LA FUENTE DE NEPTUNO.

Ayer hablábamos de la Fuente de la Cibeles que es sin duda la fuente más bonita y valorada de la ciudad de Madrid, pero sin duda no se puede hablar de la Cibeles sin hablar hoy de su hermana, la fuente de Neptuno.
Esta también fue diseñada por Ventura Rodriguez y creada en una primera parte por Juan Pascual de Mena quien no pudo acabarla ya que falleció y terminó su trabajo entre otros artesanos su discípulo José Arias.
La construcción se inició en 1777 y se terminó en 1786, para la mayoría de los madrileños se encuentra en la Plaza de Neptuno pero lo cierto es que esta plaza no se llama así, sino que responde al nombre de Plaza de Canovas del Castillo. Se encuentra en su centro  pero en un inicio se hallaba en el extremo del Prado y se encontraba mirando a su hermana la Cibeles, al igual que ésta, también se encontraba a ras del suelo.
Durante toda su vida la fuente ha sufrido una gran variedad de desperfectos lo que la han llevado a tener que sufrir diversas reformas y reparaciones
En 1842 se restauraron un brazo, tres dedos y las paletas de una rueda.
En 1898 al moverla al centro de la plaza, se limpió todo el conjunto y se restituyeron algunas piezas perdidas.
En 1914  le robaron su tridente de brillante bronce y el Ayuntamiento se vio obligado a cambiárselo por uno de hierro para evitar futuras tentaciones.
En 1936 durante la guerra, tanto ella como su hermana se vieron sepultadas bajo una gran pila de sacos de arena con el fin de protegerla, pero que al retirarlos la dejaron con algún daño menor.
En 1969 se añadió un segundo pilón a la fuente
En 1982 se cambiaron dos dedos de cada uno de sus pies así como una parte de su pierna derecha, todos los dedos de la mano izquierda,  y  varias piezas del carro y de los caballos.
Con todo ello parece que de la fuente primaria ya quedan pocas partes que no hayan sido cambiadas.
Por último, en 1995 se restauró una pala de las ruedas que estaba rota así como otros desperfectos menores, se realizó una limpieza general, se renovó el ajardinamiento exterior y se impermeabilizó el vaso.
Como curiosidad, os contaré que en 2012 durante una manifestación, su agua se tiñó de rojo al echar en ella, los sindicalistas algún producto para teñirla. Por último, para terminar con una sonrisa, durante la guerra algún madrileño con nuestra sorna característica, y cansado del hambre que asolaba la ciudad, decidió colgarle un cartel de su cuello el cual rezaba “Dadme de comer o quitarme el tenedor”.


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Fuente de Neptuno.
Fotografía propia

El Dios del mar con su Tridente de hierro.
Fotografía propia

La Fuente de Neptuno ha sido testigo de los últimos triunfos del Atletico de Madrid.

La fuente de Neptuno siendo desenterrada tras la Guerra Civil.
(Fuente colchoneros.com)



LA CIBELES

Hace unas semanas comentábamos la anécdota de que el Real Madrid y el Atlético de Madrid en un inicio compartían la Cibeles como lugar de celebración, pues bien hoy vamos a profundizar un poco más sobre la fuente y una curiosidad que es bastante desconocida para los madrileños.
La fuente fue diseñada por Ventura Rodríguez entre los años 1777- 1782, y fue elaborada por Francisco Gutiérrez Arribas (Diosa y el carro) Roberto Michel (los leones) y Miguel Jiménez (cenefas del carro).
Por lo que ha llegado a nuestros días, la fuente fue diseñada para los Jardines de la Granja de San Ildefonso en Segovia, por lo que estuvo a punto de no convertirse en el icono que hoy es para la ciudad de Madrid, pero cuando se iniciaron las obras de remodelación del Paseo del Prado, se decidió cambiar su ubicación instalándola frente al Palacio de Buena vista mirando hacia la fuente de Neptuno.
En este emplazamiento la fuente se encontraba a ras del suelo y la acompañaban un oso y un grifo en el lugar donde ahora se encuentran los surtidores, que hacían las veces de lugar de recogida de agua para los aguadores. Hasta 1892 estuvo funcionando como fuente para abastecer a los madrileños, pero dado que el agua ya era más habitual que llegara a los edificios, se retiraron el oso y el grifo y se la guardó con una reja, para disuadir a los que atribuían a sus aguas de tener propiedades curativas.
En 1895 se trasladó el monumento al centro de la plaza girando la fuente para ponerla mirando hacía Sol y la subieron sobre cuatro peanas para que pudiera ser mejor vista.
Aquella valla que hemos comentado, es la protagonista de la curiosidad de la que os hablaba, pues en la primera década del siglo XX, se retiró la reja para acometer unas obras de remodelación en la fuente. No se sabe muy bien el por qué, el caso es que la reja se perdió y estuvo perdida durante casi medio siglo, incluso se llegó a sospechar que se hubiera fundido por algún incauto y que hubiera desaparecido para siempre.
Como os decía, la reja se había buscado por todos los posibles almacenes y depósitos que se pudo imaginar, pero el caso es que no podía ser encontrada allí, ya que por accidente ésta se había instalado en la construcción del Escuadrón de la caballería de la Policía Municipal.
Esto fue descubierto gracias  un periodista que se dedicó a investigar los posibles lugares en los que podía estar y dio con ella gracias a su desinteresado trabajo.
Actualmente continúa en este lugar e incluso alguno de los trabajadores que allí desempeñan su labor, desconocen que ese oxidado enrejado un día fueron las protecciones de la diosa Cibeles.
Otras curiosidades sobre la Cibeles, son por ejemplo, que tiene una replica prácticamente idéntica en Ciudad de Mexico, la cuál fue inaugurada en 1980 por el que era el Alcalde de Madrid D. Enrique Tierno Galván o la que mantiene que en caso de que saltaran las alarmas de la camára acorazada del Banco de España, esta se inundaría en cuestión de segundos debido a que las canalizaciónes de la fuente están vinculadas al sistema de seguridad y este haría derivar su acometida para como medida de seguridad inundar la cámara del oro que se encuentra a 35 metros de profundidad.
Parece mentira, que un lugar del que tantas veces hemos hablado, aún conserve estas curiosidades tan "desconocidas" para el paseante madrileño. 
  
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Fuente de la Cibeles en su primer emplazamiento.
Fotografía de Charles Clifford. BNE

Oso y Grifo que servia se surtidor para los aguadores

Reja de la Cibeles en su actual ubicación cerca del Puente de los Franceses.

La Diosa con otro de nuestros iconos a su espalda


LA CALLE BALLESTA.

Casi perpendicular a la Gran Vía, podemos recorrer esta calle que por fortuna ha sido recuperada del aspecto lúgubre y dejado que lucía en las décadas anteriores, gracias a los nuevos inquilinos de sus locales, que con su esfuerzo e inyección económica, han conseguido hacer renacer esta calle que no está libre de su encanto particular.
El nombre de la calle viene de la historia que cuenta como aquí vivía un cazador de origen alemán, que junto a su casa tenía un corral. El cazador mantenía con vida algunos animales en dicho corral, que había recogido en sus cacerías, y los utilizaba para que los madrileños, previo pago de la entrada que este quisiera cobrar, pudieran practicar el tiro con ballesta contra los pobres animales.
Cuenta la leyenda que un Jabalí que había traído consigo de una cacería en el Pardo, ejerció de activista de Green Peace y en el intento de escapar de las heridas que el macabro pasatiempo le estaba originando, atacó al cazador, hiriéndolo de muerte y terminando de esta manera con los entrenamientos de sus asiduos matarifes.
Esta calle también guarda otras curiosidades, como que en el número treinta, murió el General Serrano Bedoya en 1882 el cual fue ministros de Guerra o lo que hoy sería Ministro de Defensa, o que en el número trece vivió la escritora Rosalía de Castro.
También en lo que entonces era el cuarto segundo del número tres de la Travesía de la Ballesta (Hoy calle de Loreto y Chicote), permaneció escondido el General O´donnell en casa de un amigo suyo, José María Allear hojalatero para más señas, cuando esté comenzó a ser perseguido durante las fechas iniciales de la Revolución de julio de 1854. Este escondite salvó al General de sus perseguidores, los cuales no le buscaban precisamente para recorrer las calles de la Calle Ballesta para tomar algo por sus tabernas.


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Calle Ballesta desde una de sus terrazas.


Mural que actualmente puede verse en la calle Ballesta

Retrato del General O´donnell.

EL SEGUNDO ATENTADO MÁS SANGRIENTO DE NUESTRA HISTORIA.

En Madrid, casi como en toda España, cuando hablas de atentados, a casi todo el mundo le viene a la memoria toda la barbarie que la banda terrorista ETA he esparcido por nuestras calles, sin embargo ninguno de los dos máximos atentados de nuestra historia está vinculado a la banda.
El primero de ellos, sí que lo tenemos fresco en nuestra memoria, y no es otros que los atentados del 11M cuando la banda yihadista Al Qaeda nos arrebató de cuajo una parte de nuestros corazones al desperdiciar la vida de 191 personas y más de 1800 heridos.
Pero el segundo atentado más sangriento de nuestra historia es más habitual que caiga en nuestro olvido, y no es otro que el que se pertrecho el 31 de Mayo de 1906 en el número 88 de la Calle Mayor de Madrid, durante la celebración del matrimonio de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg.
Lo ocurrido fue que tras casarse en la Basílica de los Jerónimos, Don Alfonso y su esposa iniciaron un desfile de celebración por las calles de Madrid, que se llenaron de madrileños que sin dudarlo, habían llegado las calles para felicitar a los recién casados.
Como comentábamos a su paso por el que hoy es el número 84 de la calle Mayor, un anarquista que respondía al nombre de Mateo Morral y que sólo tenía veintiséis años,  subió (unos dicen que al tercer piso, otro que a la azotea) de la pensión en la que se hospedaba y desde allí lanzó una bomba de tipo Orsini, que según se comenta le había llegado unos días antes desde Francia.
Mateo que ya había intentado otro atentado un año antes contra el monarca, envolvió la bomba en un ramo de flores y subió a la azotea decidido a terminar definitivamente con la vida de Alfonso.
La buena o mala fortuna, dependiendo de para quién, quiso que al lanzar el ramo homicida, esta chocará contra los cables del tranvía, desviando la dirección del lanzamiento y cayendo sobre los madrileños espectadores que alegres saludaban a la comitiva.
Aquel desgraciado hecho, terminó con la vida de 25 personas  e hirió a más de cien. 
Mateo tras el atentado salió corriendo del lugar y corrió a esconderse en la redacción del periódico El Motín, consiguiendo escapar de Madrid.
Sin embargo el dos de Junio, fue reconocido por varios ciudadanos en un ventorrillo de Torrejón de Ardoz. Ellos dieron la voz de alarma a un Guardia particular de Campo que respondía al nombre de Fructuoso Vega quien le dio el alto solicitándole la documentación y que lo acompañara al cuartelillo.
Tras su detención existen dos hipótesis contradictorias. Una que dice que al sentirse acorralado se quitó la vida. La oficial, que nos indica que éste se entregó pacíficamente pero que en su traslado al cuartelillo mató al guardia y posteriormente se quitó la vida. Otra en cambio apoyada más en el estudio forense de las heridas de ambos cadáveres, sostiene  que ambos se dispararon mutuamente acabando el uno con la vida del otro.
Como curiosidad terminaré indicando que Mateo Morral no era un pobre hombre que no supiera lo que estaba haciendo, es más, unido a lo ya dicho sobre que un año antes había intentado otro atentado contra el rey, como ellos mismos declararon, éste solía codearse con celebres personalidades como Pío Baroja o Valle Inclán en el Café Candelas de la calle Alcalá, por lo que, para nada se trataba de un analfabeto que hubiera sido convencido para realizar el atentado, no, se trataba de un terrorista de primera, cuya figura no debería endulzarse con el romanticismo del paso del tiempo.

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Momento de la explosión de la bomba 
(Fuente elperiodico.com)

Cadáver de Mateo Morral, presuntamente tras suicidarse de un tiro en el pecho.
(Fuente ABC)

Caballo muerto por la explosión de la bomba.
(Fuente jotdown.es) 

Monumento a los caídos en el atentado. 
(Fuente propia)

Monumento a los caídos en el atentado. 
(Fuente propia)

Antiguo monumento, desmantelado durante la segunda República.
Fotomontaje fuente propia.

Reflexiones desde un reflejo

Somos la ciudad que no duerme, con más bares que habitantes y nuestra constante costumbre de hacer madrileño a cualquiera que pise nuestras aceras.
Somos los del Carrión, los de Metropoli, los de bacalao en Casa Labra y el cocido en Zalacaín o la Bola.
Somos los del mejor Metro de Europa, los de los suicidas en bicicleta y los de los atascos de una hora para comprar el pan.
Más chulapos que un chotis y más valientes que Clara y Manolita el 2 de Mayo.
Somos los de las manifestaciones sin final, los de la bandera de Colon.
Somos más que Esquilache, que no pasarán, que unas manos blancas al Sol por Miguel Ángel.
Los de vamos Rayito, que tenemos un doblete, que como no te voy a querer si somos campeón de Europa por décima vez.
Somos los de todo el mundo al suelo y los de las campanadas de cada final de año.
Somos de Retiro, de Campo del Moro y de ir de un parque en Oeste hasta otro en Oriente.
De rompernos la camisa en Casa Patas y el corazón en Atocha una mañana de Marzo.
Somos los que beben el agua del grifo, los del Ratoncito Pérez, más chulos que un ocho y los de que el ¡Tío Vive!
Somos los que giran la cara al ataque de un ratero y los que okupan Sol para que todo un país se levante.
Los de abuelos en cunetas, los de puño en alto y los de arriba España.
Somos los de Lope, los de Quevedo los de Gongora y los de un tal Muelle escrito por cada esquina.
Somos la Mariblanca, Torre Picasso, Tetuán de las Victorias y los Carabancheles.
Somos los de Velazquez en la puerta y los de los Fenix en el cielo.
Los de un Rastro para cambiar cromos y los de las peleas en el Gasómetro.
Somos de verbenas, de tapeo, de Mahou, de Limonada, de panaderos Vallekanos y de impúdicas Púnicas.
Somos de Majos, Manolas, Chisperos y Petimetres. De diosa Cibeles y Neptuno en Recoletos.
Los de movidas de los ochenta con la falda almidoná y la solapa con lo que quiera.
Somos de todos lados y aquí nos hemos quedado, con los gatos, con las calles, con las Puertas y con todo lo que nos hace saber que de Madrid, sin ninguna duda… al cielo.
Y a pesar de todo lo que somos, no somos reflejo de nada, aunque al igual que esta fotografía, nuestro reflejo sea absolutamente inigualable.


Fotografía del reflejo de la Almudena en una ventana del Palacio de los Consejos


Imagen y texto de Sergio Moreno.

JULIA, LA ESTUDIANTE DE MALASAÑA.

Madrid siempre ha sido una ciudad repleta de estudiantes, no sólo por la afluencia de universidades que tenemos, sino por el propio espíritu estudiantil de nuestra villa.
Sin embargo hay una joven estudiante que ha calado muy hondo entre los vecinos del conocido como barrio de Malasaña, y no es otra que “Julia”.
Julia siempre descansa recostada en la calle del Pez cargada con sus libros los cuales observa con una dulce sonrisa. Es vecina de Malasaña desde el año 2003 y pese a ser una estatua de bronce, es tal el cariño cogido por sus vecinos que muchos la saludan a su paso, o la dedican una caricia. Los niños siempre quieren pasar a saludarla y a disfrutar de su compañía.
Pero para saber algo más de ella, debemos irnos al Madrid de mediados del siglo XIX, cuando una joven con un amor incondicional por la lectura decidió que quería ir a la universidad y aprender de los grandes autores. Allí prácticamente se rieron de ella y le dijeron que no podía acceder. Que el paso a la universidad sólo estaba permitido para los hombres. Julia ni corta ni perezosa se cortó el pelo, se puso la ropa de su padre y fiel a sus convicciones se matriculó con un nombre falso para poder cumplir su sueño de graduarse en la Universidad Central.
La Universidad Central se encontraba en aquel entonces en la Calle San Bernardo, por ello, no es mal sitio el que Julia con su estatua nos espere en la calle del Pez, deseosa que pasemos a recordar su preciosa historia de sacrificio, igualdad y lucha por la mujer.
La estatua que podemos contemplar en la calle del Pez, como hemos comentado, se puso en el año 2003 y es obra de Antonio Santín. Ha estado allí desde entonces, salvo prácticamente un año (2011) en el que se retiró a Barajas para ser reconstruida ya que una mañana, sin saberse muy bien qué ocurrió, amaneció tendida en el suelo.
Sirva esta entrada como homenaje para Julia y para todas las estudiantes femeninas que rompieron las barreras de un Madrid que no se lo puso del todo fácil.
Por si te has quedado con ganas de conocer algo más del personaje, te dejo este corto de Marián S. Miranda. Me ha parecido muy bonito.


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Julia recostada sobre su pared.
(Fuente dolcecity.com)

Rostro de Julia (Fuente dolcecity.com)

Julia en el suelo esperando a ser puesta de nuevo en su lugar de la calle del Pez. (Fuente somosmalasana.com)

Julia siendo reparada. 
(Fuente El Pais)

EL PIRULI.

Hoy como mera curiosidad, os dejo estas fotografías y este vídeo de la construcción de Torre España, más conocido por todos como "El piruli".
Aunque para muchos es uno de las construcciones más feas de Madrid, no es menos cierto que con sus 220 metros (232 con la antena incluida) es sin ningún lugar a dudas la construcción que más personas usan cada día.
La torre comenzó a edificarse en febrero de 1981 y terminó su construcción el 7 de junio de 1982, justo a tiempo para poder emitir la señal de seguimiento del Mundial de futbol de 1982 que TVE estaba obligada a emitir para todos los países del mundo. Sin duda supuso para la época el principio de una televisión de calidad que permitía llegar sin problemas a todos los puntos del país. Hoy con la televisión digital nos parece una mera construcción de hormigón, pero en su día supuso todo un avance tecnológico, sin más que contaros devolvemos la conexión a Torre España.






Fotografías fuente de la web de RTVE.