un Adán se pueden encontrar en cualquier esquina, con mayor o menos éxito en el casting, pero en diciembre, un manzano repleto de frutos complica enormemente la tarea del productor teatral; solución, pues nada, colocamos un abeto repleto de bolas rojas, y con las gafas 3D y los efectos especiales, a ver quién es el guapo que se da cuenta de que no es un manzano, y claro tanto dejar por ahí el abeto montado con las bolas rojas, que termino por ser parte del decorado a decorar las casa de todo cristiano, ateo o hereje que se precie.
Pero bueno, volvamos al sentido del post, que para eso este es un blog de Madrid y que sepamos, ni San Bonifacio, ni los Celtas, ni las representaciones de navidad habían pasado por aquí a decorar las fiestas.
El primer árbol de Navidad del que se tiene conocimiento, se lo debemos a una Rusa (tócate los pies con nuestro crisol de culturas, ni a tiros encontramos una tradición netamente nuestra). Sí señores, corría el año 1870 cuando llega a Madrid Sofía Troubetzkoy, que por aquél entonces tenía honor de ser la primera dama de nuestro consistorio, ya que se había casado con el alcalde de Madrid, que no era otro que Pepe Osorio, conocido por su título el Duque de Sesto. Total que la Sofi se planta en los madriles y no la conoce ni el tato, y qué se le ocurre a la buena dama, pues algo muy socorrido en estas fechas, coge una tradición que ya se había implantado en media Europa y la planta en el jardín de su chavolo, que no era otro que el  Palacio de Alcañices, situado en lo que más tarde sería una parte del actual Banco de España.
Allí, que no es mal sitio por cierto, plantó un enorme abeto, lo engalanó con miles de adornos y guirnaldas y esperó a que lo más granado de la capi se plantara en su casa para visitar tan imponente tarjeta de visita. Tal fue el éxito de su plan que el propio Rey Amadeo de Saboya, se pasó por los jardines de Pepe y la Sofi para contemplar tan maravillosa creación, y desde entonces la Sofi ya formó parte de “la creme de la creme” de la villa, y esta tradición se ha plantado para volver año tras año a nuestros hogares.

Árbol de Navidad en la plaza de Callao 1972. El autor creo que es Campua aunque no se indicaba.
(Fuente pinterest)

FRASES Y REFRANES CASTIZOS (Parte 22)

Nuestro país y por ende Madrid, como lugar donde más tiempo se ha fijado su capital desde que se la conoce como un único reino, ha tenido muy distintas épocas y ha pasado por momentos de distinto calado, unos de muy buen recuerdo y otros bastante más turbios, que se han intentado sacar de nuestra memoria pero que por otro lado han dejado huella en nuestro día a día.
Hoy vamos a hacer un pequeño experimento y dentro de este recopilatorio de frases y refranes de origen o uso castizo, vamos a hacer una selección de frases que están ligadas o relacionadas con una de las épocas más negras de nuestro país, y esta no es otra que las distintas persecuciones que en nuestro país tuvieron que sufrir los integrantes del pueblo judío. Vamos a ver cómo sin saberlo en nuestro vocabulario más habitual continua presente esta aberración tan fatídica de nuestra historia.
Duelos y quebrantos. Este plato de la cocina manchega preparado principalmente con huevo con chorizo y tocino todo revuelto sobre una sartén y al que le hace referencia hasta el mismísimo Quijote, tiene un nombre poco habitual, y aunque hoy podríamos pensar que su nombre proviene del efecto que hace dicho plato en nuestro nivel de colesterol o en nuestra conciencia, lo cierto es que una de las posibles explicaciones de su nombre, hace referencia a un hecho mucho más triste. 
Tras la expulsión de los judíos de Castilla, muchos de ellos se convirtieron al cristianismo, para evitar tener que adandonar sus casas y todas sus pertenencias. Para demostrar a sus vecinos su conversión, era habitual que se mostraran comiendo cerdo en público, para que todo el mundo viera que no tenían ningún problema y que la conversión era completa. Incluso existía un dicho que decía. “Judío que come jamón se vuelve cristiano sin dilación”Otra de las posibles opciones del nombre de este plato era la de los pesares que tenían que pasar los cristianos para no comer este delicioso plato en sus obligaciones de vigilia ,en las que obviamente estaba totalmente prohibida degustar de tal delicia. Pero personalmente me decanto por la primera de las opciones dadas.
Tomar las de Villadiego. En plena efervescencia de la persecución judía, el rey Fernando III promulgó un decreto (sin que se sepa muy bien el motivo), por el cual los judíos que residían en dicha comunidad burgalesa, no podían ser perseguidos y estaban totalmente protegidos. Lógicamente dicha protección, provocó que muchos judíos tomaran camino a Villadiego para cobijarse bajo la protección de este puntual decreto. Y la expresión comenzó a usarse para referirse a alguien que huía para protegerse de cualquier cosa.
Tirar de la manta. Como hemos comentado, los judíos tenían dos opciones, o bien abandonar todas sus posesiones, sus casas y riquezas y huir dejando todo atrás, o bien convertirse al cristianismo y aunque soportaban los muchos recelos de sus vecinos, al menos no estaban obligados a perderlo todo de la noche a la mañana.
Por ello, cada día de misa se fijaba en la puerta de la iglesia un lienzo con los nombres y apellidos de los judíos que se habían convertido al cristianismo, para que el resto de convecinos conociera los judios que habían entrado en la fe cristiana, de maneras totalmente independiente y sin ningún tipo de coacción. Pues bien a ese lienzo se le llamaba la manta y claro, tirar de ella suponía ver qué judíos estaban en peligro y podían ser perseguidos.
Una curiosidad que ha venido derivada de aquella manta, es que el número de conversos era tan grande, que junto con la costumbre de que el primogénito solía llamarse Enmanuel y que al vivir en “guetos” el número de familias y apellidos que convivían eran limitados, los nombres en la manta solían repetirse. Para poder diferenciar a unos de otros, comenzaron a usarse tanto el apellido del padre como el de la madre, y de este triste motivo, es de donde viene a día de hoy nuestra costumbre de usar los apellidos del padre y de la madre, y no sólo del padre como se hace en la mayoría de los países del mundo.

Y bueno, hasta aquí este recopilatorio, como es habitual os dejo el resto de entradas de este minicatálogo por si queréis repasar algunas de las ya publicadas.




Imagen tomada de este vídeo donde se explica como hacer este delicioso plato. Youtube acceder al vídeo

FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 21)

Vamos a retomar nuestro recopilatorio de frases nacidas o usadas en Madrid, que ya llevaba un tiempo sin sacar una nueva parte.
En esta ocasión vamos con…
Ir cagando leches. Normalmente se usa esta expresión para aludir a alguien que va con mucha prisa, pero lo que mucha gente no sabe, es que la expresión es totalmente literal ya que se refiere a que antiguamente los lecheros acudían a Madrid con sus burros cargados de cántaros de leches y lo hacían a toda velocidad, con la intención de poder llegar a todos los hogares para que no faltara leche en el desayuno de nadie. Entre que con las prisas se derramaba parte de la leche y que los animalitos no saben de prisas a la hora de hacer sus necesidades, al final era habitual ver como un rastro de la mezcla de ambas materias quedaba esparcida a su paso, por lo que de ahí el origen de la expresión.
Esto está de Lope. Aunque es una expresión en clara decadencia, algunos miembros de la Castizosfera, como los amigos de Podcastizo, David Botello de “El Punto sobre la Historia” o “Esto es otra Historia”, Lorenzo Gallardo también del citado programa y otros muchos proyectos, y yo mismo, queremos reivindicar y volver a traer a nuestros días esta expresión. La misma comenzó a usarse en Madrid como indicativo de que algo era de muy alta calidad, en comparación con las obras de Don Lope de Vega, las cuales eran siempre de una altísima calidad y al que no se le conoció borrón alguno en su carrera. Así que ya sabéis, cuando queráis decir que algo este muy bien, recordad, la expresión más castiza es decir que esto está de Lope.
Para terminar con el recopilatorio de hoy vamos a recordar una coplilla y la historia que le dio origen, que seguro que para los que no la conozcáis os resultará graciosa.
A mitad del siglo XIX se colocaron en Madrid los primeros urinarios públicos en la recién restaurada Puerta del Sol. Dado que los usuarios acostumbraban a miccionar a su antojo sin que nadie les dijera donde, no se hacía mucho uso de ellos, por lo que para eviar el mencionado desuso el Duque de Sesto decidió poner una multa a los viandantes que decidieran evacuar en la calle sin hacer uso de los urinarios, y como ya ocurriera con Quevedo en el anterior intento de coacción de la calle del codo que os conté en su día, al día siguiente apareció una coplilla por Madrid contra los nuevos urinarios instalados. La coplilla decía:

Este monumento infesto
se debe al Duque de Sesto
 ¡¡Dos reales por mear!!
¡¡Caray qué caro sale esto!!
Cuanto querrá por cagar
el señor Duque de Sesto

No me negaréis que no guarda su gracia la coplilla...
Y bueno como siempre para terminar, aquí os dejo el resto de entradas por si alguno no las ha visto todavía o quiere recordarlas.


Imagen de los urinarios de la Puerta del Sol. (Fuente Ediciones La Librería).