GRAN VÍA CONSTRUCCIÓN

Fotografía antigua: 1912 Autor desconocido.  
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno 

CALLE DE LA BOLA

A cualquier madrileño que le digas que si vamos a la calle de la Bola le producirá el efecto de comenzar a salivar de manera automática y es que no en vano en el número 5 de esta calle, se viene cocinando desde 1870 uno de los cocidos de más solera y prestigio de Madrid, no os diré que es mi preferido (para gustos los colores), pero desde luego nunca es una mala opción en los días en los que comienza a acuciar el frío. La taberna de la Bola siempre debe estar en nuestra agenda.
Pero bueno una vez que ya os he despertado el monillo de tomar un buen cocido, vamos a pasear por esta calle. Don Pedro de Répide nos cuenta que antiguamente esta calle se llamaba de la Encarnación, por el convento situado en la misma, y que más tarde también se la conoció como calle del General Malcampo, pero su actual nombre, y por el que más se la ha conocido proviene de que en la esquina de la calle, existía un abola de piedra para salvaguardar la esquina del paso de los carruajes. También existe la leyenda de que en esta calle existía una pista de bolos la cual como reclamo tenía colgada una impresionante bola colgada, y que en día de fuerte huracán la bola salió disparada y fue a parar contra una de las ventanas del Alcázar. Esta historia aunque graciosa es bastante poco creíble, no por la distancia que tampoco es tanta, ni por la presencia de huracanes en Madrid, cosa que aunque ahora nos parezca de locos, sí que hay escritos que mantienen su existencia, sino por el que ya nos vamos conociendo e historias de este tipo sobre Madrid, las hay de todos los colores, y aunque me encanten y nunca me resista a comentarlas, siempre hay que darles el valor que tienen.
Como curiosidad en esta calle se imprimieron los facsímiles con los que se proclamó la huelga revolucionaria de Agosto de 1917.
Pues nada señores, ya hemos conocido algo más sobre esta calle, ¿Comenzamos la ruta del cocido de este año? Empiecen por donde gusten pero no dejen de hacerlo nunca.


PUERTA DE ALCALÁ


Fotografía antigua 1895 autor desconocido (Fuente José C. Pérez) Si alguno conoce el autor rogaría que me lo indicara.
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno.

JOYERIA ALEXANDRE

El 7 de Octubre de 1969, Madrid recibió la visita de los astronautas del Apolo XI Neil Asmstorng, Edwing E. Aldrin y Michaels Collins. Por ello los madrileños se agolpaban en su recorrido por la Avenida de José Antonio (hoy conocida como la Gran Vía), con la intención de darles el recibimiento de héroes que merecían. En esta foto de ese día, podemos ver como la gente se encaramaba por encima de la Joyería Alexandre, con la idea de poder ver a la comitiva sin perder detalle de aquellos superhombres.


Foto Antigua: Autor desconocido 7 de octubre 1969 Fuente Madrid por descubrir.
Foto moderna: Autor Sergio Moreno 10 de octubre 2015.

Por favor si alguno conoce el autor de la fotografía antigua rogaría que me lo indicara.

CUESTA DE MOYANO.

Vamos a darnos un paseo hoy por la Cuesta de Moyano, bueno en realidad por la calle Claudio Moyano, que es su verdadero nombre aunque muchos lo conozcan.
La calle mantiene su nombre en memoria de este político, que aunque es bastante desconocido para el madrileño de a pie, le debemos la ley de instrucción pública del 17 de Julio de 1857, que trajo el desarrollo de la educación en nuestro país y sin cuya existencia nuestro progreso cultural, ya de por si mermado por la posterior guerra, se hubiera visto debilitado mucho más de lo que a día de hoy ha llegado a nuestros días. De alguna manera es tras esta ley cuando se “profesionaliza” la educación en nuestro país.
La popularidad de la Cuesta, data de principios del siglo XX cuando sobre cajones de madera, los libreros se situaban en este emplazamiento y sus inmediaciones, para ofrecer sus libros usados y toda clase de revistas de la época.
En 1925 un grupo de ellos solicitó al Ayuntamiento un enclave fijo en el que celebrar la feria del libro, a lo que éste accedió con la construcción de 30 casetas en la Cuesta de Moyano, fijando así el lugar predilecto paro los madrileños amantes del libro antiguo.
Estas casetas tenían la peculiaridad de que en ellas no se podía instalar ningún aparato, calefacción o iluminación ya que por miedo a que un accidente provocara una catástrofe se decidió limitar, y que la titularidad del puesto no podía ser subarrendada, por lo que aunque era una ventaja a estar en la intemperie vendiendo los libros, digamos que no era ninguna gozada que les permitiera continuar la tradición de estos garantes de nuestra cultura, que generación tras generación han mantenido viva.
En 2004 ocurrió un triste incendio que obligó a trasladarse las casetas de manera temporal hasta la verja del Jardín Botánico, pero se aprovechó este triste accidente para en Abril de 2007 reabrirse en su lugar original, ya con unas casetas más acomodadas (tampoco ningún lujo) pero con acceso a la luz eléctrica y con una calle ya peatonalizada. Esta nueva apertura se realizó bajo la supervisión de sus guardianes Claudio Moyano, Pio Baroja y Azorín que con sus monumentos allí instalados, presidían la entrada a la calle y mantenían de algún modo sus costumbres ya que en vida, era bastante común verles por el mercadillo de libros inicial.
Los actuales ocupantes continúan siendo libreros de toda la vida, o hijos y nietos de libreros, por lo que si tiene una pregunta sobre determinado libro o determinado dato histórico, no existe un mejor lugar en el que preguntar.
Desde esta entrada, les rendimos el homenaje que creemos que se merecen por traer a nuestros días, muchos de los secretos que aquí os contamos y una parte de la historia de nuestra ciudad que no debe perderse jamás.
Por último, hay una curiosidad respecto a la feria del libro, y es que en un inicio como os contaba se eligió la fecha del 7 de octubre para su celebración, ya que se pensaba que esta era la fecha de nacimiento de Cervantes, después en 1930 se decidió cambiar al 23 de abril, fecha de la muerte del autor, pero también se cometió otro ligero error de documentación ya que esta es la fecha de su entierro puesto que el genio de las letras había fallecido en realidad el día 22.


Fuente bauldeloslibrosasombrosos

Fuente Ediciones La Librería.

Fuente Madridsingular


CALLE MALDONADAS DESDE NICOLÁS SALMERÓN.

Fotografía antigua: Antonio Passaporte entre 1927 y 1936.
Fotografía moderna:  Sergio Moreno 2016.
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MARTÍN PERDOMES

Corría un Madrid, el del siglo XIV, en el que la ciudad se hacía cada vez más grande debido a las gentes de pueblos vecinos que venían a negociar entre sus muros enriqueciendo la ciudad de una mezcla variopinta de culturas y saberes.
Cierto es que el nivel medio de la población madrileña era bastante bajo cosa que utilizaba constantemente la iglesia para mantener al populacho cautivo bajo el miedo de lo mundano y lo divino, bajo el miedo del bien y el mal que obviamente fascinaba y atemorizaba a la población a partes iguales.
Pero realmente la historia que hoy os traigo no tiene mucho que ver con la Iglesia aunque sí que está relacionada con el miedo y fascinación que desde siempre hemos tenido por lo inexplicable.
La historia de hoy tiene como protagonista a Martín Perdomes, un hortelano de Vicálvaro el cual bajaba casi a diario a los mercados de la villa para promover su producto.
El caso es que al bueno de Martín le dio un día por comentar que por las noches le visitaba el diablo. No sabemos muy bien si esto fue fruto de la locura, de un bulo que se le fue de las manos o de una maniobra premeditada, pero el caso es que Martín comenzó a observar que cada vez tenía más clientes y que su bolsa cada vez se llenaba más por el fruto de aquellas “visitas”, que por el fruto de su trabajo. Así que ni corto ni perezoso comenzó a dar alas a aquel personaje por los mercados madrileños, cosa que corría de boca en boca y que llegado el momento obligó al hortelano a abrir un consultorio espiritual en la Ribera de Curtidores. Donde poder atender a sus clientes como realmente merecían sus bolsas.
Se dice que incluso fue llamado al Alcázar para entrevistarse con el rey y que este confió en las profecías que el diablo le susurraba al oído cada noche, en más de una ocasión.
Sinceramente no soy mucho de creer en estas supercherías, pero lo que parece cierto es que la ciudad de Madrid decidió creerle como para darle tal nivel de popularidad, por lo que… ¿Quién soy yo para ponerlo en duda? 

Imagen perteneciente a la película Häxan de Benjamin Christensen