FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 20)

Quién me iba a decir a mí que esta sección llegaría a tener su vigésima entrega, pero dado vuestro interés y los preciosos comentarios que me dedicáis al respecto, aquí estamos con una nueva parte más. Espero que os gusten como las anteriores.
Eres un pringado. Cualquier al que le digamos esta expresión en nuestros días, quedará como un tonto o como un necio, sin embargo su origen no está del todo relacionado con la inteligencia, aunque sí con la burla. En el pasado cuando la inquisición inculpaba a un reo, solía embadurnarle con Brea y lo paseaba por la calle emplumado y hasta en ocasiones con un capirote en su cabeza, y por eso al estar el reo pringado de brea y pasársele por las calles para mofa y escarnio, comenzó a unirse la expresión de pringado para referirse a alguien en tono de mofa e insulto.
Safo. Esta no es una frase pero nadie podrá negarme que no se gana su presencia en este catálogo debido a su casticismo, y es que aunque muchos no lo saben, el safo no es más que el pañuelo blanco que llevan los chulapos anudados a su cuello y cuya vestimenta iremos añadiendo poco a poco en este listado. Así que ya sabéis anudaros el safo que dentro de poco nos llega San Isidro.
Palacio de las pipas. Seguramente si le preguntamos a cualquier madrileño menor de 35 años donde se encuentra el palacio de las pipas, no será capaz de indicarnos el lugar, peor en cambio se la pregunta se la hacemos a los mayores de 50 años, casi con toda seguridad nos dirán que nos referimos al Cine Doré, y es que este, que tiene el honor de ser nuestro cine más veterano y es que aunque lleva abierto desde 1912, ya en 1923 se convirtió en cine. El mote de Palacio de las pipas le viene por la costumbre que tenían sus usuarios de comer pipas durante la filmación, lo cual dejaba una cama de cascaras al fin de cada pase. 
Posteriormente también se le conoció como “el Cine Doré, donde entran dos y salen tres” por la gran cantidad de parejas que acudían a él a apaciguar los ímpetus de la carne en la oscuridad de las filas traseras.
A mí me hablas en cristiano. Lejos de conocer en qué idioma habla el Dios cristiano, aunque todo parece indicar que no era en español, de siempre hemos utilizado la expresión para decirle a alguien que nos hable en el citado idioma. El origen proviene de la época de Carlos I de España el cual mantenía que era el español el idioma que debía utilizarse para referirse al señor. Es más se le atribuye una frase en la que mantenía.
“Uno debe hablar español con Dios, italiano con las mujeres, francés con el amigo, alemán con los soldados, ingles con los patos, húngaro con los caballos y bohemio con el diablo”

Lejos de saber si su distribución lingüística es la apropiada, lo cierto es que es suyo el origen de la citada expresión.

FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 19)
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FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 17)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 16)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 15)
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FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 13)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 12)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 11)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 10)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 9)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 8)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 7)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 6)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 5)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 4)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 3)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 2)
FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 1)



Fotografía antigua: 1963 autor desconocido Fuente (Beatriz Álvarez Sáez)
Fotografía moderna: 2017 Sergio Moreno

TABERNAS Y TAPAS DE MADRID

Los que lleváis ya algún tiempo siguiendome, sabéis que de vez en cuando me gusta comentaros algún libro sobre Madrid, que por el motivo que sea me ha llamado la atención.
En este caso, os voy a hablar sobre este fantástico libro que ha caído en mis manos y que ha supuesto todo un descubrimiento. No porque su autor nos sorprenda, pues Carlos Osorio ya nos tiene acostumbrado de su buen hacer, tanto literario, como bloguero, como por sus excelentes visita guiadas (para mi uno de los mejores que he tenido el lujo de disfrutar caminando por madrid)
En este caso Carlos nos hace el que bajo mi gusto, junto con el blog antiguos cafés de madrid, supone el mejor catálogo tabernario histórico de Madrid. En él Carlos nos hace un elegante y detallado paseo por la flor y nata de las tabernas madrileñas, haciéndonos volar por el vino dulce del Anciano Rey de los Vinos o por el (bajo mi gusto demasiado popularizado) bacalao de Casa Labra, o por la preciosa pila de estaño de la Palmera. Pero no sólo nos trae los ya consabidos y reconocidos rincones de las barras madrileñas, Carlos también nos desgrana muchos secretos que ajenos para muchos de los amantes del tapeo madrileño, continúan su tradición, manteniendo su leyenda en el tiempo y haciendo con su legado, que esta ciudad sea una de las de más tradición de todo el territorio nacional.
Bueno, no os voy a desvelar más secretos de esta maravillosa obra pues no quiero robaros ni un sólo momento se su disfrute. Si queréis disfrutarla aquí os dejo sus datos para que podáis disfrutarla. Ya os digo que no os defraudará.

TABERNAS Y TAPAS DE MADRID Guia de tabernas madrileñas con historia.
Ediciones LA LIBRERÍA calle Mayor nº 80 28013 Madrid.

Nos vemos en los bares.



PRUDENCIA GRILLO

Hoy vamos a recordar a esta mujer que si bien parte de su historia está enlucida en una leyenda poco demostrable, sí que es cierto que salvo ese leve suceso, su historia está ligada fuertemente a Madrid.
Prudencia nacía en Valladolid en 1548, fuera de una relación extramatrimonial entre su madre, María de Rojas natural de la provincia de Cuenca y un adinerado genovés, que respondía al nombre de Nicolás Grillo.
El padre la acogió en su casa cuando tenía seis años de edad, y esto le brindó a Prudencia la oportunidad de moverse dentro de un mundo de alta cuna que no había podido sospechar hasta ese entonces, puesto que los Grillo eran una de las familias más importantes de la República Genovesa. Allí se crió la niña hasta que a los catorce años su padre fallece, lo cual además de suponer una gran pena para la chiquilla, provoca que su situación patrimonial mejore de manera considerable.
Muerto su padre, y tras una complicada relación amorosa, decide que es el momento de retornar a España y ya aquí en Madrid se enamora perdidamente de Pagan Doria, otro influyente genovés, el cual está más preocupado por otros menesteres que por complacer a la buena de Prudencia.
Es entonces cuando parece ser que Prudencia comienza a manejar todo tipo de conjuros y artes negras, y donde la parte de su historia parece convertirse más en una leyenda. Como os decía, Prudencia pone en marcha toda una serie de rituales y sortilegios para que su amado no se vuelva a Génova, lo cual le lleva a tener que personarse como acusada de sacrílega delante de un tribunal de la Santa Inquisición, aunque al final la cosa queda en nada y Prudencia se libra de males mayores.
El caso es que parece ser que los sortilegios de Prudencia funcionan en cierto modo, pues consigue que Pagan no regrese a su Génova natal, pero por otra parte l jugada no le sale del todo bien, pues es llamado a acudir a filas para unirse a las tropas de Juan de Austria en la conquista de Túnez.
Aquello pone muy nerviosa a Prudencia, para lo que el bueno de Pagan Doria con la idea de tranquilizarla, le dice que no se preocupe que si no tienen noticias suyas será que todo está bien, pues si algo ocurriera antes de partir para el otro barrio, enviaría a su espíritu a que moviera las cortinas de su habitación y dejará muestra de que algo había ocurrido en el escritorio en el que ella guardara sus cartas.
Y como pasa con todas las leyendas, que ocurren, pues si no ni son leyendas, ni son nada, una buena noche Prudencia notó como las cortinas de su dormitorio se movían y sobresaltada al escuchar un fuerte sonido, contempló como el cajón del escritorio donde guardaba las cartas de su amado, se encontraba esparcido por el suelo.
Días después llegó a Madrid la noticia que ella ya sabía a ciencia cierta, y es que su amado Pagan había muerto decapitado por manos turcas durante la reconquista de la ciudad.
Tras la muerte de su amado, Prudencia se refugió en la fe de mano de fray Alonso de Orozco y se dedicó a menguar su fortuna ayudando a los necesitados y acogiendo en su casa de la calle del Príncipe a necesitados y mujeres de dudosos hábitos, que quisieran cambiar los designios de sus vidas; hasta que unos años después decidió montar allí mismo lo que sería el monasterio de Nuestra Señora de la Visitación, en el que se dice que junto al altar se encontraba una tumba vacía en honor de Pagan Doria y junto al que estuvo recluida de clausura hasta que en 1610 la esposa de Felipe III, Margarita de Austria, decide que todas las religiosas del citado monasterio, sean trasladadas al convento de Santa Isabel, pues comenzó a correrse por Madrid la "sospecha" que en el interior del monasterio, no se guardaban las debidas normas de recogimiento que mandaba la iglesia y que se acogía a clérigos desterrados de otras nacionalidades.
Y es aquí donde finalmente perdemos la pista del final de los días de Prudencia, que si bien como os decía en el inicio, su macabra leyenda es lo que más ha quedado en el recuerdo, su historia no es nada desdeñable y merecía, creo yo, que al menos le dedicáramos un rato de lectura.

Estado en el que se encontraba el altar mayor y la fachada del Convento de Santa Isabel la Real antes de ser saqueado durante la Guerra Civil.  (Fuente De Rebus Matritensis)

LA FUENTECILLA.

Cuando empiezas a realizar esto que ya llevamos un tiempo llamando como ventanas en el tiempo, uno va poco a poco puliendo detalles para ir mejorando cada vez más la técnica. En verdad no parece tan complicado el ir al sitio donde está realizada una fotografía y emular al fotógrafo de antaño para realizar la misma toma. Poco a poco y a medida que uno va realizando una, y otra, y otra... va descubriendo pequeñas variantes, como son el uso de trípodes, las diferencias entre las ópticas de entonces y las de ahora, la estatura del otro fotógrafo y lo que ha variado el entorno desde que se hizo la anterior fotografía como aceras que hoy son carreteras y que te obligan a jugarte la vida, puestos de la once o publicitarios que se han colocado en el lugar exacto de la anterior fotografía, etc... En fin que a veces lograr que una imagen quede clavada bajo la anterior, se convierte en un trabajo más de aritmética que de fotografía. El motivo de que os cuente todo esto, es que tras más de 150 ventanas en el tiempo realizadas, hoy os muestro la que para mi es la más perfecta de todas las que he realizado, igual no sorprende demasiado pues los cambios son prácticamente circunstanciales, pero es precisamente eso lo que la hace más complicada, el tener que cuadrar tantísimos elementos y que ninguno prácticamente nada.
Espero que os guste.
Fotografía antigua: Cas Oorthuys 1955
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2017

EN MI CASA ENTRA QUIEN YO QUIERO.

Para la mayoría de los que sois aficionados a la historia de Madrid os sonará lo que fueron las “casas a la malicia” y la Regalía de aposentos, que se originaron en Madrid cuando en 1561 Felipe II decidió mudar la corte a Madrid, pero para aquellos que nunca lo hayan llegado a comprender del todo o el concepto se les haga complicado, vamos a explicarlo de manera sencilla para que os hagáis una idea.
Imaginaros que nuestro queridísimo Felipe VI, más o menos campechano como su padre, se va un verano de vacaciones a Ciempozuelos. Paseando por sus calles con Doña Letizia, deciden que ya están hartos del follón de la capi y de tanto ir y venir al Palacio de la Zarzuela y que qué mejor lugar para establecer su residencia habitual, que en este hermoso lugar cuna del gran Ventura Rodríguez. Así que ni cortos, ni perezosos, deciden mudarse allí con toda la familia.
Qué ocurre, que la familia cabe en Ciempo sin problema, pero resulta que por detrás de los reyes se vienen tooooda la legión de asistentes, cuidadores y dignos trabajadores que necesitan para sus quehaceres diarios. El alcalde de Ciempo hace un esfuerzo y les busca alojamiento como puede, pero qué ocurre, que detrás del rey y de tooodooo su séquito, también se van para Ciempo toooodaaaa una legión de pelotas, mamporreros y abrazafarolas que como urracas se aproximan al lujo y ostentosidad de su Real corte. Estos que además de no tener oficio ni beneficio, son cansinos como pocos, le ponen la oreja colorada al Rey, de tanto venirle con la monserga de que en Ciempo ya no cabe un alma, y el Rey que es calmado pero que las movidas le aburren soberanamente, como no podía ser de otro modo, se quita el problema decidiendo, por sus reales mismísimos, que para que entren todos los mamelucos que se han venido con él a la nueva corte, los pobres Ciempozueleños que tengan una casa de más de una planta, tienen que donar una de ellas para que vivan en ella todos los nuevos habitantes de la comarca.
En esto entra en acción el pobre de Chema, que lleva toda su santa vida echándole horas al camión para mantener a su familia y su pequeños chalecito adosado de dos plantas. Tras un viaje de diez días por toda Europa repartiendo fruta, llega a su casa y su mujer le cuenta las buenas nuevas de que les van a endosar a una familia, de vete tú a saber dónde, para que vivan en el cuarto de los peques.
A Chema, que la idea le sienta como una paralela de Hacienda, decide que la única manera de no comerse el marrón, es la de que nadie vea como es la casa, con lo que a la mañana siguiente se pone el mono de la mili, saca las fichas de como levantar un muro del Leroy Merlín, y la hormigonera de su cuñado y, ni corto, ni perezoso, planta una tapia delante de su casa con una austera puertecita, tapia unas ventanitas y continúa el tejado hasta este murete para que la casa parezca más baja, y claro, pues aquello más que un confortable chalet adosado, pasa a ser a ojos de por el que allí deambule, un chamizo de poco apetecible ocupación. 
Con esta triquiñuela, Chema consigue librarse del marrón que se le venía en ciernes y trasladar a otros con menos ingenio el problema de dar morada a los nuevos inquilinos, y sin comerlo ni beberlo, con esto que a día de hoy llamaríamos como un “ahora vas y lo cascas” de libro, en aquella época pasó a llamarse “Casas a la malicia”, o casas con más trampa que un duro de cuatro reales.

Espero que con esta versión adaptada a nuestros días, os haya sido más sencillo el comprender a lo que se vieron obligados los pobres habitantes de Madrid cuando al rey le dio por fijarse en nosotros para montar aquí este pitote de la capital, que parece que lleva montado aquí toda la vida, pero nada más lejos de la realidad, se montó con el sufrimiento de muuuchoss.


Al Mudayna

Si intentamos desplazarnos al momento en que nuestra Virgen de la Almudena  apareció, según la leyenda, enterrada entre los muros de nuestra muralla, seguramente uno imaginaría una imagen de soldados a caballo, rodeando la muralla en busca de un resquicio por el que la Virgen asomara para darle luz al nuevo Madrid.
Como fotográficamente esto es un tanto inviable, ya me gustaría a mi, os he hecho esta ventana en el tiempo, que si bien no nos llega a retrasar tanto como nos gustaría para inmortalizar tan maravillosa leyenda de nuestra Villa, sí que nos quita unos 140 años, que qué queréis que os diga, en los años como en los kilos, todo lo que nos quiten, bendito sea.
Espero que os guste.

Fotografía antigua:   J. Laurent. Archivo Ruiz Vernacci. 1874-1886
Fotografía moderna: 2017 Sergio Moreno