TORRECILLA DEL LEAL

Según nos cuenta Pedro de Repide, la calle Torrecilla del Leal, debe su nombre a una curiosa leyenda del siglo XIV durante la primera Guerra Civil Castellana.
Madrid era fiel a Pedro I de Castilla, frente a los intentos de arrebatarle la ciudad de su hermano por parte de padre, Enrique de Trastámara, al que más tarde se le conocería como Enrique II de Castilla.
Las más importantes familias madrileñas se repartieron la defensa de las puertas de la ciudad, hasta que los madrileños con su sudor, y con demasiada de su sangre, consiguieron hacer cejar al bastardo hermano de su asedio.
Al parecer antes de iniciar su retirada, las tropas de Enrique decidieron hacer noche en una pequeña hacienda que se situaba extramuros de la ciudad y la cual estaba coronada por una pequeña torre. El dueño de la hacienda se negó a que aquellos traidores se alojaran en su hacienda por lo que la defendió con toda la gallardía y arrojo que tenía.
Por desgracia para él, las tropas de Enrique, que tras la derrota no estaban para que les tocaran las palmas, le ahorcaron en su torre, por lo que desde aquel momento y hasta nuestro días, los madrileños decidieron recordar su valentía llamando a su torre como la Torrecilla del Leal, y de ahí el valeroso nombre de la calle a la que hoy rendimos homenaje.



Fotografía antigua: Oronoz, año desconocido.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2016.

FRASES Y REFRANES DE MADRID (Parte 17)

Soldaditos de Pavía. No habrá madrileño que se precie que no haya degustado los impresionantes soldaditos de Pavía de Casa Labra. En esta mítica taberna del centro de Madrid además de fundarse el PSOE en su primera planta, también comenzó a hacerse popular este exquisito bocado de bacalao rebozado. El nombre es curioso pero se lo empezó a dar pues en Madrid en el Cuartel de Conde Duque tenía su sede el regimiento de Húsares de Pavía, quienes al parecer, vestían una chaquetilla de tono similar al de los citados bocados y de ahí se les quedó el nombre.
Ir al charco del obrero. A mediados del siglo XX se inauguró en Madrid la piscina más grande de Europa dentro del Parque Deportivo Sindical Puerta de Hierro. El complejo se caracterizaba por tener unos precios bastante asequibles, por lo que se convirtió rápidamente en un lugar perfecto para las clases obreras pasaran sus jornadas de calor estival.  
Salir de bureo. La expresión que para todos tiene el significado de irse de juerga o de fiesta, tiene su origen en la palabra francesa  Bureau que literalmente quiere decir despacho. En Madrid, en la corte de Carlos I, se instituyó la Junta del Bureo, que además de encargarse de la economía y aprovisionamiento de la Casa Real, también era la encargada de resolver los incidentes de gravedad que se ocasionaran entre los miembros de la servidumbre.
En aquella época la justicia habitual no tenía derecho a conocer las causas criminales de la servidumbre del rey, salvo en algunos casos como el amancebamiento, el contrabando o el uso de disfraces, por lo que se creó este pequeño “tribunal” compuesto por el propio personal, para juzgar y castigar los delitos cometidos entre el servicio. Por lo que en realidad irse de Bureo, suponía de todo menos una buena juerga.
Colgarte un San Benito o Sambenito. Como casi todos sabréis la expresión nos viene a indicar que a la persona se le ha colocado una etiqueta de la que va a ser difícil que pueda librarse en lo que le queda de vida, y la verdad, es que la expresión viene siendo literalmente esto desde su origen. El sambenito realmente se refiere al saco que colocaban en los tiempos de la inquisición a los condenados para que fueran causa de mofa pública. El saco se acompañaba normalmente de un capirote y eran bendecido normalmente por un sacerdote, por lo que pasaba a ser el saco bendito, y de ahí pasó a ser el Saco de Benito hasta derivar a nuestro pesado y latoso Sambenito.



TRANVIA CALLE TOLEDO


Fotografía antigua: Santos Yubero. Archivo Regional Comunidad de Madrid. Signatura 7590_01 (Fuente Andrés Molina Gonzalez)
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2016

¡¡¡¡ESE SEÑOR NO SALÍA EN EL CUENTO!!!!

En casa de cualquier castizo que se precie se ha mencionado esta frase en más de una ocasión, refiriéndonos al gordo de barba blanca que con vestimenta roja y botas negras trae regalos a los niños la mañana de navidad.
Y es que en la casa de cualquier castizo que se precie, no hay espacio para Papa Noel, aquí somos todos de Reyes Magos y no hay espacio para gordos que vengan a colarse en nuestras ancestrales tradiciones, salvo si es para que traiga algún regalo a los peques, que en ese caso, se le puede dejar pasar para que deje los regalos, pero aquí somos de los tres reyes magos y no hay más.
El gordaco este al que todos conocemos, es una mitificación bastante libre de la figura de San Nicolás de Bari, a quien en Madrid se homenajeaen la iglesia de San Nicolás, que tiene el honor de ser la más antigua del Madrid medieval de la que aún nos queda alguna parte en pie, pues solo una de sus torretas se conserva de la original. 
Este Santo, que es de quien os quería hablar, y que era bueno y piadoso como todos (es algo que se lleva con el cargo), tenía la peculiaridad de que era rico por penitencia, cosa que ya no es tan común. De alta cuna, al fallecer sus padres se le vino encima una herencia nada desdeñable. San Nicolás, decidió una noche que lo mejor que podía hacer con su herencia, era repartirla entre los que más lo necesitaban y ni corto ni perezoso, cogió todos los calcetines que le habían caído por reyes (no está muy claro que aún existieran los Reyes Magos, pero yo me lo imagino así) y se subió por las azoteas, tirando por la chimeneas de los más necesitados, calcetines repletos de monedas de oro. De ahí el principio de la tradición que aunque tiene algún símbolo mantenido en el tiempo, poco tiene que ver con lo que nos ha llegado a nuestros días.
Pero si poco o nada tiene que ver San Nicolás con Santa Claus, no digamos de la Navidad, sí señores, mal que nos pese, la navidad, que es cuna indiscutible de nuestras tradiciones, no es más que una serie de tradiciones tomadas como prestadas.
Para explicarlo un poco, nos tendríamos que retomar a los tiempos del emperador Constantino, que fue el que dio vía libre al cristianismo para que sea lo que hoy conocemos. Constantino era muy fan, pero que muy muy fan del Mitraismo, una religión de la que escribió sus bases el profeta persa ZaraZushtra mucho tiempo antes (y que poco tiene que ver con Amancio Ortega, por si alguno había hecho asociación de ideas), por lo que cuando se montó el concilio de Nicea, que para los que no lo conozcan, fue una especie de convención PP-PSOE en la que los más importante e influencers de la época, decidieron qué molaba y qué no de la nueva religión a la que se le daba forma. Como os decía Constantino era muy fan del Mitraismo, por lo que a la mínima colaba algo de esta religión, como por ejemplo el culto los domingos, la aureola de los santos, que la diosa naciera el día 25 de diciembre de una Virgen o que uno se purificara ungiéndose con agua al entrar en el templo.
Total, que en la Roma de entonces se celebraba a finales de diciembre el solsticio de invierno, pues era cuando se terminaba la siembra y venía un tiempo de descanso. La fiesta, que recibía el nombre de saturnales, era la leche, venía Raphael a cantar el tamborilero, se comía que era un no parar y los cuñados se explayaban hablando del último modelo de Ford Cuadriga que habían adquirido. Total que los romanos se tiraban unos días de bacanal hasta que el último día, el 25 de diciembre, se cerraba el chiringuito con la celebración al Sol Invictus.
Con lo que le gustaba a la peña la fiesta y lo que comentábamos que le molaba al emperador la fecha del nacimiento de la diosa Mitra, se decidió que caía mucho mejor que Jesucristo hubiera nacido el 25 de diciembre en vez que en la primavera del año cero, que es cuando se estima que pasó por la tierra el cometa que se comenta en las sagradas esfrituras como la estrella de David.
Con esto, guardando el respeto que me merece el culto a cualquier religión, creencia o tradición, sólo quiero decir que no nos pensemos que nuestras tradiciones como la Navidad o la Semana Santa, son mucho mejores que las de otros como Santa Claus o Hallloween, al final todas son un gran amasijo de tradiciones, creencias y supersticiones pasadas, que se han ido amoldando en la historia al gusto de los que manejaban el cotarro.

Dicho lo dicho, os deseo a todos unas muy felices fiestas, celebrad lo que queráis, total, si son unas fechas de paz y amor, siempre cabremos todos. 



Papa Noel montado en Vespa en plena Gran Vía.

Fotografía de Gorka Lejarcegui. Fuente. El País.


LA TRASTIENDA DE MADRID Y EL PUNTO SOBRE LA HISTORIA.

Hoy os voy a hablar de los dos último libro que ha entrado a formar parte de mi biblioteca madrileñística, ambos han salido a la venta de la mano de nuestra editorial más castiza LA LIBRERIA y están de algún modo relacionados, pues nos proponen una serie de rutas por nuestra querida ciudad, que aunque tienen dos puntos de vista distintos, la verdad es que son muy recomendables como opción para nuestras compras navideñas. Pero bueno, como diría Jack el destripador, vayamos por partes...
El primero de ellos se titula LA TRASTIENDA DE MADRID (Lo que otras guías no cuentan) en ella su autor Javier Leralta, nos propone 23 paseos por nuestra ciudad, los cuales están muy bien diseñados para poder recorrer de manera sencilla por cualquiera que tenga un ratito y ganas de para recorrer nuestra ciudad aprendiendo todos sus misterios.
Pasearemos por Madrid Río, Lavapiés, Chueca, Malasaña y lo más granado y conocido de nuestra ciudad, pero también recorreremos misterios no tan conocidos y que merecen la pena bucear por ellos.
Los textos y las fotografías están bastante bien cuidados y para mi es una muy buena opción de compra, para aquel familiar que sabemos que ya tiene algún conocimiento sobre nuestra ciudad pero que notamos que tiene deseos de ampliar y pormenorizar más aún en los secretos de la Villa.
El segundo se trata del nuevo libro que han sacado los chicos de EL PUNTO SOBRE LA HISTORIA del ya exitoso programa de Telemadrid, que para los que no lo sepan, también tienen un programa de radio igual de divertido y ameno (Os dejo enlace a sus podcast por si queréis oírlos y pasar un buen rato). He de reconocer que no soy objetivo con ellos ya que son amigos, y como siempre digo "Yo con los amigos y la familia, ni soy objetivo, ni quiero serlo", pero lo cierto es que en este libro nos proponen una versión comprimida de su programa de televisión, como ellos mismos dicen, "se trata de un videoclip de su programa en papel", y es una excelente guía para regalar a un familiar que quiera iniciarse en los secretos de nuestro Madrid.
En él David Botello y Lorenzo Gallardo nos proponen con su inconfundible sentido del humor, 10 formidables rutas por las que sumergirnos en Madrid de manera muy amena, y aunque son rutas diseñadas para recorrer en bici, ninguna de ellas os supondrá el más mínimo problema de recorrer a pie.
Como os decía de inicio, creo que son dos excelentes regalos para estas fiestas y ahora que comienzan para muchos las vacaciones de navidad, y que tenemos algo más de tiempo libre, son también un estupendo plan para recorrer Madrid con ellos de la mano. Yo sin duda empezaré hoy mismo ¿A qué estáis esperando?

Plaza del Carmen.

Fotografía Antigua: 1936 Autor desconocido. Si alguien lo conoce rogaría que me lo indicara.
Fotografía moderna: 2016 Sergio Moreno.

ALCALÁ CON GRAN VÍA.

Fotografía antigua: Autor y año desconocido. Si alguien tuviera algún dato rogaría que me lo indicara.
Fotografía moderna: Sergio Moreno 2016.