Ya hemos recordado la historia de la Calle Abada, y la
del toro suelto por Madrid, pues bien ahora vamos a traer un nuevo episodio de
otro animal salvaje correteando en libertad por las calles de Madrid, del que se ha hablado bastante menos que de los dos anteriores.
Corría mayo del 56 cuando el Circo Americano llegó a
la capital, para divertir a los animales con su espectáculo de fieras y malabaristas.
Por un descuido de uno de sus cuidadores la mañana del
día 25, la leona Sheriff y los leones Tarzán y Prince escaparon de su jaula.
Los leones sembraron el pánico entre los trabajadores
del Circo mientras sus domadores intentaban reconducirlos a su encierro. Uno de
sus domadores había sido herido la noche anterior por un tigre en el labio, pero
no dudo un momento en unirse a la captura para intentar que el problema no
pasara a mayores. El león Tarzán fue reducido con bastante facilidad, pero sus
dos compañeros, decidieron no ponerlo tan fácil y ni cortos ni perezosos se
dedicaron a deambular por el circo y por las calles de Madrid como si de
turistas se tratara.
La gente, lógicamente salía corriendo a su paso,
huyendo de lo que le pudiera antojarse a los animales, todos menos el fotógrafo
Manuel Urech quién cámara en mano, se enfrentó al miedo que supongo le daría
acercarse al animal, para tomar esta espectacular fotografía de la leona
Sheriff.
La leona descansaba tranquila sobre el capó de un coche
en la calle Ríos Rosas, donde minutos antes con la leona ya subida sobre el
coche, sus integrantes lograban escapar movidos por el pánico, finalmente fue capturada sin que hubiera hecho
mayor daño, que el temor que provocó en cuantos se la encontraron en su
correría.
El león Prince fue el que más problemas origino,
hiriendo en varias ocasiones a sus cuidadores y atemorizando con su
comportamiento cada vez más enfurecido a quienes intentaban atraparlo.
Finalmente tras más de una hora de persecución,
miedos, heridas y escapatorias, consiguieron darle caza en el establo de los
caballos amaestrados del circo, los cuales misteriosamente mantuvieron la calma
mientras los cuidadores daban caza al felino.
La fotografía fue una de las más aclamadas del fotógrafo, debido sobretodo a su valentía al realizarla, pues en aquella época no existía el zoom y este se debió armar de valor para acercarse tanto al animal. La fotografía era de tanta calidad que aunque el fotógrafo trabajaba para el diario Madrid, el ABC al día siguiente incluyo en su portada tan maravilloso documento
Os dejo este link con el enlace de la hemeroteca de ABC donde se narra la historia con todo lujo de detalle.
Siéntete libre para comentar, compartir
e indicar tu parecer.
Fotografía de Urech de la leona Sheriff.
(Fuente del libro “Madrid a pie de calle”)
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