Fotografía antigua: Autor y año desconocidos. Si alguno conoce algún dato se lo agradecería.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2016.
Calle de los Estudios
Estragos de la Guerra Incivil.
Fotografía antigua: Entre 1937 y 1939. Autor desconocido. Si alguno conociera el dato, rogaría que me lo indicara. (Fuente Salvador Cerezo)
Fotografía moderna. Sergio Moreno 2016.
Etiquetas:
Ventanas en el tiempo.
Puerta de Toledo.
Fotografía antigua: Año 1955. Autor desconocido (Fuente Blog el Espinillo)
Fotografía moderna: Año 2016. Sergio Moreno.
Fotografía moderna: Año 2016. Sergio Moreno.
Etiquetas:
Ventanas en el tiempo.
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 13)
Eso está hecho al aliguí. Con esta expresión uno quiere decir que un trabajo es
chapucero o que esté pendiente de un hilo para que se caiga o rompa.
El origen proviene de la tradición
que existía en los carnavales en Madrid de un juego por el cual se ponía un
higo colgando de un cordelito al final de un palo. El niño tenía que intentar
atraparlo con la boca mientras el resto de niños cantaban “Al higuí, Al higuí,
con la mano no, con la boca sí”.
Pasar por el estaño o acercarse al estaño. Aunque es una expresión que ya ha caído en desuso, lo
cierto, es que fue muy popular en su tiempo, aunque no le hacía mucha gracia al
que le tocara pasar por el estaño, pues quería decir que a era él a quién
tocaba pagar la cuenta. Esta expresión se debía a que la mayoría de las
tabernas madrileñas tenían un mostrador de madera el cual en su parte superior se
tapaba su con una plancha de estaño, por lo que el que pasaba por el estaño
era el que se acercaba a la barra a pagar la cuenta de lo ya consumido.
Ir de trapillo. La expresión quiere decir que uno no se ha vestido con sus mejores galas o
que ha descuidado su indumentaria. Al parecer el 25 de abril se celebraba la
romería de San Marcos, la cual era secundada por el pueblo más llano, por lo
que era habitual que la procesión se llenara de mendigos y de harapientos
llenos de trapos, por lo que la gente más pudiente se ponía sus peores galas
para no desentonar del resto de los participantes, por lo que se popularizó la
expresión ir de trapillo.
Buscarle tres pies al gato. La expresión original era buscarle cinco pies al gato,
como se indica en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1627), pero al parecer Cervantes quiso
darle una vuelta de tuerca más y decidió que en su obra más universal, Don Quijote
expresara por primera vez la expresión “…y no ande buscando tres pies al gato.
Vos sois el gato y el rato y el bellaco…”
Mostrador de la taberna Eugenio Humanes que se encontraba en la calle Embajadores nº 80.
Fuente tabernas antiguas de madrid
Etiquetas:
Curiosidad,
Historia
METRO BANCO DE ESPAÑA
He de reconocer, que de siempre esta foto de aproximadamente 1935, ha sido de mi especial devoción, ya sea por el semblante serio y hasta preocupado de la preciosa dama, por ese anuncio en el autobús de dos plantas a su espalda o incluso por el detalle de las escaleras del metro en el que se puede leer Anís Cadenas; pero el caso es que al enfrentarme a ella tenía ciertos reparos por desmejorarla o no encontrar el marco y angulo idóneo que mantuviera las sensaciones de la fotografía original.
Al final tras varias tomas y días de intento, he conseguido (espero que también bajo vuestra mirada) conseguir una postal que para mi, podría ser mi homenaje al metro de Madrid en el se ayer su 96 aniversario.
Espero que la disfrutéis.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2015.
FRANCISCO GARCÍA CHICO
En estos días en que la corrupción casi daría para
rellenar un álbum de cromos, de esos que con tanto mimo rellenábamos en nuestra
niñez, nos parece que esto es algo de nuestros tiempo, sin embargo, nada más
lejos de la realidad, mal que nos pese, lo de ser picaros y vivir en esa
delgada línea que separa el bien del mal, o vivir directamente sin problema al
otro lado de ésta, es algo que se ha venido repitiendo en el correr de los
tiempo y de nuestras calles.
Hoy vamos a recordar a uno de estos negros personajes
de nuestra historia, que aunque no merezcan su recuerdo, nunca está de más el
traerlos a la memoria, a ver si así, nos empeñamos en no dejar que se repitan.
Pues bien, el bueno de García Chico, y digo bueno por
no ser demasiado crítico de inicio, era un jefe de la policía madrileña allá
por la mitad del 1800, era muy conocido en toda la ciudad, sobre todo en los bajos
fondos, en los que se movía como pez en el agua y a los que controlaba en su
propio beneficio sin ningún escrúpulo. Extorsionador, mangante, putero, chulo y
proxeneta, eran tan sólo alguna de las lindezas que atesoraba Paco en su
currículo. Llego un momento en el que
raro era el negocio turbio que se diera en la ciudad, que no tuviera el unte o
beneplácito del García Chico.
También era un gran amante del arte y ya fuera como
fruto directo de sus acciones extralaborales o pertenecientes a algún requisado
que no llegara a los almacenes de la policía, el caso es que el jefe de la
policía tenía en su casa una colección digna del mayor de los coleccionistas,
con más de 700 cuadros entre los que se acumulaban cuadros de Velázquez,
Rubens, Durero, Murillo y hasta más de 50 Goyas, según lo que comentaban las
buenas o malas lenguas de por aquel entonces.
Como podéis imaginar, el jefe de policía, que ya de por
sí no es una cargo que genere muchas amistades entre la población llana, no era
el invitado de todas las fiestas y el número de enemigos que le tenían en su
lista, no era para nada como para no tenerlo en cuenta, por lo que por aquello
de que a todo cerdo le llega su San Martín, cuando estalló la Vicalvarada en
julio de 1854 y el pueblo tomo más o menos el poder de las calles, no faltaron
una gran lista de extorsionados, agraviados y amantes despechadas que se
personaron en su casa de la plaza de los Mostenses para rendirle cuentas. Sin muchos miramientos tiraron su puerta abajo y
arrastrándolo sobre el mismo colchón en el que dormía, lo llevaron en volandas hasta la plaza
de la Cebada, donde sin más juicio, ni justicia, que la que el policía había
desempeñado durante toda su vida, lo condenaron a muerte y lo ajusticiaron allí mismo
bajo el fuego de las armas del pueblo.
Quizá no fue el mejor de los finales, pero hasta aquí la historia de García Chico, esperemos
que cunda el ejemplo de su final entre estos nuestros políticos actuales y que
recuerden lo que puede terminar siendo su final si continúan llenado los
zurrones de aguantes de sus votantes.
Espero, que si no conocíais su historia os haya
resultado curiosa o que al menos os la haya traído a la memoria este personaje olvidado de nuestro Madrid más oscuro.
Garcia Chico llevado en volandas en su propio colchón para ser ajusticiado en la Plaza de la Cebada.
Fuente Archivos de la Historia
Plano de la plaza de los Mostenses en tiempos de García Chico.
Plaza de la Cebada, tiempo después de la ejecución de nuestro personaje.
Puerta del Sol.
Fotografía antigua: Entre 1910 y 1935 Autor desconocido. Si alguien conoce algún dato lo agradecería.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2015.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2015.
Etiquetas:
Ventanas en el tiempo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)